¿Qué es el espacio? ¿Qué secretos esconde? ¿Nos podemos oír a nosotros mismos en el espacio? ¿y los viajes en el tiempo son una posibilidad? Todas estas preguntas son las que Fernando Izaurieta, astrónomo y escritor, busca que te respondas tú mismo en un constante tira y afloja,  te respondas en el libro Agujeros Negros: destructores del tiempo.

A muchas personas les empezó a interesar el espacio, el universo y sus formas, por los incontables eclipses que se han dejado ver en los cielos de Chile durante los últimos años. Nuestro país, es un lugar rico y vasto de cielos exquisitos para poder investigar, jugar y preguntarse. Así, han nacido figuras referentes en ese ámbito, como el profe Maza. 

Otros, han empezado recién a divulgar ciencia, en un ejercicio tentativo y próspero de encontrarnos en el conocimiento. Uno de ellos es Fernado Izaurieta, quien escribió el libro “Agujeros Negros: destructores del tiempo”.

Este libro, lanzado en abril del 2020, es un viaje por los inicios del universo, pasando por los primeros descubrimientos que permitieron crear el escenario: las leyes de Einstein, hasta la increíble fotografía -y primera de un agujero negro que se logró hace unos meses.

En un lenguaje cálido, ágil y ameno, Fernando va creando poesía con la física y las matemáticas, convirtiendo estas últimas en un lenguaje que nos da la llave para conocer el universo. El libro cuenta con seis capítulos, estrenados con una parte de un poema, o alguna frase de un pensador, o incluso haciendo analogías con historias bíblicas o griegas. 

En un punto te preguntas como estas dos cosas se unen, pero finalmente, logran adquirir un sentido. Uno de esos capítulos se titula “El dolor galáctico” en el cual habla de los agujeros negros, como un monstruo movido por el espacio y el tiempo, quienes nos podrían permitir incluso conquistar otras galaxias.

Un agujero negro también puede ser superradiante y asombrarnos en su hipoteca posibilidad de crear luz para movernos a otros universos. Todo esto, se vuelve posible entre el límite de la ciencia y la ficción, en un relato inconmensurable y lleno de aventuras, que cada una cierta cantidad de páginas te obliga a parar y digerir la información.

Al terminar la última página, quedas con una sensación de certeza e incertidumbre, mezcladas casi a propósito en el laboratorio de las dudas. Izaurieta, puede ser el próximo joven referente que acerque a las ciencias a los más pequeños -o no tan pequeños- con una narrativa espectacular y que hace falta en las librerías de Chile.