¿Hasta qué punto se sobrepone el “bien común” a la libertad individual?

El tres de febrero de 2021 empezó a regir el calendario de vacunación contra el Covid-19, dispuesto por el Minsal. El 26 de mayo de 2021 empezó a regir el pase de movilidad, para quienes contaran con su esquema de vacunación completo. El uno de enero de 2022 empezó a regir el bloqueo del pase de movilidad para quienes no contaran con su esquema de vacunación completo. Es decir, primera y segunda dosis. El uno de mayo de 2022 empezó a regir el bloqueo del pase de movilidad para quienes no cuenten con la tercera dosis de la vacuna. El próximo uno de junio de 2022, ocurrirá un nuevo bloqueo del pase de movilidad para quienes no cuenten con la cuarta dosis de la vacuna.

¿Cuál es el problema?

La problemática de la vacunación radica en la voluntariedad de esta. Cada individuo que reside en Chile tiene la “opción” de vacunarse o no, según su voluntad personal lo determine. Quienes se nieguen, están en todo su “derecho” y no debería acarrear perjuicio alguno, en teoría.

Es en este punto donde se presenta una incongruencia entre el pase de movilidad y la libertad personal. Puesto que, de no contar con alguna de las dosis de la vacuna, el pase se “bloquea” dentro del sistema, impidiendo el libre tránsito e ingreso a determinados lugares. Ya sean estos abiertos o cerrados.

Y el castigo no es sólo en cuanto a libre tránsito. Una parte de la sociedad se atribuyó el rol de juez y verdugo de quienes se han manifestado como disidentes a las medidas del Minsal. Acusándoles de ser faltos de empatía, carentes de humanidad, egoístas sin remedio y un sin número de adjetivos calificativos negativos. Todo esto, desde un podio creado por esa misma parte de la sociedad.  

Más cerca de lo inconstitucional

La carta magna chilena, nuestra Constitución política de la República en su artículo 19 N°7 letra a y b. Consagra el derecho a la libertad personal y a la seguridad individual. Graficado en la libertad de residencia, permanencia, traslado y en la libertad personal. Sin que ninguno de estos ámbitos pueda ser restringidos.

Cabe cuestionarse si la exigencia del pase de movilidad y la restricción de libertades por su bloqueo, verdaderamente transgreden las normas constitucionales que sientan las bases del estado de derecho en el cual -se supone- vivimos los chilenos. Este tipo de medidas por parte del Minsal entró en un terreno por lo bajo pedregoso, que, para algunos puede ser considerado una nimiedad. Para otros un punto de partida peligroso.

¿Qué pasará si las autoridades deciden seguir tomando medidas que restrinjan la libertad individual de forma más explícita?