Vitalidad del mapuzugun en la educación y cultura chilena EntrelíneasPor Millaray Mariqueo - 19 noviembre, 2021 Desde la ocupación del territorio chileno en el siglo XIX hasta el día de hoy, el mapudungún ha sido un dialecto en resistencia que lucha contra el aislamiento territorial y la imposición cultural. Sin darnos cuenta usamos a diario expresiones cuyo origen deriva en esta lengua, no obstante, una delgada línea nos separa de su pronto abandono total o extinción. A raíz del sincretismo cultural y de los procesos históricos que han formado el Chile de hoy, los pueblos originarios fueron quedando cada vez más relegados. Ya sea en sus costumbres, dialecto o cosmovisión, los elementos que identifican cada una de las comunidades se han ido extinguiendo paulatinamente. A pesar de esto, existe un pueblo que aún persiste con un gran peso social demográfico, hablamos de los mapuches. Desde el inicio de la migración del campo a la ciudad, este pueblo ha sido víctima de una especie de confinamiento en territorios cada vez más reducidos. Esto, sumado a una exclusión del resto de la población, ya que el Estado chileno no considera su forma de organización particular como válida, tal como lo haría un estado plurinacional. Sin embargo, estos, gracias a su resistencia a la colonización española y su capacidad de continuar su legado identitario, han enriquecido nuestra cotidianeidad con ciertos componentes tales como palabras, medicina e incluso variedad en platos y alimentación. Uno de los elementos que les caracteriza es su forma de comunicarse, el mapudungún, o también conocido por ellos como mapuzugun. Este pilar de su cultura entrega valiosa información de su forma de ver el mundo y sus relaciones. Hasta el día de hoy, se utilizan a diario palabras provenientes de este dialecto, origen que la mayoría desconoce. Uso del mapudungún o “lengua de la tierra” Los cambios que experimentan los pueblos o comunidades están asociados al desarrollo histórico y al progreso en sí, en particular la etnia mapuche. Ellos han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos y sufrir un proceso de transculturación, es decir, que adoptan nuevas formas de vida, nuevas costumbres, hábitos y formas de interrelación social. A raíz de lo mismo, han perdido la difusión de su idioma. Cuando los españoles llegaron al territorio chileno, este se escuchaba de norte a sur y desde entonces, no ha tenido grandes cambios en su gramática. No obstante, su origen continúa siendo desconocido y por ende se le cataloga como “lengua aislada” al no poseer características similares a otra que le permita relacionar su procedencia. Patricio Bello Huenchuman, mapuche y profesor del habla, señala que “me parece imposible entender del todo nuestra cosmovisión desde un idioma tan diferente como es el castellano. Siempre se dice que la base del mapudungún es la dualidad, bueno, también tenemos pronombres duales (además de singulares y plurales. Para nosotros es muy importante el kuyfi kimün (conocimiento antiguo), kuyfi admongen (forma de vida antigua) y nuestros kuyfikeche yem (antepasados). No es de extrañar entonces que nuestra conjugación verbal esté por defecto en tiempo pasado.” Respecto a su uso, la profesora de Lengua y Literatura, Mireya Sierra, comenta que actualmente existe muy poco empleo del mapudungún, ya que no está incorporado a nuestro vocabulario diario y su uso es de aproximadamente un 5%, el que se relaciona con la toponimia (lugares geográficos). Eso sí, reconoce que muchos organismos públicos como hospitales y consultorios han incorporado su utilización en nombres de oficinas. Sin embargo, esta situación generalmente se da solo en el sur de Chile. Es el caso de Galvarino y Padre de las Casas, ambas provincias de La Araucanía cuya particularidad yace en que son las únicas que tienen inscrito el mapudungún como lengua oficial, además del castellano. “También es importante destacar que muchas veces utilizamos palabras provenientes de esta habla desconociendo que provienen de ella: cahuín, pololo, pilcha, guata, pichintún, pilucho, entre otras” menciona Mireya. En relación con esto, la profesora de Lengua Indígena, Marta Huecha, indica que “algunas de las palabras que utilizamos en nuestra cotidianidad, y que provienen