Libertades, derechos y responsabilidades en las redes sociales

La tecnología y sus actualizaciones fueron creadas para facilitar la vida de los seres humanos, pero al igual que todo, trae consigo sus pro y contras.

Compartir la vida por redes sociales, tener comunicación más expedita con la mensajería instantánea y mantener lazos por videollamadas ha significado una mejoría, pero constantemente las habilidades de las personas evolucionan, pudiendo romper las reglas cibernéticas y entrar en los sistemas operativos para manipularlos a su favor.

Un caso muy común es el de eliminar mensajes cuando hay errores en él, para evitar pasar vergüenza o malos entendidos, pero ¿qué sucede cuando se traspasan los límites de la confianza y se convierte en algo perjudicial?

Ejemplo de esto es la situación de Nicolás López, director chileno de cine que declarado culpable por dos delitos de abuso sexual. Durante la investigación, se dio a conocer que el demandado eliminó mensajes de WhatsApp a modo de protección para sí mismo. Al tratarse de un caso de connotación sexual, en donde había más de una denuncia en su contra, fue necesario indagar en sus redes sociales, de donde se recuperaron los textos y se pudo dar pie para tener un veredicto.

Nicolás López en el juicio donde se le declaró culpable de dos delitos sexuales, ocurridos en 2015 y 2016. Fotografía: Radio Universidad de Chile.

Contar con un equipo especializado en tecnología, como lo hace la PDI, es un atributo que sólo se puede dar para organizaciones y no para personas comunes y corrientes, que utilizan los medios para simplemente conversar. Por lo tanto, es de suma importancia entender los riesgos que puede implicar el uso y la manipulación de los canales virtuales de comunicación.

En este ámbito, se entiende que la libertad al momento de expresarse es personal y depende directamente de la persona o personas con las que se habla, pero en una era cibernética en donde la edición es la herramienta principal, tomar resguardos parece ser una tarea necesaria, sobre todo cuando hay brechas importantes en la educación de TICS.

Retomando el caso de López, es claro que hubo intenciones de evitar asumir sus dichos escritos en los mensajes, o si no, no los habría borrado. No sabe con exactitud la cantidad de personas que hacen lo mismo y no son descubiertas, eximiéndose de todo tipo de responsabilidad sobre sus actos y dejando a una o más víctimas sin resolución alguna, sólo porque cierta cantidad de textos fueron eliminados y para el común de las personas, es difícil recuperarlos.

Con sólo apretar un botón, se puede vulnerar la confianza de la persona del otro lado de la pantalla, sin saber las repercusiones que puede traer el ocultar información que puede jugar un rol fundamental dependiendo de la situación; demostrando una vez más que la tecnología puede ser un arma de doble filo.

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