Salud mental: el inesperado impacto de la presencialidad en escolares

Tras 2 años de aislamiento, la nueva normalidad revela cómo ha afectado a la salud mental.

A un mes del inicio de clases presenciales es importante hablar de la salud mental, son claras las diferencias que presentan las clases online a comparación de volver a las clases en el aula, agregando las preocupaciones que conlleva la pandemia en la que -aunque mucho parecen olvidarlo- aún seguimos viviendo. Para adolescentes resulta más sencillo identificar si algo les está causando ansiedad u angustia para, luego, buscar ayuda u apoyo, pero ¿Cómo afrontan estas emociones los estudiantes de enseñanza básica?

Presencialidad ¿positivo o perjudicial?

En estudiantes de 7° y 8° básico resulta beneficioso el regreso a clases presenciales, ya que a que su círculo social es más que sólo sus familiares, comprenden lo que conlleva la situación actual de la pandemia. Martina Zambrano, estudiante de 8° básico en el colegio Santa Luisa de Concepción, representa perfectamente lo que antes comentamos, “el estrés de estar encerrados y de la sobrecarga académica realmente me afectó, además de la incertidumbre de no saber qué pasaría en el futuro” explica en cuanto al aislamiento en pandemia, para luego agregar que “Había días que colapsaba y me ponía a llorar de la nada”.

Al abordar el tema de la presencialidad, Martina nos comparte su experiencia diciendo lo siguiente “La verdad mi estado anímico mejoró bastante, el hecho de convivir con personas de mi edad y dejar de rodearme del mismo círculo de siempre, fue como tomar un aire nuevo” y en cuanto a lo académico mencionó que a pesar de sentir mayor carga, las clases presenciales le aportan educación de mejor calidad.

fotografía: La discusión.

Importancia de la previsión en el aula

Los profesores de enseñanza básica son parte esencial para la prevención del deterioro emocional de niños y adolescentes, ya que dentro de las instituciones académicas ellos son quienes más tiempo pasan con los estudiantes, siendo de cierta forma una “segunda familia”. Tomando en cuenta los niveles de Bullying (5.934 casos grabes denunciados entre 2020 y 2021), el incremento de ansiedad y depresión infantil (el cual representa un 42,9% dentro de los problemas de salud mental diagnosticado entre 10 y 19 años en Chile), el cómo las instituciones reaccionen a estos casos para tomar las medidas, brindar el apoyo y atención necesaria para aquellos escolares que lo necesiten.

Carolina Silva Montero, Profesora General Básica en nivel de 1° básico en el liceo Bicentenario Jorge Sánchez Ugarte de Concepción, afirma que “pocos estudiantes demostraron, la primera semana, sensación de angustia y manifestaron extrañar mucho a su familia. Ya en la segunda semana se adaptaron y hoy se ven contentos y siguen la clase” agregando para finaliza con que, en el liceo en el cual trabaja, han tomado medidas para comenzar a retomar el ritmo de estudio

“se ha formado a los estudiantes para que tomen el ritmo y hábitos que en nuestro caso no están incorporados por la edad y en cursos más grandes retomarlos pues se habían olvidado un poco”.

Opiniones de un profesional

Javier Bustos, psicóloga encargada de la convivencia escolar, en una escuela rural de Tirúa, trabaja con niñas de 5 a 13 años de edad, equipo docente, asistentes y directivos para a planificamos un retorno progresivo a las actividades presenciales. Esto significó habilitar la atención de estudiantes en grupos 8 personas por sala 1 vez a la semana, para que los estudiantes se adapten con el establecimiento, ya que algunos no conocían la escuela, sobre todo de cursos como prekínder y primero básico.

Comentó que los primeros días los estudiantes se mostraron muy alegres de volver “el plano emocional: los primeros días eran pura alegría por estar juntos de nuevo, por las novedades de usar alcohol gel en la escuela”.

En cuanto a su opinión respecto al cómo se aborda la salud mental de los niños, niñas y adolescentes en escuelas y colegios no fue muy positiva como la opinión de Carolina Silva, mencionada con anterioridad. La profesional expresó su desazón ante la falta de consideración ante los planes que se proponen a padres, tutores y profesores sobre la salud mental de los estudiantes, diciendo lo siguiente “Las personas adultas que trabajan en educación han perdido sensibilidad, como la población en general, al momento de tratar a otro, hemos perdido la capacidad de afectarnos, por la necesidad de dominar, de imponer”.

Para la profesional, el sistema no está tomándole la pertinente a la salud mental de los estudiantes, afirmando que

“para el actual sistema educativo lo importante es que los estudiantes sean obedientes, haga caso, aprenda de memoria lo que le están diciendo, saque buenas notas y así la escuela sea bien reconocida. Pero la salud no importa”.

Comentando que no se incluye en algún programa una asignatura de desarrollo personal ni una planificación de estos contenidos que resultan ser tan importantes de ver en esta etapa del desarrollo de los estudiantes.

Normalizar el hablar de estos problemas a temprana edad es importante para bajar los niveles de estos mismo en nuestro país. No hay que olvidar que sin salud mental no se logra tener salud física.

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