La desconocida amenaza de la alergia a la proteína de leche de vaca

Septiembre es conocido como el mes de las alergias, pero más que nada de las alergias dérmicas o respiratorias ocasionadas por la renovación de la flora. Sin embargo, existen otras patologías que perjudican a los niños sin importar la estación del año y que pueden ser mortales.

Los seres humanos, constantemente, nos encontramos expuestos a diferentes factores que pueden afectar el funcionamiento del cuerpo, comprometiendo no solo la salud de las personas, sino que también la forma en la que enfrentan las rutinas diarias. Como la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV).

 Actualmente, el número de casos de patologías asociadas a la alimentación van en aumento a nivel mundial, según un estudio realizado por la University College de Londres, solo en Estados Unidos, las alergias alimentarias aumentaron un 72% entre los años 2013 y 2019.

Esto, según los expertos encargados de esta investigación, se puede explicar producto de los cambios en las dietas de las personas. Repercutiendo directamente en los infantes cuyas edades se encuentran entre los 0 y 5 años.

Exministra de Salud, Carmen Castillo, anunciando leche complementaria para niños APLV en el año 2017. Ministerio de Salud.

¿Qué son las alergias alimentarias?

Las alergias alimentarias se producen debido a la reacción del sistema inmune frente a la ingesta de ciertos alimentos que el organismo considere como amenazas para el cuerpo.

Principalmente, en los últimos años se ha disparado la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV), que afecta principalmente a los niños y les inhibe de realizar una alimentación normal. Lo problemático es que la mayoría de los productos del mercado contienen está proteína que es utilizada en chocolates, jugos, embutidos, congelados, bebidas, arroz, tallarines, masas, pan, dulces y muchos más.

Esto ocasiona que la identificación de la enfermedad por parte de los profesionales de la salud sea más dificultosa, debido al proceso de contaminación cruzada. Esto, hace referencia a cuando los alimentos son expuestos a sustancias externas ajenas a las propiedades naturales de la comida. Por ejemplo, si se está cocinando pollo y no se lava las manos y toca cualquier otra cosa, se produce la contaminación cruzada. Es decir, es posible que el alimento que ingirió el infante no necesariamente sean el alérgeno, e incluso se puede activar una reacción al tocar la piel del pequeño, de forma directa o indirecta.

El médico pediatra, Claudio Espinoza, que lleva años trabajando en el área de urgencia pediátrica de la Clínica Sanatorio Alemán, señaló que “lo más complejo es lograr dar con el diagnóstico de la alergia. Puesto que, cada paciente presenta diferentes sintomatologías, que pueden o no, estar asociadas a otras enfermedades”.

Los síntomas de estas alergias se presentan con dermatitis (inflamación de la piel), urticaria (picazón), deposiciones con sangrado, fiebre y dolor estomacal. Es más, en algunos pequeños la patología es tan grave que puede producir desde shock anafilácticos hasta fallos en diversos sistemas del cuerpo producto de la alergia que pueden derivar en la muerte.

Cuchillo contamina al resto de los alimentos al entrar en contacto sin ser lavado. TotalFood.

La alergia a la proteína de leche de vaca (APLV)

Según lo identificado por la Clínica Dávila, la APLV “consiste en un rechazo desmesurado del sistema inmune frente a una o más proteínas presentes en la leche de vaca, lo que provoca que este comience a atacarla, generando una inflamación que puede ocasionar problemas digestivos, erupciones cutáneas e incluso dificultades respiratorias”.

Lo positivo, es que a medida que el organismo se va desarrollando esta patología lentamente va disminuyendo sus sintomatologías, sin embargo, existe la posibilidad de que esta alergia se pueda mantener más allá de los 5 años de vida y se transforme en crónica.

Además, otro de los efectos que produce esta enfermedad ocurre, debido a la afectación directa de los intestinos, cuando el sistema inmune identifica a otros alimentos como amenazas, generando nuevas afecciones.

Esta alergia actualmente está afectando al 4% de los menores de 2 años nacidos en Chile, según un estudio realizado por la Clínica Las Condes y el Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos, y va en aumento a nivel global.

