Día de la madre: un secuestro comercial Entrelíneas por María Garrido - 6 mayo, 20226 mayo, 20220 Si bien se reconoce el valor humano y social de esta fecha, la influencia de su explotación comercial tiene efectos grandes y a veces invisibles Foto de EKATERINA BOLOVTSOVA en Pexels. Si estoy en lo correcto, el Día de la madre en Chile se celebra el segundo domingo de mayo. Algunos podrían decir que es una tradición, una obviedad, casi una norma, pero ante todo una fecha de amplia importancia. Con “amplia” me refiero a que atrae diversos intereses, desde el humano y personal, hasta el económico. Lo cual si me preguntan… incluso me asusta un poco. Creo que la mayoría de mi generación creció haciendo regalos para el Día de la madre en el colegio: collares de tallarines, figuras de cartón, dibujos, etc. Personalmente lo disfruté. En parte porque me gustaban las manualidades, pero también porque sabía que no me faltaría algo que darle a mi mamá. ¿Comprar un regalo? Imposible, mi poder monetario consistía en el pasaje de la micro. Tal vez por eso me puse a llorar desconsoladamente cuando cierto año mi regalo (una flamante caja de rollitos de diario) se aplastó en la mochila: porque era todo lo que podía ofrecer. Al pensarlo ahora, me parece tanto curioso como perturbador que a esa edad no fuese una idea universal que, incluso si no podíamos obsequiar algo, todo estaba bien. Que no se caería el mundo y que no estaríamos fallando. Hablo en plural porque, aunque me gustaría decir que solo era un problema mío, no puedo. Mientras yo lloraba por un regalito aplastado, tuve compañeros que lloraron porque les costaban las manualidades y al salir del colegio lo primero que veían eran vitrinas atestadas de carteles rezando “¡Demuéstrale cuánto la quieres!” y un montón de productos con precios en grande. Incluso en el horario infantil de la televisión abierta nos bombardearon con comerciales similares. En pocas palabras: el entorno no ayudaba. ¡Sorpresa! Incluso hoy, no lo hace. Si bien las compras son un elemento necesario para mantener funcionando esto que llamamos sociedad, no puedo evitar sorprenderme al ver que en la pandemia no desapareció este fenómeno. Me lleva a pensar que la apropiación comercial de una festividad que surgió como algo espiritual, terminó por darle un carácter casi transaccional al acto de mostrar cariño y gratitud. Por supuesto, no será igual para todos los chilenos, pero con semejante fijación mediática es inevitable (y lamentable) que se distorsione el mensaje de “puedo dedicar el día a esta persona” a “debo dedicar el día a esta persona porque me dio esto”. Al final, la idea del pago se extrapola de la caja hasta nuestros vínculos emocionales. Eso es lo que realmente me asusta. Foto destacada por prostooleh en www.freepik.es