Breaking Bad: la química del mal

Un profesor de química es diagnosticado de cáncer de pulmón, lo que desencadena un profundo cambio, pero no como cualquier enfermo convencional. Esta es la historia de Walter White o Heisenberg, como usted prefiera.

Breaking Bad es una serie estadounidense que fue creada y dirigida por Vince Gilligan, en donde se cuenta -con lujo de detalles- la historia de Walter White, un frustrado y desmotivado profesor de química, con varios años de carrera.

La rutina de Walter -papel que es interpretado por el actor Bryan Cranston- pasa por un antes y un después luego de que le diagnosticaran cáncer de pulmón y le dijeran que le quedan pocos meses de vida. Es en ese momento en donde su vida cambia completamente, pues comienza poco a poco a adentrarse en el mundo de las drogas al decidir fabricar metanfetamina para así costear su tratamiento y asegurar el futuro de sus hijos: Walter Jr. y Holly.

Es aquí cuando comienza lo bueno, pues en aquel momento Walter White pasa a llamarse Heisenberg, un malvado y misterioso sujeto que se dedica a fabricar la mejor metanfetamina de la ciudad y del mundo debido a su avanzado conocimiento en química.

A partir de ese instante, cada capítulo te dejará intrigado y con ganas de seguir viendo la serie, especialmente desde que Jesse Pinkman aparece en acción. Jesse, que es interpretado por el actor Aaron Paul, es un exalumno de Walter y que debido a su experiencia en el mundo de las drogas, es buscado por el mismo protagonista de la historia para ayudarlo a distribuir la sustancia.

El hecho de ser producida en Albuquerque, Nuevo México y contar con la presencia de personajes como Tuco Salamanca y Gus Fring, le dan un toque latino a la serie, necesario también para crear cierta cercanía con la audiencia de esta parte del mundo.

Dean Norris interpreta a Hank Schrader, agente de la DEA y que a la vez también es cuñado de Walter White, lo que le da un toque de permanente suspenso e intriga a la serie. Fotografía: Looper.com

Asimismo, las erráticas decisiones de Pinkman, producto de su juventud, sumado al sorprendente cambio de actitud y personalidad de Walter o Heisenberg luego de conocer el mundo de las drogas, convierten a esta serie de cinco temporadas en una obra aclamada por la crítica, con una ficción insuperable. Sin duda un imperdible.

Las 16 nominaciones a los premios Emmy -ocasión donde obtuvo seis galardones-, los dos Globos de Oro obtenidos por Bryan Cranston y Aaron Paul y lo más importante: quedar en el inconsciente colectivo de quienes siguieron la serie durante las cinco temporadas dan cuenta de la calidad de una obra como la de Breaking Bad.

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