Las presidenciales que ponen en juego los avances en género

El próximo 19 de diciembre Chile enfrentará a una de las elecciones presidenciales más polarizadas de los últimos años, jornada en la que se podría ver un avance o retroceso importante en la protección de los derechos de las mujeres.

Las diferentes posturas de los dos aspirantes a La Moneda alimenta la incertidumbre sobre cómo afectarán sus planes de gobierno en distintas esferas, principalmente en temáticas de equidad de género y la protección de los derechos de las mujeres, demandas que se volvieron fundamentales gracias a la explosión del movimiento feminista y el estallido social del 18 de octubre de 2019.

En un contexto en el que ningún candidato ha logrado esquivar las polémicas, ya sea por su postura altamente tradicional, por las intenciones de fusionar el Ministerio de la Mujer con el Ministerio de Desarrollo Social y de Familia, por dichos infortunados de adherentes a su partido o por acusaciones de abuso años atrás; cabe preguntarse: ¿Cómo afectará en materia de derechos humanos y equidad de género la elección de alguno de los candidatos? ¿De qué forma se resguardarán los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres? ¿Cómo representan el rol de la mujer en sus programas de gobierno?

Derechos y equidad desde polos opuestos

La diferencia de 2,35 puntos entre los dos candidatos presidenciales dificultan las predicciones sobre qué pasará en las elecciones de segunda vuelta de diciembre. Sin embargo, a partir del análisis de sus respectivos programas de gobierno, es posible entrever los avances o retrocesos en cuanto a la protección de los derechos humanos y equidad de género. Para Helena Maffioletti Erratia, licenciada en ciencias sociales de la Universidad Católica y voluntaria en Momento Constituyente, la propuesta del candidato de Apruebo dignidad “plantea la equidad de género y un enfoque de derechos humanos como pilares de sus propuestas. Eso implica una temática fundamental en toda política educativa, de salud, de medioambiente y se encuentran de manera transversal dentro de su programa”, además de enfatizar en la participación política de las mujeres en espacios de representación, desde la junta de vecinos hasta en el Congreso.

En contraste, Helena comenta que del candidato republicano presenta discriminación clara hacia las mujeres, ya que por ejemplo, pretende incentivar económicamente a parejas casadas, dejando fuera otros formatos de familia. Además, la inserción laboral se dará en el ámbito económico formal, es decir, mujeres con contratos o con la oportunidad de tenerlo. Desde esta vereda, “se podría afectar negativamente la participación de esas mujeres en la vida, en la sociedad, en su situación económica y por ende también en la vida completa de esas familias”.

María Constanza Hernández, abogada de la Universidad Católica y activista feminista, sostiene que Chile estaría poniendo en juego no solo los avances sociales en materia de género, sino el reconocimiento de los derechos humanos de los nacionales, agregando que “el candidato de ultraderecha se posiciona en nuestra política como una amenaza a dicho reconocimiento, por ser de conocimiento público su ideología en contra de las luchas sociales levantadas en nuestro país”, dentro de las que se destacan la lucha feminista y las que buscan la reivindicación de principios históricamente negados a la ciudadanía. “En este sentido, la ausencia de propuestas feministas, así como la gran dotación de facultades que el candidato pretende otorgar a las fuerzas de orden y seguridad, no hablan más que de un atropello ”, concluyó.

Por otro lado, se encuentra un candidato de izquierda que busca recoger los principios que causaron la revuelta popular de 2019, comprometiéndose con un programa esencialmente feminista y que representa la materialización de las necesidades de la mujer a nivel legal y político. Según esto, Chile “podría aproximarse a un escenario de drásticas reformas en beneficio de los nacionales y sus derechos, reformas que pueden resultar desestabilizadoras en un comienzo, pero que a largo plazo podrían dar la solución a las demandas”, concluye María Constanza.

Gabriel Boric da a conocer su programa de gobierno con énfasis en el desarrollo y equidad social. Fuente: elmostrador.cl.

¿Mujer como individuo o pilar de familia?

