El Problema De La Apropiación Cultural Latina En La Industria Musical Está Lejos De Terminar

Cada vez que la cantante española Rosalía gana un premio de música en una categoría de género latino, revive la misma controversia: un artista europeo o anglosajón haciendo dinero con los elementos de una cultura que no le pertenece. Sin embargo, no es la primera vez.

La polémica de la apropiación no comenzó con el boom de las canciones flamencas y colaboraciones urbanas de la catalana, sino que ha sido objeto de discusión hace años: desde Madonna con bailes representativos de la comunidad LGBTIQ+ de 1980, Katy Perry con vestidos propios de la cultura nipona y egipcia, Miley Cyrus con bailes característicos de las mujeres negras en cada concierto, hasta la banda australiana Coldplay junto a Beyoncé en un video musical en la India que poco y nada tenía que ver con el tema de fondo, son algunos de los grandes del mainstream que han sido acusados de utilizar símbolos culturales con fines capitalistas y, que en el fondo, alimentan una industria altamente lucrativa.

Para llegar a un consenso y delimitar interpretaciones personales sobre esta problemática, es fundamental saber qué significa ser latino en la actualidad, conocer qué es una apropiación cultural, en qué momento se trata de una apreciación o asimilación y cuál es el punto reconciliador en un negocio que crece gracias al intercambio y mezclas entre sociedades. 

Rosalía tras ganar dos premios en los MTV Video Music Awards 2019. Fuente: larepublica.pe.

La teoría de la apropiación cultural

Como lo indica Sebastián Valdebenito, licenciado de historia y colaborador del Centro de Investigación y Documentación en la Universidad Finis Terrae, la apropiación cultural es la adquisición de costumbres, objetos o rituales con el fin de cambiar, de forma intencional o no, el significado que poseen y otorgarles uno distinto con un objetivo específico. En sus palabras, la apropiación se da cuando un grupo se siente superior a otro y rechaza cualquier muestra cultural del grupo considerado inferior “como ha ocurrido, por ejemplo, con elementos de continentes como Asia o África, que tienen un significado social o ligado a la religión y son tomados por occidente para convertirlos en objetos de moda o de consumo masivo”. 

Este fenómeno se sitúa en varios momentos de la historia, sobre todo cuando se dan relaciones de carácter colonial donde hay una relación entre un país superior y otro inferior, lo que sigue ocurriendo en la actualidad. El sociólogo y coordinador en el Centro de Desarrollo Docente de la Pontificia Universidad Católica Cristian Muñoz, ejemplifica con el caso de España y Chile, precisamente cuando “los españoles colonizaron Latinoamérica, a nuestro país y acá ya había una tradición chilena en tal época. La apropiaron y dijeron que era parte de la suya”, por lo que existe una expresión cultural dominante que le quita a otra a través de distintos elementos, como un baile, un vestido o un estilo de música. 

Una demostración más actual es el lanzamiento de la línea de trajes que plasmó símbolos de la cultura Selkman, a manos de la marca de ropa Carnaval durante septiembre del 2020. Inmediatamente, la compañía chilena indicó que se habían inspirado en la historia del pueblo oriundo de Tierra del Fuego y que se trató a un homenaje a su historia y costumbres, principalmente a su vestimenta. Esto fue altamente comentado y cuestionado por diversos usuarios de redes sociales y totalmente rechazado por la Corporación Selkman de Chile, que por medio de un comunicado público declaró que “con esta forma de apropiación cultural se transgrede a todo un pueblo, a sus ancestros y a su espiritualidad”, además de ser una de las tantas formas de agresión que sufren históricamente.

En estos casos, para el periodista musical Francisco Tapia la apropiación cultural “existe cuando el cuico facho pone un negocio con nombre en mapudungún y, al mismo tiempo, detesta a los mapuches. Eso es aprovechamiento”.

Línea de ropa de la marca chilena Carnaval con elementos del pueblo amerindio Selknam. Fuente: biobio.cl.

¿Apropiación o apreciación?

Desde una vereda más amigable se encuentra la apreciación cultural, concepto que, según el licenciado de historia, no busca intervenir o cambiar el significado de las cosas, sino que aspira preservar y respetar el valor de los símbolos que componen una tradición. “En general, la apreciación implica admiración hacia otras culturas, no solo desde un punto de vista de las tradiciones sociales o espirituales, también implica valoración en cuanto a tecnología o poder económico”, concluye. 

Para Cristian Muñoz, la gran diferencia con la apropiación radica en la posición de igualdad que poseen los pueblos en que se da este canje de elementos y signos, ya que “si alguien conoce otra cultura, le gusta una cosa de allá y la empieza a incorporar en la suya, y a su vez no tiene ninguna connotación negativa, de dominación o con objeto de quitar, solo es un intercambio cultural normal”. Es aquí donde se produce un encuentro directo entre comunidades y relaciones de intercambio y colaboración, lo que desde la mirada local de Tapia “es súper emocionante, por ejemplo, que un grupo de músicos en Concepción sienta amor por la música gitana y de los Balkanes o que constantemente niños se interesen por cantar rancheras mexicanas. La inspiración y la creación musical es un universo infinito”.

