Pasó el tiempo y, con ello, se fueron varios personajes fundamentales de esta enigmática producción, aunque la idea central siguió siendo la misma. Pero, ¿se logró mantener realmente la esencia de esta serie?

Irrumpió el año 2018 en la plataforma Netflix y de ahí, se alzó como una de las series del momento. La producción española, “Élite”, encantó a un público que además de atraparse con su trama se enamoró de los personajes y, aunque muchos de ellos no eran del agrado de todos, fueron los antagonistas perfectos de esta historia.

De todas maneras, los potentes papeles de Lucrecia, Carla o Valerio quedaron atrás y dieron paso a la llegada de nuevos rostros que vinieron a dar vida a lo que resta de la serie, sin embargo, nada volvió a ser lo mismo.

Respecto a la calidad actoral de estos emergentes personajes no hay mucho que criticar; estuvieron brillantes en la cuarta temporada y se notó que los seleccionaron muy bien para sus papeles, no obstante, no representaron -ni mucho menos igualaron- el impacto que tuvieron las antiguas figuras. Por ejemplo, en esta última secuela apareció Ari que -desde mi punto de vista- se incluyó para llenar el lugar que dejó Lucrecia. Era -exactamente- la copia de lo que representó “Lu” en las primeras temporadas, con carácter fuerte, empoderada y controladora, pero jamás con la misma esencia.

Desde mi perspectiva, lo que se intentó por parte de los creadores de la serie, Carlos Montero y Darío Madrona, fue extender lo más posible la producción, ya que estaban conscientes de la popularidad de esta entrega. Sin embargo, creo que en su deseo de seguir con la historia, no calcularon cuánto perdieron sin sus principales rostros. “Élite” no dejó de vender, eso está claro, pero borró parte de su identidad y trató de emular una similar que, por más que se pareció, nunca se logró igualar.

De todas maneras, dentro de toda esta crítica a los nuevos personajes y al debilitamiento de la serie, no puedo pasar por alto la que, para mí, fue la actriz más destacada de la cuarta temporada y que igualmente llegó en esta última secuela. Me refiero a Martina Cariddi, quien interpretó a Mencía; esta joven no llegó a ocupar el lugar de nadie ni mucho menos a interponerse en las relaciones de otros, sino más bien, apareció para contar su propia historia que, sin duda, fue una de las más atrapantes.

Cuando quieras ver una trama adolescente con algo más que misterio, “Élite” es una gran alternativa, solo no seas fanático de algunos personajes como yo, porque tal vez la serie no termine siendo lo que esperabas.