Hoy por hoy los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres son parte importante de la discusión pública, los que constitucionalmente están ausentes y, por ende, fuera de la legislación. Ya se han prescrito algunos adelantos en la materia, como la entrega de la píldora del día después o la irrupción del embarazo en tres causales, no obstante, es imperativo consagrar estos derechos en la nueva constitución y en la agenda política del plan de gobierno que se consagre en diciembre. 

Pero no solo la agitación social y política pausaron el avance en este campo. Según la segunda versión de un sondeo de Corporación Miles en 2020, el 45 % de los encuestados presentó dificultades para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva por la llegada de la COVID-19 durante ese mismo año, mientras que el 56 % de las mujeres no tuvo acceso a métodos anticonceptivos. Sobre esto último, tan solo el año pasado 170 mujeres denunciaron haber quedado embarazadas por 4 anticonceptivos defectuosos, según alertó el Instituto de Salud Pública, dejando prever un atropello a los derechos de las mujeres y un problema en el servicio de salud. 

“Boric busca ayudar entregando anticonceptivos para no abortar (…) es lo que se está buscando hace años. El otro candidato busca eliminar todo eso, no quiere que haya educación sexual, el otro programa sí desea esto”, estas son palabras de la periodista y activista feminista de Concepción Fernanda Figueroa, asegurando que un gobierno desde el Frente Amplio podría significar un aporte concreto, mientras que desde el ángulo de un gobierno de ultraderecha, los derechos sexuales y reproductivos de la mujer se podrían ver coartados gravemente. 

Concretamente, José Antonio Kast no menciona los derechos sexuales y reproductivos de forma precisa, pero sí alude a ciertas dimensiones que se pueden considerar en este aspecto. En primera instancia, el candidato expresa que está en desacuerdo con el aborto en cualquiera de sus causales ya que defiende la vida desde la concepción, por esto, busca sostener el derecho de las personas naturales y jurídicas a la objeción de conciencia. Luego, propone crear un plan de promoción de la natalidad que se incentivará a través del impuesto según número de hijos, ofreciendo beneficios desde el tercer hijo en adelante. Por último, plantea un programa de prevención de VIH, el cual según Helena “no es bastante explícito en lo que implica, solo se dice que se va a crear este plan de sexualidad, para prevenir el VIH y enfermedades de transmisión sexual”. 

Por el contrario, en el plan de gobierno de Gabriel Boric se contempla: el aborto libre, seguro y gratuito, la interrupción voluntaria del embarazo como una prestación de salud garantizada, el acceso a anticonceptivos desde los colegios, una ley de educación integral, inclusiva y no sexista que enseñe sin discriminación a estudiantes y funcionarios públicos, protección de género y diversidades sexuales, actualización de las leyes de violencia ginecobsteta y el duelo gestacional, propuestas que desde Amaranta ONG, son consideradas como progreso ,dado que “es bastante importante que desde la más temprana infancia consideremos relevante el poder dar espacio a las discusiones, reflexiones y diálogos en torno a cómo reconocer nuestros derechos sexuales y reproductivos”.

Inclusión económica y laboral

En la actualidad, las mujeres chilenas ganan el 22 % menos que los hombres, incluso en los mismos puestos de trabajo. De hecho, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), asegura que la brecha laboral para las mujeres retrocedió 18 años en Latinoamérica y 10 años en nuestro país, disminuyendo la participación femenina de un 53 % a un 41,2 %, ya que aumentaron los niveles de cesantía y asumieron el cuidado doméstico.

Por su parte, el programa del candidato Boric se enfoca en la recuperación del empleo para las mujeres mediante el reconocimiento y remuneración de las tareas de cuidado de adultos mayores, niños, adolescentes y personas que en situación de discapacidad, lo que según Helena Maffioletti “es un aspecto muy poco visto en términos de políticas públicas”. Otra arista importante es la integración en el mercado formal con contratos a través del fomento de la igualdad de género, lo que podría traducirse en “oportunidades en áreas económicas altamente masculinizadas, como la minería y la construcción», señaló la licenciada en ciencias sociales. 

