Britney vs. Spears: periodismo más allá de la farándula

Durante los últimos meses, la princesa del pop, Britney Spears, volvió a ser la portada principal de medios alrededor de todo el mundo. Esta vez no sería por su música y problemas amorosos, sino que por su libertad. La situación de las restricciones de su tutela estaba fuera de control y solo se conocían rumores.

El 28 de septiembre de este año la plataforma de streaming Netflix publicó el documental Britney vs. Spears, realizado por la cineasta Erin Lee Carr y la periodista Jenny Eliscu. El documental recopiló el testimonio de personas relacionadas a la cantante, estableciendo una línea cronológica sobre los eventos que precedieron a la tutela y algunos de los momentos más polémicos de esta.

El documental entrega, en poco más de noventa minutos, los momentos clave del ascenso, la caída y el resurgimiento de Britney. La cantante inició su carrera con tan solo once años, en el programa de Disney The Mickey Mouse Club. Ahí también surgió la carrera de otros artistas como Christina Aguilera, Justin Timberlake y Ryan Gosling. 

La constante exposición a los medios desde tan temprana edad y el avance de la tecnología tuvieron fuertes efectos en la globalización de su carrera, pero también en su desarrollo personal y salud mental. La persecución constante de los paparazzi y distintas situaciones de su vida personal culminaron en su eventual caída, momento en que a la artista se le arrebató el poder de decisión sobre su propia vida, instaurando a su padre como su tutor legal.

La cantante fue una de las figuras públicas más acosadas por los paparazzi, llevándola al borde de su salud mental. Fotografía por El Español.

Si bien la situación se estableció inicialmente como una etapa temporal, la tutela bajo su padre James Spears se extendió por más de una década, tiempo durante el que su progenitor ejerció un completo abuso del poder que se le otorgó, situación que obtuvo una alta visibilidad debido a la campaña #FreeBritney iniciada por sus seguidores.

El caso generó alta expectación, por lo que múltiples medios publicaron noticias respecto a las limitaciones que vivía la cantante, pero muchos de estos sin fuentes que respaldaran la situación, aumentando el morbo generado por la falta de libertad de Britney. La pieza logró generar una narrativa seria y bien documentada, con fuentes que conocieron de cerca el daño que generó la tutela en la cantante.

El documental logra establecer que, más que un tema de farándula, las condiciones de vida de Britney Spears fueron una constante violación a su integridad física, mental y a sus derechos. La fecha de estreno de este fue un día antes a la audiencia que puso fin a la tutela, ayudando a contextualizar el caso para millones de espectadores que desconocían la importancia de dicha instancia y otorgándole la seriedad que amerita a una situación que estaba siendo banalizada solo por tratarse de “la princesa del pop”.

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