Doña Lucía: la mujer que gobernó al dictador

«Lucía ha sufrido la condena de vivir demasiado. Vivir para soportar la pérdida de poder y la soledad. Vivir para presenciar la desintegración de su familia, experimentar el rechazo de la clase a la que tanto quiso pertenecer y percibir cómo aquellas mujeres que se le inclinaban ahora se ríen a sus espaldas”. extracto del libro Doña Lucía.

La periodista Alejandra Matus, autora de “El libro negro de la justicia chilena”, cumplió el sueño de muchos colegas. Conocer -siquiera un poco- la vida íntima de la quien fue la mujer más poderosa de Chile por 17 años. La única capaz de manejar a diestra y siniestra al dictador Augusto Pinochet y llevar a su familia a la más alta alcurnia.

La biografía no autorizada “Doña Lucía” relata lo que fueron los años mozos -y últimos- de la ex primera dama. Una investigación periodística muy rigurosa en las que trabajadores, choferes, exmilitares, sirvientes, entre otros, entregaron su relato de lo que era convivir con la mujer más dura del país.

Quizás sea el lado más personal que se conocerá de la viuda de Pinochet y, como todo libro, queda la duda: “¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción? ¿Pudo Lucia Hiriart ser más mala de lo que la sociedad cree? ¿Ella fue la creadora de todo el gobierno militar y quien dirigía al hombre más despiadado del país? Sin lugar a dudas “Doña Lucía” expone lo que fue la vida de la mujer de los 100 años o el último horrocrux para algunos.

Su padre, Osvaldo Hiriart, estuvo en contra de la dictadura de su yerno. Su madre, en cambio, era quien batallaba con Lucía por ser el centro de atención en los grandes salones recalcando su influencia y amistades con ex presidentes.
Fotos por La Tercera; collage por Valeska Plaza.

¿Empatizar con ella? Queda a juicio del lector y resaltar que el poder ciega a las personas ya el personaje produce piedad (justamente la que ella nunca tuvo). La novela está escrita en formato periodístico cuya lectura resulta interesante, a ratos incluso humorístico, con un orden cronológico, un lenguaje sencillo que facilita la lectura y resulta interesante por los detalles, poco públicos, de este personaje.

Esta novela volvió a alzarse en las librerías tras la muerte de la protagonista, 15 años después de su marido, y quien seguía y, probablemente, se mantendrá presente en la memoria de las familias de los detenidos desaparecidos y de las nuevas generaciones que, dependiendo de la familia o sector del que se provenga, tendrán una imagen positiva o negativa de la causante de tanta tristeza y miseria del país.

“Doña Lucía” demuestra que Pinochet era un simple soldado cabizbajo que soportaba cada una de las recriminaciones de su cónyuge por ser un “don nadie”. No se soportaban, pero él no era nadie sin ella, ya que fue Hiriart quien lo llevó a La Moneda y dio por finalizada la época del terror de, posiblemente, la familia más odiada del país.

Y tú, ¿por qué leerías Doña Lucía? ¿Interés, curiosidad o morbo?

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