FEC realizo semana mechona para darle la bienvenida a los nuevos alumnos a la UdeC, olvidandose de alumnos que no tienen donde arrendar.

Con el inicio de un nuevo año académico y la esperada vuelta a la presencialidad, la UdeC volvió con las actividades, dando bienvenida a los mechones de los años 2020, 2021 y 2022. Por su lado, la FEC realizó la esperada semana mechona que inició el 12 de abril y finalizó el miércoles 20 del mismo mes, teniendo un gasto de $17 930 000 para su realización.

Era de esperarse la gran cantidad de estudiantes que asistió a la llamada “semana mechona”, ya que las actividades dispuestas por la FEC tenía a una gran cantidad de muy buenos invitados y que atraían obviamente a muchos de los estudiantes y en general a los jóvenes de Concepción, pero ¿Era realmente necesario hacer una semana mechona tan ostentosa, con artistas que están en el top 1 de los artistas más escuchados de Chile, teniendo a alumnos que provienen de otras regiones, sin hospedajes? Para mí, la respuesta es sencilla, no.

Se sabe que para que pudiesen asistir a la Mega Fiesta Mechona tenían que pagar entrada, por lo que los gastos en esa actividad no corrieron totalmente por parte de la FEC, pero de igual forma fueron 5 días de celebración que liquidaron casi 18 millones de pesos, donde gracias a un buen baile pareciera que nos olvidamos de una gran cantidad de estudiantes que no tienen donde vivir en Concepción.

Es verdad, a veces nos centramos mucho más en criticar que en valorar las cosas o simplemente en aportar correctamente a lo que criticamos. Hay que recalcar que la semana la disfrutamos todos y todas, y que nos hizo recordar los años mozos de una vida sin pandemia, pero este tema que afecta a un centenar de alumnos, es algo serio y que claramente hay que solucionar.

Conversando con algunos alumnos de la universidad, nos damos cuenta que hay jóvenes que viajan todos los días desde sus ciudades, por que no encuentran arriendo para vivir (ciudades como Los Ángeles); otros que arriendan en ciudades aledañas y viajan cada día para poder asistir a clases; otros que se esfuerzan por pagar arriendos extremadamente caros y otros, que simplemente no asisten a clases presenciales.

Las simples soluciones que han entregado, como la flexibilidad de no tener asistencia obligatoria, la grabación de las clases y una modalidad híbrida, no son suficientes ante la necesidad de tener las mismas oportunidades de aprendizaje que alguien que sí asiste a una clase presencial, donde la solución pertinente, becas que aminoran los gastos, aún está en veremos.

En un tema tan delicado como este, la FEC como federación de estudiantes debe mostrar potestad en las negociaciones con la universidad, aportando económicamente para que la beca entre en vigor lo antes posible, dejando en claro que su prioridad es ayudar a la comunidad de estudiantes que no tiene dónde hospedarse y no realizar una fiesta ostentosamente innecesaria.