Café Baqué: “¿Extrañaba salir o la atención es muy buena?”

Es sábado por la mañana, no quieres desayunar en casa y te urge hacer algo diferente. Salir, despejarte de la rutina y tomar aire fresco. Pero, ¿adónde puedes ir? Hay una cafetería ubicada en Ongolmo que quizás te pueda interesar.

Mi ignorancia en cuanto a conocer cafeterías en Concepción es alta. Suelo elegir los mismos lugares para comer, pero esta vez quise probar algo nuevo y ver si las mil historias de Instagram le hacen justicia al famoso Café Baqué.

Nunca lo había visto hasta hace un par de meses que pasé por afuera y algo llamó mi atención. ¿Será cuestión de la fachada o hay algo más? Imposible conocer una respuesta si no entro a comprobar qué es lo que tiene, así que eso hice.

Para empezar, el lugar es estéticamente impecable y se nota que hay un especial cuidado por respetar las medidas sanitarias. Las mesas y sillas están ubicadas a una distancia adecuada para que los clientes puedan disfrutar sin correr el riesgo de contagio. Algo que es fundamental en estos días donde la pandemia forma parte de nuestra vida cotidiana.

El café se inauguró el 2017 y, desde ahí, abrieron en Castellón y Chacabuco. Fotografía de Café Baqué Chile.

El menú es más sencillo de lo que esperaba. Tal como lo dice su nombre, el énfasis está en los bebestibles, especialmente en el café. Sin embargo, sentí un poco de decepción al momento de elegir algo para comer, ya que tuve que mencionar al menos dos alimentos hasta dar con el que tenían.

Pensé que se demorarían en traer la orden, pero -para mi sorpresa- tardaron menos de 10 minutos en servir mi pedido: un croissant y un caramel macchiato. A simple vista se veían espectaculares y, sin esperar para tomarle una foto, empecé a comer. Ambos cumplieron con mis expectativas, pero el café -sin duda- las superó gracias a una cremosidad única que se logra disfrutar pocas veces en la vida.

Por otro lado, un tema importante de mencionar son los valores de los alimentos. Considero que están acorde al servicio que entrega la cafetería, dado que al sumar todos los puntos, se mantiene una balanza entre el precio y la calidad.

Finalmente, la combinación del ambiente, el servicio y una calurosa mañana hicieron que la experiencia la disfrutara hasta el punto de desear que el momento fuera eterno. No obstante, ¿vale la pena? Sí. ¿Volvería a ir? Puede ser, pero solo si quiero tomar café, ya que siento que faltan más opciones para elegir algo de comer y, aunque en gustos no hay nada escrito, la primera impresión es la clave para repetir el encuentro.

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