La normalización de las adicciones en la educación superior Entrelíneas por Raimundo Jury - 29 abril, 202229 abril, 20220 Las drogas lícitas e ilícitas están muy presentes en la vida universitaria. No es ajeno a la normalidad del ambiente escuchar sobre el consumo excesivo de sustancias y bebidas durante largos periodos, así como también de argumentos que defienden su uso extremo. ¿Se tendrá conciencia del daño que pueden causar a largo plazo? Muchas veces he oído a personas de mi edad recomendar la marihuana para reducir el estrés que conlleva sobrevivir ante una carrera universitaria. La verdad es que en todas las ocasiones en que he intentado experimentar el «relajante natural», se genera en mí todo lo contrario. Según estudios que demuestran el daño del consumo de los verdes, se impone el “síndrome amotivacional”. Este consiste en un conjunto de síntomas que determinan la disminución de la iniciativa personal de los usuarios. Además de ese efecto en el organismo, se agrega una disminución de la capacidad de concentración y memorización. En el caso de los estudiantes en la educación superior, estos efectos podrían llegar a ser problemas trascendentales por las exigencias que significa cursar una carrera. La dificultad para conseguir este estupefaciente es básicamente nula, por lo que se consideraría una droga accesible. Es importante recordar que no por ser un producto catalogado como “natural” es una sustancia inofensiva. Incluso su alteración de la percepción de la realidad podría ser un gatillante de accidentes. Estoy a favor de la legalización de la marihuana, porque creo que cada quien puede hacer lo que quiera con su vida, pero no estoy de acuerdo con la desinformación. El punto principal de comparación es el cigarro. Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, los fumadores pueden volverse rápidamente dependientes de la nicotina, experimentando síntomas de abstinencia cuando se deja la droga lícita. La sustancia química no está presente en los “porros”, pero en su reemplazo se encuentra el THC. No quiero que me malentiendan, yo pienso que todas las sustancias que provocan dependencia son malas. Así como también aquella que se presenta en botellas y se vende en supermercados, en la que me he visto inserto en un grado menor. El alcohol es la droga más consumida por los jóvenes. Fuente: EFE. Según análisis del SENDA, los jóvenes entre 15 y 24 años beben en promedio 8 tragos cada día de consumo. Una cifra quizás un poco lejana a la realidad de los estudiantes que visitan establecimientos nocturnos durante la semana, pero que no deja de ser alarmante. Quizás mi punto de vista está cegado por mi rechazo hacia las dependencias de cualquier tipo. O también por la envidia que me provoca que este “remedio natural” sí funcione para otras personas, mientras que yo todavía no logro encontrar un escape para mis desesperaciones.