La rapidez de nuestra vida y la inmediatez de los servicios, junto con la modernización, ha provocado cambios en nuestra forma de hacer las tareas básicas, apretando un botón para hacer las compras del supermercado o enviar documentos. Pero ¿cómo puede afectar esto a los niños?

El acceso es unilateral. La mayoría de los dispositivos electrónicos tienen las mismas funciones básicas, sin diferenciar usuarios. Es por esto que hay niños que, al ocupar algún elemento para su entretención, logran hacer uso de tarjetas de crédito haciendo compras a escondidas de sus padres.

En este sentido, hay una infinidad de artículos cuya publicidad está dirigida directamente a niños, como la comida o aparatos electrónicos modernos, pero uno que destaca fuertemente son las compras dentro de los juegos. Y es en este punto donde los padres eligen cómo actuar.

Hay padres que no tienen control sobre las actividades de sus hijos en Internet, permitiendo sin saber las compras en juegos, que pueden llegar a grandes sumas. Este caso, la mayoría de las veces se da porque se está estableciendo la costumbre de entregar el teléfono celular o tablet a los niños, con tal de mantenerlos ocupados y así liberarse de cuidado.

Por otro lado, hay quienes toman estas situaciones como recompensas a cambio del buen comportamiento de los niños. Generalmente, las motivaciones de este tipo se ven como innecesarias e incluso adictivas, considerando que el tiempo de niños en aparatos electrónicos debería ser limitado y supervisado.

¿Cómo puede afectar esto a un niño? Es sabido que la noción del dinero y del costo de las cosas no existe durante la edad temprana, por lo que gastar dinero en juegos sin necesidad de pedir contraseñas u otro tipo de confirmaciones, no tiene repercusiones para ellos, fuera de los obvios problemas que puede generar para el o la dueña de la tarjeta o cuenta bancaria.

El control y la responsabilidad en materia económica debería ser un tema presente dentro de las familias, considerando las facilidades que se tienen hoy en día para enlazar medios de pago a aplicaciones, además de las pocas restricciones que pueden existir alrededor de las mismas.

Aún así, es necesario recordar y repasar los riesgos que puede implicar la presencia de niños en el Internet, desde tener conocimiento de los sitios a los que ingresan, hasta la interacción en chats de los mismos juegos en donde utilizan dinero. Hay que tener en mente que por mucho que se quiera entretener o utilizar esta estrategia como una forma de mantener ocupada a la persona, sigue siendo un niño.