Posición de Revista Entrelíneas y responsabilidad social.

Hace unos días el reloj climático, el que cuenta de forma regresiva cuánto tiempo queda para evitar problemas irreversibles en el planeta, se actualizó.

Ante esto, nos preguntamos ¿será que en los próximos siete años se lograrán los cambios estructurales y sistemáticos a nivel mundial para revertir la situación global? Preguntas como esta, nos hacen reflexionar acerca de la responsabilidad social y ambiental que tenemos los “más chicos” como nosotros: empresas que no deforestan ni destruyen la naturaleza para producir, pese a que utilizamos la materia prima ya producida, por ejemplo, el papel.

Nuestra responsabilidad está, entonces, en gestionar políticas y normativas internas que contribuyan en la disminución de contaminación en nuestro entorno. Es importante entregar nuestro grano de arena, porque no es insignificante si se educa a toda la población para que sea un trabajo en equipo. Y, aunque el escenario parezca desalentador, nuestro optimismo nos permite pensar que, si todo parte por casa, desde allí se puede hacer una política nacional que motive también a otros países a hacer todos los esfuerzos posibles para evitar la irreversibilidad de los efectos climáticos.

Claro está que el gobierno de Chile tiene la gran responsabilidad de negociar con las empresas más contaminantes del país, lo que, evidentemente, no ha sido ni será una tarea fácil pensando los compromisos económicos con tratados y otros países, pero también en todas las demandas que han exigido las organizaciones no gubernamentales y activistas ambientales para evitar continuar con la destrucción de nuestros ríos, bosques, lagos y otros espacios que se han visto severamente afectados.

Lo que a nosotros como medio de comunicación nos compete, es el compromiso con el medio ambiente y tener toda la disposición posible para hacer los cambios necesarios, comenzando por el análisis hacia una digitalización del medio y la búsqueda de nuevas estrategias sustentables. Definitivamente no es sencillo y, sin duda, se requiere de normativas políticas mayores y legales. Es por esto que, como medio de comunicación, hacemos el llamado a una educación ambiental con compromiso social y gubernamental.

Karolina Castillo

Editora Revista Entrelíneas.