Por el contrario, cuando son las minorías las que incorporan elementos de una cultura dominante, es porque se están integrando en un contexto social determinado; se produce una asimilación cultural. Un ejemplo claro son los grupos de inmigrantes, ya que se les obliga de manera explícita o implícita a abandonar sus costumbres, su forma de hablar, sus prácticas, entre otras características. 

Madonna cantando Vouge, una de sus canciones más populares, durante una gira en 1990. Fuente: los40.com.

El caso de la música latina

En la última edición de los premios Grammys se contó con tres categorías de música latina: Mejor Álbum Pop o Urbano, Mejor Álbum Alternativo o Rock y Mejor Álbum Tropical. Por su parte, los MTV Video Music Awards (VMA´s) ya incluían a Best Latin dentro de sus nominaciones, premio que no ha estado exento de polémica, ya que en los últimos años se le ha otorgado a la cantante española Rosalía: en 2019 por Con Altura junto al colombiano J Balvin y este año por Lo Vas a Olvidar junto a la estadounidense Billie Ellish.

En consecuencia no faltaron las personas que mostraron su disgusto en plataformas como Instagram, alegando que esto constituye un aprovechamiento y explotación de dotaciones latinas para fomentar la popularidad de sus carreras artísticas. El planteamiento de Tapia es crítico al asegurar que “Rosalía es un producto de la industria musical que, a mi juicio, sólo tiene valor comercial. Los premios Grammys premian a lo que más vende, es un premio creado por una industria que se celebra a sí misma”. Pero, ¿a quién se le puede considerar latino hoy en día? 

“Si hablamos en el presente, ser latino significa formar parte de una territorialidad que comprenden los países situados en el continente americano desde México hacia el sur, pasando por Centroamérica y Latinoamérica”, explica Valdebenito, agregando que se excluyen algunos países del Caribe que tienen raíces y lenguas anglosajonas, lo que a su juicio, los elimina de esta categoría, por lo que “si preguntamos a cada una de las personas que habitan los países a los que hicimos referencia, la gran mayoría coincidirá en que se sienten identificados como latinos”.

La complejidad del término no sólo se justifica en el espacio territorial; ser latino “significa compartir una lengua común, costumbres y tradiciones culturales similares (…) es el hecho de compartir un origen histórico en conjunto”, pues todo el territorio americano fue parte del imperio español en algún momento, lo que provoca que en la actualidad tengamos mayores similitudes que diferencias. De hecho, se podría hablar de una visión en constante cambio, puesto que “los conceptos con el tiempo se van reestructurando de acuerdo a los contextos históricos en los que están situados; también ocurre que se utilizan de mala manera y popularmente se les cambia el sentido original”, precisa el licenciado en historia.

Katy Perry en la presentación de los American Music Awards 2013. Fuente: español.upi.com.

No todo intercambio es malo 

En el contexto del Festival Fluvial en su versión 2021 celebrado en Valdivia, varios exponentes de la industria musical chilena, mexicana y española destacaron las excelentes relaciones entre los mercados en este ámbito en distintas conferencias. Durante la presentación del libro Canciones de Lejos, Correspondencias musicales entre Chile y México, la representante del Festival Nrmal Moni Saldaña manifestó que “entre Chile y México existe una buena relación musical, Chile siempre se ha visto como un buen ejemplo, porque tiene visión y unión”, destacando el intercambio cultural histórico que ha existido entre los países latinoamericanos y como cada uno enriquece al otro a través de la prestación de elementos.

Para el expositor Fabrizio Onetto, representante del sello discográfico mexicano OCESA Seitrack, “somos todos un resultado de los tiempos en donde vivimos (…) el artista chileno, por lo general, entiende cómo se produce este intercambio artístico y cultural, pero también sabe echar raíces y hacer carrera en México”, sumando que los países de habla hispana son la extensión natural de una carrera musical a pesar de las distancias, ya que se expresan en el mismo idioma.

Haciendo una comparativa, Onetto destaca que “el artista chileno lo entiende muy bien, a pesar de la distancia, sabe que en México está en casa, no como en Estados Unidos o Europa, ya que es un país hermano y no va a ser tratado como un extranjero”. Es más, en un mundo digital en que los algoritmos mandan y en que México es la capital mundial del streaming, Santiago de Chile se posiciona como la ciudad con más impacto en el consumo de música de tal país, generando no solo relaciones culturales, sino también algorítmicas y digitales. 

Incluso el trueque entre Chile y España puede ser visto desde el ángulo esperanzado de Cesar Andión, representante de la compañía española Live Nation, quien asegura que “el talento siempre ha existido y el intercambio también. Los que tenemos ya una edad crecimos viendo a Inti Illimani en la televisión española, o incluso a Victor Jara aunque estuviese prohibido (…) ahora se está empezando a hacer pero con otros géneros y estilos de música, como la urbana”, géneros que hoy en día hacen más fácil la colaboración entre países y que potencian una industria que ha sido marcada por la apropiación cultural y la popularidad más que por los intercambios culturales naturales entre sociedades. 

Billie Eilish en la alfombra roja de los MTV Video Music Awards 2021. Fuente: publico.es.
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