En su lugar, el candidato Kast se enfoca en la integración de las mujeres contratadas, lo que resulta problemático bajo un escenario en que muchas se desenvuelven en la economía informal. En efecto, no se observan mayores señales de avances en este apartado, puesto que “la agenda del candidato republicano no se refiere en ningún momento a las mujeres o disidencias sexuales en el ámbito laboral, por lo tanto, no pretende instaurar ninguna iniciativa con perspectiva de género”, precisa la ex candidata a constituyente por el Partido Verde, María José Gormaz.

El conservadurismo de Kast

Si bien en un inicio el candidato José Antonio Kast planteó el fin del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, hoy, frente a la urgencia de convocar, el ultraderechista incorporó una serie de propuestas que vienen desde un grupo de figuras femeninas de la UDI, entre las que se encuentran María José Hoffmann, Isabel Plá y Flor Weisse, y que intenta proyectar un cambio en el enfoque de su campaña. No obstante, a lo largo de los años el candidato del Partido Republicano demostró cuáles son sus valores, reivindicando el legado de Pinochet en su discurso

En ese sentido estas últimas propuestas contienen una profundidad casi nula, es como una lluvia de ideas que a duras penas permite vislumbrar un curso de acción, pero que,en el fondo, representa ideas conservadoras que niegan el escuálido desarrollo del país en materia de género y derechos humanos en los últimos treinta años. Para Gabriela Martinez del Museo de las Mujeres Chile, “Kast plantea un imaginario femenino donde la mujer debe estar ligada a la iglesia, cumpliendo roles tradicionales y conservadores como ser madre o esposa”.

Así, plantea una sociedad donde se pondera el rol reproductivo de la mujer, pero negando sus derechos sexuales. Para María José Gormáz, activista ecofeminista y biotecnóloga de la Universidad de Concepción, “el gobierno de la extrema derecha representa un retroceso en materia de derechos sexuales y reproductivos, ya que con el poder del presidente se podría ver afectado el avance hacia el aborto libre, seguro y gratuito En cambio, con el programa de Apruebo Dignidad, hay un claro apoyo al avance de los derechos sexuales, libres de moralidad”.

José Antonio Kast tras obtener mayoría de votos en primera vuelta. Fuente: adnradio.cl.

Los desafíos de Boric

El candidato Gabriel Boric formula en su programa cuatro principales propuestas relativas a los derechos sexuales y reproductivos. Estas son: las despenalización del aborto libre, la realización del cuarto plan de igualdad entre mujeres y hombres 2018-2030, cambiar el protocolo de objeción de conciencia, y respetar y defender los derechos de las personas que ejerzan el trabajo sexual.

Por otra parte, en materia de género el candidato del Frente Amplio apela a cinco postulados principales: impulsar la Ley de Matrimonio Igualitario, garantizar los derechos sociales, económicos y culturales de las personas LGBTIQ+, impulsar la Ley Integral Trans, compromiso contra la violencia y los crímenes de odio, y renovar la institucionalidad para asegurar el acceso de la comunidad LGBTIQ+ a cargos públicos y la elaboración de políticas.

Para Gabriela Martinez, a pesar de implicar un avance para los derechos de mujeres y disidencias, el eventual gobierno de Boric no sería feminista, pues “desde las feministas debieron nacer esas propuestas y no ser su comando el que las plantee, ya que Boric no se define feminista (…) de esta forma, estas ideas solo se pueden llevar a cabo de la mano de movimiento sociales, permitiendo una participación real y no discursiva o simbólica y, por otro lado, de la mano del parlamento”.

En tanto, para María Constanza el mayor obstáculo del candidato radica en su imagen personal más que política, ya que “ha sido ampliamente cuestionada por presidir un programa feminista y a la vez mantener una acusación de abuso en el pasado, siendo esto último aprovechado por el sector opositor”, por lo cual deberá brindar tranquilidad a todos los sectores y a su respaldo. Finalmente, y como advierte Amarante ONG “deberá hacerse cargo de este programa donde plantea una serie de propuestas y así también plantearse desde la autocrítica y la reflexión referente a sus propias conductas machistas y las de los hombres en general a nivel país”.

Top