Tradición mapuche en peligro de extinción

Con el estallido social nos hemos puesto más en contacto con nuestras raíces, reconocimos que ser «indio” no necesariamente es malo y que la comunidad mapuche a través de la historia ha perdido bastante. Lo trágico es que esta historia de pérdida no se queda en el pasado, sino que es algo que se sigue viviendo.

En la escuela nos contaron que los españoles vinieron a colonizar América y, por ende, nuestro territorio. También nos relataron como hubo un grupo de indígenas de la zona centro sur que se resistieron a esta colonización que, en el lado norte fue mucho más sencilla. De ahí es que conocemos a los mapuches, un grupo de personas con costumbres muy arraigadas y eternos defensores de la tierra.

Un mapuche que en el Gran Concepción todos conocemos su nombre, es el cacique Tralkaweñü, ¿no te suena verdad? Para hacerlo más fácil, te lo presento en español, el cacique Talcahuano y sí, la comuna costera fue llamada precisamente así en honor a este hombre.

Mapuches a la ciudad

El libro Historia y experiencias mapuche en el puerto, explica que la mayoría de las migraciones a Talcahuano se hicieron en la década de 1990, desde zonas que se encuentran al sur del río Biobío como Temuco, Coñaripe, Nueva Imperial, Carahue o Puerto Saavedra.

Según Jenny Paillalef, coordinadora del Departamento de asuntos indígenas de la Municipalidad de Talcahuano, “varias mujeres mapuches se vinieron jóvenes a la comuna y se criaron como chilenas. Durante muchos años se vio la discriminación, por lo que ellas ocultaban hasta su idioma”. Esto no sólo se delimitó al sexo femenino ya que los hombres también escondieron sus raíces, como fue el caso del padre de Nora Melipillan, quien descubrió su ascendencia mapuche por su apellido y unos familiares que vivían más al sur, “yo creo que muchos mapuches sólo quieren encajar, se avergüenzan de su sangre”, aseveró.

Las muñecas mapuches son una artesanía tradicional de esta comunidad. Hoy en día se pueden conseguir en ferias de emprendedores o artesanales.
Fotografía de Lorena López.

Pérdida de tradiciones

“Lamentablemente el mapuche urbano no tiene tanta atención y ayuda como el mapuche rural. Ellos tienen más apoyo en proyectos y subsidios como los de tierras indígenas, de crianza de animales o de invernaderos y huertas”, dice Andrea Burgos Paillalef, socia fundadora de la Asociación Talcahueñu Ñi Folil. Agregando que en la ciudad se están cortando las tradiciones debido a que “varias personas no saben cómo hacer las comidas o las modifican, que es algo que no corresponde; tampoco conocen el correcto uso de los accesorios y vestimenta mapuche y los utilizan mal, a pesar de que esto tenga significados negativos”.

Otro punto que contribuye negativamente a la pérdida de las raíces mapuches es el interés por las becas estudiantiles por sobre la cultura en sí. Al respecto, Andrea menciona que “se le pide a la juventud participación, pero no lo hacen, no se integran a ningún curso en el cual puedan aprender más de nuestras tradiciones”.

¿Cómo salvar las tradiciones mapuches?

Hasta hace un tiempo existía la creencia de que mezclar lo mapuche con lo municipal era algo negativo y por esto mismo es que las autoridades no podían hacer mucho al respecto, ya que la comunidad mapuche bloqueaba todos sus intentos. Actualmente, gracias al trabajo del Departamento de asuntos indígenas, cuyo objetivo es aportar en el desarrollo de los pueblos originarios de la comuna y construir una coexistencia basada en el respeto por la diversidad, la equidad y la participación, esto está cambiando.

Para esto, Jenny Paillalef explica que en Talcahuano “se están realizando talleres gratuitos para todos los habitantes de la comuna y no sólo para las etnias, para que se conozca y comprenda la cultura, historia y cosmovisión mapuche desde sus inicios”. Para la coordinadora municipal, que la comuna sepa desde lo más básico como el abecedario, las vocales y la forma de escribir, es lo más importante.

Paillalef cuenta que fue cuestionada por la decisión de impartir cursos para todos y no sólo para los indígenas, pero como ella mismo manifiesta “si se quiere tocar el punto frágil de las personas en Talcahuano, primero hay que darles el conocimiento de dónde vienen. La mayoría se cree chileno pero lo que no saben es que el 80% de la comuna tiene sangre mapuche”.

El cacique Tralkaweñü se caracterizaba por ser un hombre elocuente y versado en la guerra, participante de importantes eventos en contra de los españoles.
Fotografía de Lorena Lopez.

Respeto hacia la vida y creencias mapuches

Nora Melipillan, integrante de la Asociación Talcahueñu Ñi Folil desde hace más de ocho años y participante actual de la mesa comunal de salud; relata que “antes del PESPI (Programa Especial de Salud y Pueblos Indígenas) no se conocían ni respetaban las costumbres mapuches”. Ahora con la instauración de este programa, las personas que son reconocidas legalmente como mapuche, tienen acceso al parto respetado y a una atención de medicina ancestral con una machi.

Otra forma de mantener y divulgar la tradición mapuche a las personas de Talcahuano, son las ferias emprendedoras y los viajes rurales que se realizaban antes de la pandemia en donde participaba gente de la organización y gente externa a la comunidad.

Mientras la comunidad mapuche en sí hace su mejor esfuerzo por no extinguirse, ¿qué podemos hacer nosotros? El conocimiento y el respeto son lo principal para Andrea, Jenny y Nora. Esta última opina que “una vez se está en contacto con los mapuches y se conoce su realidad, todo cambia”. Este es un momento crucial en donde proteger la cultura mapuche significa enriquecer la nacional.

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