del mapudungún, son usadas en un contexto distinto a su significado real. Por ejemplo, la expresión “malón” se utiliza actualmente para hacer referencia a una festividad, mientras que para los araucanos los malones corresponden a los enfrentamientos que tenían con los españoles en la época de la colonización”. Algo similar ocurre con la palabra cahuín, que para nuestra jerga cotidiana se refiere a un chisme. Según la docente, para ellos está palabra corresponde a una fiesta o celebración. Según el académico y especialista en lenguas indígenas de América, Fernando Zúñiga, en declaraciones para BBC Mundo, hoy en día hay aproximadamente 100 mil personas que manejan bien el idioma. Personas que en su mayoría ya se encuentran en la tercera edad. Resulta importante destacar que no todos los mapuches saben hablar en mapudungún y una de las principales causas es que las generaciones jóvenes necesitan más el castellano para insertarse en la sociedad, lo que más que ser opcional es una condición de supervivencia. Para educarse, trabajar y realizar trámites básicos se requiere el español. Por otro lado, la segunda principal causa es la falta de medidas gubernamentales que favorezcan su aprendizaje. Hasta el día de hoy, la lengua ha resistido con el paso de las generaciones gracias a los poblados indígenas que se esmeran en propagar y enseñar su dialecto en la medida que pueden, más no poseen políticas a las que aferrarse para impulsar su desarrollo. “Mari mari” es el tradicional saludo mapuche. Fotografía cortesía de BBC. La lengua indígena como parte de la formación escolar En los libros de historia de enseñanza básica y media, se habla de los mapuches como una etnia cuyo rol tuvo importante en algún momento en el pasado, pero no se instaura el conflicto y la dinámica actual de su existencia. Actualmente con el decreto Supremo 280 del Ministerio de Educación se implementa el sector de Lengua Indígena en establecimientos educacionales que cuentan con un 20% de matrícula indígena y en aquellos que quieran favorecer la interculturalidad. Este sector cuenta con programas de estudio para cuatro dialectos: Aymara, Quechua, Mapuche y Rapanui. En algunos OA (objetivos de aprendizaje) de los programas se incorpora comunicar mensajes simples en el habla indígena perteneciente a la comunidad donde se vive. La profesora Mireya Sierra recalca que a nivel gobierno no hay lineamientos. Los profesores que quieren valorar la lengua lo hacen por iniciativa propia. “Pienso que no existe una sensibilización respecto de la cultura aborigen. Por lo tanto, no hay identificación y menos valoración. La educación ha hecho más, pero no como política de estado, sino por iniciativas personales de los profesores. Por ejemplo, se programan unidades para celebrar y reconocer al pueblo mapuche u otros”. Además, señala que tampoco se prepara al docente para difundir la memoria nativa. “Hay desconocimiento, falta de empatía, desvalorización y claramente un desapego a nuestras raíces. Lamentable, pero es así. Se privilegia lo extranjero, pero no lo que nos pertenece e identifica como cultura”, finaliza. Por otra parte, Patricio agrega que “El mapudungún comienza en casa, yo no puedo pretender que mis hijos lo aprendan si no me ven estudiarlo o hablarlo, por eso opino que debe fortalecerse desde la primera infancia. Junto con eso, si bien es el idioma con el que hacemos nuestras rogativas y ceremonias, tiene que dejar de verse como algo netamente ceremonial, y entender que podemos hablar de cualquier tema y aspecto de nuestras vidas en mapuche dungun”. Los contenidos relacionados a los pueblos originarios han sido considerados en cierta medida, desde la publicación de la ley indígena y en función de las pretensiones del Estado. Esto varía dependiendo de los gobiernos de turno y su interés por darle una mayor participación en el orden social e histórico a este tema. En febrero de 2021, el gobierno lanzó un programa de cursos en línea de mapuzugun. Fotografía cortesía de CONADI. Fidel Cid es un profesor de enseñanza media de Historia y Geografía, quien nos comenta que “algunos pueblos han tenido una cierta figuración en el currículum nacional, que corresponde al marco de la política educativa, es decir, lo fundamental que todo