Una actualización acorde al momento

Según se vive en el ambiente, lo peor de la pandemia ya pasó, sin embargo, la completa normalidad aún no retorna a la vida de la población. En medio de las criticas el gobierno sigue creyendo necesarias ciertas medidas restrictivas para controlar el COVID-19.

Desde que la pandemia por COVID-19 llegó al país, allá en marzo de 2019, las restricciones en la vida diaria de las personas fueron necesarias para hacer contención de un virus del que se sabía poco y nada. De ahí en más que las primeras decisiones del ejecutivo se tornaron a suspender clases y cerrar las fronteras, posteriormente, vendría una medida que sigue vigente pero que podría estar viviendo sus últimos días, el estado de excepción constitucional.

El tiempo ha transcurrido, lamentables decesos y momentos complicados cayeron sobre nuestro país, después de más de un año de pandemia recién comienzan a verse signos de libertad en las calles. Niños y jóvenes regresaron a clases presenciales, recientemente las fronteras anunciaron su apertura tanto para nacionales y extranjeros, todo esto con medidas exigentes a la hora de salir o entrar al país. 

Sin embargo, existe un recurso del ejecutivo que ha sido el foco de las críticas independiente del sector político o social. Y es que el toque de queda ha suprimido muchas rutinas, sobre todo, para trabajadores de servicios públicos y transporte, quienes dejaban sus trabajos para resguardarse en sus casas sin mayor opción a desconexión o distractor de una jornada altamente demandante.

Incluso con la campaña de vacunación avanzada y con la entrega de la tercera dosis de refuerzo, el toque de queda continúa presente en la vida de los chilenos y chilenas, eso sí, ha sufrido variaciones respecto a las modificaciones que el plan paso a paso ha tenido. Con los bajos contagios y una inmunidad de rebaño cerca de concretarse, es necesario cuestionarse si las medidas continúan siendo las apropiadas, el toque de queda ya parece un mero capricho al momento de entender que, si lo que se busca es evitar aglomeraciones de personas, estas simplemente realizarán sus movimientos previos a la hora designada, incluso, muchos se atreven a transitar en horas donde la restricción está activa, apelando a la suerte y la nula fiscalización en las calles.

La pandemia está lejos de terminar, pero muchas restricciones continúan con una innecesaria fuerza y considerando los ejemplos de Europa o Estados Unidos, donde las mascarillas ya no son necesarias en espacios abiertos y el toque de queda fue dejado sin efecto. Es imperante actualizar las medidas sanitarias que permitan a la población retomar su vida de manera natural y evitar caer en prohibiciones que parecieran ser excesivas por el momento actual del COVID-19 en Chile.

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