Amparadas por ley: el futuro para el fútbol femenino chileno Entrelíneas por Isidora Muñoz - 29 abril, 20222 mayo, 20220 La diputada Erika Olivera lideró junto con seis personas la moción que exige el trato igualitario entre jugadores y jugadoras del deporte, culminando en la creación de la ley 21.436. El fanatismo por el fútbol ha llevado a las personas a crear equipos y clubes deportivos que logren acercar a la gente para experimentar por sí mismos la emoción del juego, por lo que la participación de mujeres fue un impulso para expandir aún más la adrenalina y a la vez, demostrar que no era una actividad exclusiva para hombres. Al no ser novedad que las labores de las mujeres se vean minimizadas frente a las de los hombres, la posibilidad de que ellas se profesionalizaran en el fútbol no era una opción viable, pero ¿cómo es que un deporte tan influyente ha dejado de lado una rama tan importante como lo son las selecciones femeninas? En Chile, la ley 21.436 cambia esto: decretada el pasado 1 de abril, exige que las sociedades deportivas profesionales celebren contratos con sus jugadoras, brindando las mismas condiciones y beneficios que tienen los jugadores, teniendo un solo empleador y evitando la subcontratación. En la transición Para Gabriela Salgado, ex jugadora del equipo de la Universidad de Concepción, la noticia viene a alentar a sus compañeras que aún están en el equipo, y habría sido un suspiro de alivio para ella, pero egresó el año pasado de su carrera y no puede continuar en el plantel. “Estuve sin contrato y se habló de profesionalizar después de seis meses de promulgada la ley, prácticamente cuando ya estén obligados a hacerlo, no por iniciativa propia.” Gabriela, quien ahora es arquitecta, explica que incluso con la ley por sobre los clubes, en primera instancia el porcentaje de contratación (al menos el 50% del plantel durante el primer año) no garantizaba que ella fuese parte de ese grupo. En este sentido, la ex jugadora explica que haber sido contratada le habría dado estabilidad laboral, además de haberla impulsado a seguir con su pasión. “Luego de egresar, me propuse finalizar el año en el equipo… Seguimos por amor al grupo, al fútbol. Pero debí terminar con esto para comenzar otra etapa y lograr estabilidad económica, y teniendo contrato quizá podría haber extendido mi pasar y justificar mi sacrificio.” Parte del plantel femenino del equipo de la Universidad de Concepción. Fotografía: @Udecfemenino en Instagram. Este es uno de los escenarios en donde se encuentran muchas de las jugadoras de fútbol a nivel nacional, sacrificando su tiempo por un deporte y equipo que, si bien son objetos de su pasión, tal como Gabriela, tienen claro que los goles y el vitoreo del público no pagan las cuentas. Otro caso es el de Isidora Sepúlveda, también estudiante de la Universidad de Concepción y parte del plantel, pero que lleva cuatro años en el equipo, aterrizando en la selección sub 17. Este año entró a estudiar derecho, por lo que la profesionalización es una opción vigente para ella. Pero aún así, dice que de no haber una ley que exija un contrato, no habría cambios en su estadía en el equipo. “Soy una jugadora joven que ya está en el plantel adulto, y no tengo mayores preocupaciones económicas que el transporte y mis implementos de juego, los que compro con ayuda económica que recibo desde la universidad.” Además, Isidora dice que si “muy a futuro” el club le ofrece un contrato, pensaría en la probabilidad de aceptarlo y firmarlo, ya que sería un ingreso adicional ganado por la dedicación y esfuerzo que ha hecho por el equipo. Cambios para el futuro Por otro lado, muy alejado y diferente, esta ley viene a ser un rayo de esperanza para las niñas que hoy en día están en talleres o escuelas de fútbol, y sueñan con un futuro en donde las canchas y el pasto sean parte de su diario vivir. “Ahora, ella podría vivir de eso si lo quisiera”, dice Mariana Díaz refiriéndose a su hija menor, Martina. La niña, de apenas 5 años, juega fútbol con sus amigos y hermanos mayores, y ha desarrollado apego al deporte, llevándola a ver cada uno de los partidos de la selección nacional femenina. “Su ídola es la Tiane Endler, quiere ser como ella y viajar por el mundo jugando a la pelota.” Y aunque Martina todavía no esté en una escuela de fútbol, o aún no entienda la diferencia entre la función de una arquera y las demás jugadoras, su madre está tranquila sabiendo que gracias a esta ley, podría tomar todo esto como algo más que un simple pasatiempo, siendo una profesional y a la misma altura que sus colegas hombres. Christiane Endler, arquera y capitana de la selección femenina chilena, también arquera del club París Saint-Germain. Fotografía: París Saint-Germain. Por otro lado, la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino estuvo pendiente de todo el proceso que dio creación a la ley, y su directiva estuvo presente al momento de la promulgación. Hasta el cierre de esta edición, no se recibieron respuestas de su parte para participar en este escrito, pero desde su cuenta de Instagram anunciaron el día de la promulgación, que esperan “que este avance permita mejorar las condiciones, no solo laborales, sino que también sociales de todas las mujeres a quienes les apasiona el fútbol.” Así, se espera que se sigan sumando cambios que puedan aportar al futuro de las niñas chilenas y de todo el mundo, sobre todo en el ámbito laboral, pudiendo dar el mismo valor e importancia al trabajo tanto de hombres como de mujeres.