alumno debe aprender. No obstante, esta no está del todo bien ni completa, porque se debería tener como mínimo la integración de tres idiomas oficiales aprendidos por todos los chilenos como parte de nuestra cultura integrada”. Como antes es mencionado, no todos los establecimientos cuentan con la asignatura de Lengua Indígena en sus programas escolares. Marta Huecha es docente de mapudungún en la comuna de Lebu, capital de la provincia de Arauco, uno de los sectores con mayor presencia de mapuches. La profesora indica que “hay pocos profesionales que enseñen el idioma, por lo que cuesta entregar el conocimiento a toda la gente desde temprana edad”. Sin ir más lejos, la docente acusa que “si bien en Lebu todos los colegios tienen la asignatura, en otras comunas como Cañete, Curanilahue y Arauco muy pocos centros educacionales imparten el habla indígena, considerando que son lugares donde hay un gran porcentaje de su población”. Se habla de un desgaste en la cultura y el dialecto, lo que ocurre por situaciones sociales del contexto país. Marta Huecha cree que “en Chile existe muy poca educación sobre los pueblos originarios. Antes había mucha discriminación y los mapuches fueron ocultando su idioma para adaptarse más al castellano”. Sin embargo, la docente hace un diagnóstico positivo de las nuevas generaciones. “Los alumnos a los que he hecho clases demuestran respeto por nuestras raíces y su lengua originaria, ellos van bien encaminados”, cuenta la profesora que también se encuentra enseñando a personas adultas en la comuna de Curanilahue. Algunas organizaciones como la OPD (Oficina de Protección de los Derechos de la Infancia) han trabajado en conjunto con las comunidades para difundir la cultura autóctona en la etapa escolar, como es el caso de la orquesta infantil mapuche formada en Lebu. Moisés Huilcamán, músico a cargo de la agrupación, cuenta que “trabajamos en conjunto al kimche Sergio Millacura, quien entrega conocimiento sobre su comunidad y luego eso se expresa a través de la música”. Moisés trabaja con niños que aprenden obras musicales que representan el lenguaje y la cultura de los araucanos, lo que también contribuye a reivindicar la importancia de estas etnias desde la infancia. “La experiencia en este proyecto ha sido realmente maravillosa, poder aprender sobre los antepasados es necesario. Mi abuela fue machi y al compartir con Sergio Millacura se aprende mucho sobre nuestras raíces”, comenta el músico encargado de la iniciativa. La orquesta infantil mapuche de Lebu se presentó en la Base Naval Talcahuano en 2018. Fotografía cortesía de Entramar.cl. Cabe mencionar que los procesos democráticos que nuestro país atraviesa actualmente son la clave para generar cambios respecto a la integración de políticas que favorecen y defienden la interculturalidad. “Es necesaria la integración de estas comunidades indígenas, de hecho, algunas posturas políticas de los actuales candidatos están considerando esta alternativa, de hacer a Chile un país plurinacional y dejando cierta independencia de orden político y social en su organización única y especial como pueblos originarios” indica Fidel Cid. La resistencia por desaparecer que ha tenido este dialecto con el paso de los años es un factor que se puede aprovechar con creces gracias al uso de nuevas tecnologías y formas de comunicarse o propagar la información. “Opino que hay que reformular y reestructurar la enseñanza intercultural. Hay que normalizar y visibilizar la lengua originaria, bajarla del pedestal de lo sagrado y comenzar a verla como un idioma. En internet está lleno de nombres para bebés supuestamente en mapudungun que están errados y no tienen significado. La gente busca en Internet el conocimiento que está en las comunidades”, finaliza el comunero mapuche y profesor Patricio Bello. En fin, se necesita un cambio más profundo a nivel sistemático que garantice la incorporación de este lenguaje como una necesidad -al menos- en situaciones específicas. Para ello, se requiere comenzar desde el nivel educativo donde sea prioridad finalizar la cadena de violencia y discriminación hacia lo que representa ser indígena, para fomentar el posterior renacimiento del mapuzugun. Pues no estamos muy lejos de llevarlo a la extinción.