TikTok se ha convertido en un gigante de las redes sociales, especialmente entre los jóvenes y los adolescentes. Al mismo tiempo, circulan peligrosos retos que han provocado graves accidentes e incluso la muerte en jóvenes que los imitan en sus casas.

Internet es el hogar de muchos retos virales peligrosos -incluso mortales- y lo ha sido durante décadas. Así que no es de extrañar que la gente también haya publicado intentos de retos peligrosos en TikTok, la plataforma de intercambio de vídeos masivamente popular del momento.

Mucho antes de que Internet se convirtiera en nuestra obsesión colectiva, la gente ya intentaba hacer acrobacias y maniobras peligrosas para ganar admiración. Luego, la posibilidad de grabar y compartir vídeos hizo más populares estas acciones deliberadas, ya que podíamos ser testigos de actos osados de nuestros compañeros y, a veces, copiarlos. Con el auge de sitios como YouTube, TikTok y Snapchat, los retos virales se convirtieron en nuestra forma de dar rienda suelta a nuestros impulsos más peligrosos y torpes.

A pesar de las graves lesiones que algunas personas han sufrido al intentarlos, muchos de estos retos se mantienen como virales durante semanas. Los jóvenes, que a menudo intentan ganar influencia, siguen intentando enfrentarse a ellos ante las cámaras. A menudo, esto sólo les lleva a convertirse en la siguiente víctima del reto. A medida que surgen nuevos retos peligrosos, la lista de tendencias -incluyendo las antiguas que a veces se siguen intentando- sigue aumentando, al igual que la lista de sitios en los que la gente comparte los vídeos.

Retos y jóvenes, una larga travesía internauta

Los retos en Internet se han disparado en las redes sociales, y van desde los benéficos hasta los peligrosos y letales. Algunos son bienintencionados y ligeramente divertidos, otros suponen riesgos para la salud.

En 2014, el reto del cubo de hielo recaudó millones de dólares para la investigación de la ELA. El reto de baile “In My Feelings”, que consistía en bajarse del auto en movimiento para bailar, ya captaba la atención del mundo en 2018. Sin embargo, hay otros más peligrosos que atentatan derechamente contra la vida como el reto del Benadryl, que surgió en 2020, animaba a la gente a tomar una cantidad excesiva del medicamento en un intento de alucinar. El desafio del coronavirus animaba a la gente a lamer superficies en público. Y quizás el más horrendo, el reto Blackout, que consiste en ahorcarse durante varios segundos, mató a muchos jóvenes alrededor del mundo.

Los retos en las redes sociales son especialmente atractivos para los adolescentes, que buscan en sus compañeros señales sobre lo que está de moda, anhelan el refuerzo positivo de sus amigos y redes sociales, y son más propensos a asumir comportamientos de riesgo, especialmente cuando saben que están siendo observados por aquellos cuya aprobación codician.

«Los niños están diseñados biológicamente para ser mucho más susceptibles a sus pares en la adolescencia, y los medios sociales han magnificado esos procesos de influencia de los compañeros para que sean mucho, mucho más peligrosos de lo que eran antes», dice Paola Viveros, psicóloga de la Universidad Andrés Bello.

Los adolescentes pueden encontrar estos retos entretenidos y a veces emocionantes, especialmente cuando no ven que la gente sale herida, lo que aumenta su probabilidad de participar. Los adolescentes son menos hábiles que los adultos a la hora de sopesar el riesgo, y cuando sus compañeros son alabados -a través de los «me gusta» y los comentarios- por participar en conductas de riesgo, parecen no medir las consecuencias a cambio de obtener la aceptación social.

Un estudio publicado en 2016 en la revista «Psychological Science» descubrió que los adolescentes eran más propensos a ver publicaciones más populares que las que tenían pocos «me gusta», un hallazgo que se mantuvo tanto para las fotos neutras como para las que mostraban comportamientos riesgosos como beber y fumar. Ver fotos con muchos «me gusta» estaba relacionado con una mayor actividad en partes del cerebro asociadas a la imitación de conducta.

«Estos niños están siendo influenciados a un nivel que va más allá de su conciencia», opina Viveros.

Conectividad las 24 horas del día

Hace una generación, los niños salían de la escuela, del centro comercial o del cine y dejaban atrás a sus compañeros por un día. El hogar era un descanso de la presión social. Pero las redes sociales significan que ahora los compañeros de los niños están en todas partes todo el tiempo.

Las redes sociales son únicas en el sentido de que proporcionan un foro público con una gran audiencia, un acceso inmediato a los compañeros y una retroalimentación cuantificable en forma de «me gusta», «vistas» y «comentarios». Estos crean poderosos incentivos para maximizar la retroalimentación positiva de los compañeros y la aprobación social.

I.V.T.A es una adolescente de 13 años y hace casi dos años que es usuaria frecuente de Tiktok. No tiene muchas publicaciones ni tantos seguidores, pero dedica gran parte de su tiempo para revisar y conectarse a esta red social. Estima que lo ocupa entre 4 y 5 horas al día. Para ella Tiktok ya es su plataforma favorita, por sobre otras redes sociales. “Con mis amigas nos entretenemos harto con Tiktok y seguimos a los influencers que nos gustan. También sé que hay muchos retos circulando y es chistoso verlos, porque algunos son graciosos. Con mis amigas hemos hecho algunos retos pero no son peligrosos. Sé cuáles (retos) son estúpidos y cuales son chistosos” dice la adolescente.

