Las formas de consumo de contenido audiovisual han ido evolucionando, y con este cambio plataformas como Twitch, Youtube y Trovo son cada día más protagonistas.

Benjamín Espinoza Vaccaro

Desde sus inicios las emergentes plataformas de video en streaming destinadas a la transmisión en vivo, publicación de videos y espacios de interacción con el público han ido en constante ascenso. Sin embargo, han llegado a tal punto, que los medios tradicionales comienzan a mirar con cierto desconcierto, desconocimiento y recelo, el enorme éxito de audiencia y la positiva recepción por parte del público, que han logrado estos nuevos espacios de interacción.

Tras su lanzamiento en 2011, bajo el nombre de Twitch Interactive, la plataforma enfocada en la retransmisión de la categoría de videojuegos, realización de torneos y eventos importantes del rubro no ha dejado de crecer. No es casualidad que el innovador proyecto haya llamado la atención de gigantes como Microsoft o Google, para terminar, finalmente, en manos del gigante Amazon en septiembre de 2014. Pero, ¿Qué fue lo que proyectó Amazon en la plataforma Twitch?

Si bien la televisión continúa como el medio predilecto, en cuanto a consumo diario a nivel mundial, el internet, y en específico Twitch, han logrado captar la atención del público joven. Aquella comunidad, a día de hoy, se aleja cada vez más de las fuentes tradicionales de información y contenido.

Un distanciamiento entre la audiencia y los grandes medios de comunicación, por factores como la veracidad, la proximidad con la gente, pero además una época de transformaciones y evolución en la forma en que nos comunicamos.

Así, se ha ido construyendo la figura del nuevo comunicador denominado streamer, muchas veces criticado y cuestionado por el periodismo tradicional. Un rostro que, para la plataforma, significa alguien potente, con un público y una comunidad detrás que lo siguen y apoyan; y que le permite dar vida a los directos y llamar la atención de la publicidad, otro factor clave en el enorme crecimiento. Contratar grandes rostros significa un crecimiento en la base de usuarios activos y recurrentes, mayor publicidad, mejores audiencias, etcétera.

La reacción de quienes lideran los grandes medios no ha sido muy proactiva, considerando que, ni desde los espacios tradicionales, ni desde el rol particular del periodista se ha buscado un acercamiento ni familiarización con estas plataformas. Que además, entregan una herramienta potente e innovadora, un espacio distinto de transmisión y una nueva forma de comunicar, de interactuar con el público, y con quienes conformen un determinado streaming.