¿Cómo han evolucionado las pruebas de admisión universitaria?

La evaluación que mide los conocimientos de los alumnos al terminar la educación media se ha transformado considerablemente con el paso del tiempo. Cambio de nombre e identidad, modificación en los contenidos a evaluar, variación de la escala de puntajes, diferentes formatos y modalidad en su rendición son algunos de los cambios durante esta migración a la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), examen que se rendirá a fin de año.

A modo de memoria y para entender el origen de las grandes transformaciones del sistema evaluativo hay que revisar el primer modelo: el Bachillerato, vigente entre el siglo XIX y comienzos del XX. En él se debía aprobar exámenes escritos de lengua materna, de otra extranjera y de Historia y Geografía de Chile. Además de estas tres materias, se requería rendir evaluaciones específicas correspondientes a la mención a la que postulaban.

Más adelante por el año 1967 se dio inicio a otro sistema: la Prueba de Aptitud Académica. Para ingresar a las instituciones se debía postular considerando el resultado de la PAA y las calificaciones de la educación media, la que debía ser cursada como requisito. Sumado a esto, se requería rendir exámenes especiales para entrar a ciertas carreras. Este sistema se mantuvo vigente durante 35 años, siendo sustituido por la Prueba de Selección Universitaria en 2003. 

En el 2019 la prueba de Historia se suspendió a nivel nacional por una filtración. Fuente: Aton Chile.

Este formato de evaluaciones elaborado por el DEMRE consideraba cuatro pruebas independientes, dos de ellas obligatorias y dos electivas. Las primeras eran de Lenguaje y Matemáticas, mientras que las optativas, de Historia y de Ciencias. 

“Rendí la PSU en el año 2017, cuando aún el escenario evaluativo era rígido. El ritmo del preuniversitario y los puntajes de corte exigidos en las carreras era muy alto para cursar a la par el cuarto medio y cumplir correctamente con la evaluación que definía tu futuro. Es más, no me fue como esperaba e incluso afectó mucho mi salud mental, mi autoestima y disparó con creces mi exigencia personal. Fue una experiencia que no me gustaría repetir”, confesó Macarena Germany al ser consultada sobre cómo vivió una de las últimas versiones de la Prueba de Selección Universitaria.

El 2020 comenzó una serie de modificaciones graduales a la PSU, periodo de admisión titulado “Prueba de Transición”. Según detalla el Ministerio de Educación en su sitio web, esta evaluación “tuvo por objetivo eliminar los aspectos más cuestionados de la PSU y sumar, de manera paulatina, preguntas que midieran las competencias esenciales para el buen desempeño de los estudiantes en la Educación Superior”. 

En 2020 miembros de la ACES se manifestaron por el complejo escenario en el que rindieron la prueba. Fuente: RBB.

A diferencia de años anteriores, a partir del 2022 la prueba para postular a las universidades adscritas al sistema se aplicará dos veces al año.

La primera oportunidad

Es así como la “Prueba de Invierno”, que se llevará a cabo el 4 y 5 de julio, será la primera versión de esta modificación. Esta instancia va a ser la última del periodo de “transición”, dando paso a la versión inicial de la Prueba de Acceso a la Educación Superior, que se dará a fines del 2022. 

En esta nueva metodología se abrieron cupos limitados, restringidos sólo para aquellos estudiantes que hayan finalizado su educación media hasta diciembre de 2021. En el proceso de inscripción, los interesados seleccionaron las materias de las que rendirán su examen, pudiendo inscribirse en menos de las cuatro usualmente aplicadas.

50 mil personas podrán rendir la prueba. Fuente: Mineduc.

“Encuentro que este sistema es más cómodo. El hecho de que se pueda seleccionar el mejor puntaje de cada materia hace más flexible el proceso (…) Estoy más tranquilo, porque no mantengo la preocupación todo el año y, en el caso que no me vaya como espero, puedo rendir la prueba nuevamente en noviembre o diciembre”, afirma Guillermo Huaiquimilla, estudiante que participará en la instancia.

Ventajas del sistema

Las actualizaciones apuntan a beneficiar a los estudiantes que aspiran ingresar a la educación superior, un ejemplo de ello, es la selección de la mejor calificación de cada materia, en cada proceso evaluativo. Según indica el DEMRE en su sitio web “una persona podrá postular con el puntaje de Comprensión Lectora rendida en diciembre de 2021, con el de Matemática de la PDT de Invierno (julio 2022) y con el de Ciencias de la prueba que se aplicará a fines de 2022”.

Con la prueba de invierno se dejan atrás los “850”, a partir del Proceso de Admisión 2023, la escala de las pruebas va desde los 100 a los 1.000 puntos. La finalidad de ampliar el rango de calificación es apuntar a mayor precisión de los resultados.

“Aunque el sistema es distinto al anterior sigue siendo una evaluación estandarizada. Desde mi punto de vista, este tipo de pruebas para el ingreso universitario provoca que la enseñanza en los establecimientos educacionales no se centre en lo más importante, en que los y las estudiantes tengan aprendizajes significativos para su vida, si no que produce que la educación se enfoque más en obtener buenos resultados en asignaturas tradicionales, dejando de lado otro tipo de inteligencias y las necesidades propias de los estudiantes”, opina Katherinne Báez, profesora de español que dictó clases en el Preuniversitario SLEP Andalién Sur. 

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