Otro de los problemas que genera este trastorno alimenticio se produce a nivel familiar. Ya que, en el caso de los lactantes identificados con esta alergia, la madre debe cambiar la dieta y no pueden consumir alimentos que contengan proteína de leche de vaca, puesto que, se transmite mediante la leche materna.

La nutricionista y presidenta de la Corporación Alergias y Salud de Chile, Paola Aguayo Godoy, señala que “el tema de la proteína de leche de vaca es un problema muy difícil de llevar, ya que conlleva una dieta de restricción alimentaria para la mamá, la dieta del amor, que muchas veces no es comprendido por el resto de la gente que rodea a los niños”.

Repercusión en las familias

Las principales afectadas de la enfermedad de los pequeños son las madres, puesto que son ellas quienes tienen que cambiar drásticamente tanto sus hábitos alimentarios como sus rutinas diarias, todo para que sus hijos logren estabilizarse y desde ahí empezar su recuperación. En algunos casos, la alergia es tan severa, que solo pueden consumir un solo tipo de alimento, arroz hidropónico preferiblemente, para evitar efectos negativos en los lactantes.

Sin embargo, esta patología también afecta al entorno familiar y más aún a medida que el menor se va desarrollando. Esteban Jaramillo, es padre de la pequeña Amparo Jaramillo, quién fue diagnosticada con APLV a los 6 meses de vida, comentó que “como grupo familiar hemos tenido la fortaleza de saber llevarlo adelante, pero de repente hay situaciones que se transforman en conflictivas, como por ejemplo el simple hecho de escoger un lugar para ir a comer. Además, al ser una niña pequeña, tiende a morder o ir explorando con su boca y hay que estar muy pendientes. En el caso de Amparo, lamentablemente, ha sido una alergia bastante severa por ende no se nos puede pasar nada por alto para que ella no sufra”.

Los asados son un punto de reunión para los miembros de esta familia, César Aguayo, tío de Amparo Jaramillo, señala que “para evitar cualquier complicación la “chica” tuve que comprar carne sin grasa y además que no fuera envasada. Esta la tuve que alejar del resto de la comida, también utilicé utensilios distintos y todos separados para evitar la contaminación cruzada”.

Un lado positivo de la pandemia guarda relación con que los padres y madres han sido capaces de controlar los efectos negativos de las alergias debido a que pueden estar más pendientes de lo que sucede con sus hijos, según señaló la presidenta de la Corporación Alergias y Salud de Chile.

Y es que el desconocimiento frente a esta enfermedad aqueja a los diversos entornos a los que están expuestos los pequeños, en específico, su desarrollo en jardines infantiles o escuelas. Debido a que el ingerir alimentos contaminados con proteína de leche de vaca no solo activa la sintomatología en los afectados, sino que también causa un retardo en la recuperación de los pequeños.

La nutricionista, Paola Aguayo, en movilización por las alergias alimentarias. Facebook Nutridatosaplv.

Tratamiento y recuperación

El único camino para que los infantes puedan superar esta enfermedad es alejarse completamente de los alimentos que poseen esta proteína. Para esto es vital un proceso de concientización por parte de madres, padres y familiares.

“Es importante señalar, la diferencia entre esta alergia y la intolerancia a la lactosa radica en que la primera guarda relación con el actuar del sistema inmune, mientras que la segunda se produce por la falta de la enzima (lactasa) que participa al digerir alimentos que contienen lactosa, el azúcar de la leche. A diferencia de la intolerancia a la lactosa, actualmente, no existe algún tratamiento que ataque directamente las afecciones provocadas por la APLV, por ende, la responsabilidad recae directamente en la dieta de la madre y del niño”, indicó Gustavo Delgado, médico gastroenterólogo.

Actualmente, existen diversas opciones en el comercio que no contienen proteína de leche de vaca, como el arroz hidropónico, pollo sin marinar, ensaladas, legumbres, pastas, entre otros. Sin embargo, “es vital que se puedan leer los etiquetados de los productos, ya que, es ahí donde se encuentra toda la información del contenido de los alimentos y que puede ser determinante a la hora de poder combatir la APLV. Sobre todo, para que nuestros pequeños puedan disfrutar de una vida normal y sin las complicaciones que genera esta alergia”, reforzó la nutricionista.

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