Su realidad es la de muchos adolescentes que han hecho de TikTok su red social favorita y se ha convertido en su pasatiempo preferido. Según cifras recientes de la plataforma china, el 32% de los usuarios son menores de edad. Tampoco existen grandes limitaciones de edad mínima para acceder a esta plataforma. Se estima que muchos usuarios incluso son menores de 10 años. Ante este escenario, la psicóloga Paola Viveros cree que es muy importante que los padres que conozcan de que trata esta red social y cuáles son sus riesgos.

Patricio y Daniela, padres de I.V.T.A, dicen estar conscientes de esta red social y de los riesgos que está expuesta su hija. Para ello, dicen que la comunicación ha sido clave. Incluso por sobre otras medidas como saber las contraseñas de su hija. “Siempre estamos conversando con ella acerca de los peligros de las redes sociales y que salen cosas que ellas no debería ver ni menos imitar. Frecuentemente le estamos preguntando que ve en el celular y ha sido nuestra mejor estrategia para protegerla. También le sabemos las contraseñas de sus redes sociales aunque hace tiempo no se las revisamos” dice la madre.

Influencers, reyes de la tendencia

Desde el otro lado de la pantalla, los conocidos como influencers se roban las miradas. Son los protagonistas de la película, pues son personas que generan contenido y cuentan con una cuantiosa popularidad. Muchas veces estas personas se convierten en referentes para muchos niños y también son las personas que dan origen a diversos retos para entretener a su audiencia.

Millaray Fernandez es considerada una influencer por sus cercanos y seguidores. Se puede encontrar en Tiktok con el nombre de @m1llarayy. Es una joven penquista de 19 años que en el último tiempo se ha ganado un espacio en esta red social y cada día suma más seguidores. Suele subir videos bailando y haciendo coreografías, pero sabe de cerca lo que son los retos. “Como usuaria, hice varios retos con mis amigas” dice Millaray haciendo memoria sobre uno que le causó más risa con sus compañeras; el reto de la canela. Este consistía en comer canela y no tomar agua en 60 segundos. Por muy gracioso y sencillo que aparente ser por fuera, tiene riesgos a la salud como vómitos e incluso cicatrices en los pulmones.

“Sé que hay retos muy estúpidos y peligrosos, pero hay muchos niños y niñas que no saben medir los riesgos e imitan cosas en sus casas que no deberían. Estos retos no son tan populares entre los influencers más conocidos, no suben tanto contenido de este tipo. Pero hay gente sin tantos seguidores o con origen desconocido que empieza a hacer retos y los sube a internet para darse a conocer quizás, y los niños quieren imitar lo que hace” opina la TikToker acerca de los peligros de estos.

Múltiples accidentes y muertes

Quizás tuvo suerte Millaray al realizar el reto de la canela, pero hay niños y niñas que no las han tenido e incluso a muchos les ha costado la vida. El caso más cercano en nuestro país ocurrió en la comuna de Pemuco, región de Ñuble. Hace un poco más de un mes, una pequeña resultó gravemente quemada tras realizar un reto en el baño de la casa de su abuelo con su hermana gemela de 11 años. El desafío consistía en lanzarle un fósforo prendido a una botella de alcohol. La niña llegó a estar en riesgo vital en el Hospital Regional de Concepción.  

Otro caso más impactante en el último tiempo en nuestro país fue el de Colbert Muñoz, un niño de 12 años, quien falleció tras realizar el reto “Blackout” el año pasado en su casa. El joven imitó un reto que polémicamente circulaba en la red social en el que se debía dejar de respirar durante un tiempo cronometrado.

Tragedias como el de estos dos pequeños no tan solo ha pasado en nuestro país, si no que se replican en todo el mundo. Basta con buscar en Google casos de muertes de jóvenes tras realizar peligrosos desafíos para dimensionar los peligros de esta. Hasta la fecha, se desconoce una cifra acerca de los accidentes, pero sin duda que son muchos al año.

¿Existe un marco legal que proteja a las víctimas?

Es así como muchos de los familiares y cercanos de las víctimas lamentan no haber tomado medidas al respecto y reclaman justicia, pero ¿existe un marco legal que se pueda aplicar contra las personas que incitan estos retos que atentan contra la integridad física? La respuesta es no, al menos en nuestro país. En los retos virales, muchas veces se desconoce el creador de la idea y como tal no hay nadie que se pueda responsabilizar por las consecuencias de que los repliquen terceras personas. Además, este tipo de acciones califica en otros países como “inducción al suicidio”, sin embargo en nuestro país la ley es vaga en cuento a esta y no hay definiciones claras para que una persona sea juzgada bajo esta arista.

“Con respecto a los retos peligrosos, uno de los mayores problemas es identificar al creador de estos retos, y además muchas vienen tienen origen extranjero. Además, al ser desafíos que se hacen supuestamente de manera consciente y voluntaria, excluye toda responsabilidad a los creadores. En tanto a la plataforma, esta podría ser más regulada y cuidar a los usuarios con estos contenidos, pero eso es otro tema” dice Ignacio Flores, abogado de Derecho Penal.