Tan cerca y tan lejos

Mediante un grupo formado por distintos consejeros regionales, se busca recuperar los antiguos mercados de distintas partes del Biobío, entre ellos, el de Talcahuano.

Se ha formado una subcomisión por parte del Consejo Regional (CORE), que tiene el fin de iniciar la reconstrucción de distintas ferias de la región. Este grupo está compuesto por cinco integrantes y busca revisar cada caso para, de ser posible, agilizar los procesos que mantienen entrampados cualquier forma de mejoría de estos lugares.

Entre ellos se encuentra el mercado de Talcahuano, el cual quedó inutilizable luego del terremoto y posterior tsunami que sacudió al país el 27 de febrero del 2010, y que desde entonces no ha podido ser reconstruido. Asimismo, hay otros lugares comerciales que también planea revisar esta subcomisión como el de Concepción, Los Ángeles y Cañete.

Precisamente el de Talcahuano se encuentra en un entrampado proceso burocrático desde su destrucción. Por ello, el mercado “provisional” pasó a ser permanente, algo para lo que este obviamente no está preparado. Por casos de esta índole se formó la subcomisión, para que —de ser posible— se analicen cuáles son las razones que han impedido la reconstrucción y cuáles pueden ser las posibles soluciones.

La delincuencia se ha tomado el mercado antiguo. Fuente: autoría propia.

Una situación compleja

A simple vista, la situación del mercado de Talcahuano es compleja. Por ello, la reconstrucción se ha retrasado por 12 largos años. Este caso fue el que dio el puntapié inicial a la conformación de la subcomisión del CORE. Una de las figuras destacadas que lo conforman es el consejero regional James Argo, el cual fue seremi de Vivienda durante el gobierno de Sebastián Piñera.

Consultado sobre dicho asunto, Argo explica algunas de las razones por las que no ha podido iniciarse la restitución. “El principal problema es que el mercado no es público, pertenece a los locatarios y, debido a que hay que contactar con todos ellos, es una labor muy trabajosa”, explica. Y agregó también que “debido a la normativa actual, no es posible para el municipio intervenir en infraestructura privada sin el permiso de los dueños”.

De forma más específica, Argo se refiere al problema legal que se presenta en esta situación. “Existen tres usufructos que aún impiden que se realice cualquier tipo de inversión pública”, dice, profundizando en que uno de estos se debe a que el dueño del local falleció. También compara las situaciones con otros lugares, sentenciando que “es algo que nos pasa en muchos lados. Quizás en otros casos no se trata de mercados, pero sí uno se encuentra con infraestructura privada, de interés público, que enfrenta este tipo de problemas”.

Finalmente, Argo afirma que “para mí, el problema es algo jurídico legal y debiéramos pensar en algún tipo de normativa que nos permitiera operar de manera distinta a esta dificultad”. Y sumó a sus dichos: “tenemos temas puntuales que vamos a revisar e intentar agilizar. Sin embargo, que tengamos estos conflictos en distintos lados habla de que quizás haya que pensar en instrumentos distintos. Por ello, planteo que esto pudiera abordarse también de manera legislativa”, puntualizó.

El mercado provisional ha pasado a ser permanente. Fuente: Resumen.

La situación de los locatarios

Por otro lado, están los locatarios. Mucha gente lleva esperando desde hace años en el mercado “provisorio” que el antiguo lugar sea reconstruido. Uno de estos casos es el de Iris Ahumada, quien da testimonio de ello. “Yo llegué aquí a arrendar después del terremoto, tras andar vendiendo en terreno. Me cansé de eso y me hice con un grupo de clientes y me instalé aquí”, cuenta.

Sobre la subcomisión y la posibilidad de reconstruir el mercado antiguo, Iris asegura que “nosotros tuvimos una reunión cuando regresamos tras la pandemia y nos dijeron que habían tres dueños con los que había unos problemas de herencia y papeles, pero que se tenía la intención de armar luego el edificio porque los proyectos están aprobados”.

Ella agregó también que, como todos los demás locatarios, desea que el antiguo mercado se reconstruya rápidamente, pues el provisorio no entrega las mejores condiciones. Al respecto, Iris destaca algunas de sus falencias: “como ustedes ven mi negocio lo he hecho a pulso. He arreglado hasta el piso y junto a mi esposo hemos invertido en mejoras con dinero de nuestro bolsillo”, dice, y agrega que “no tenemos protección de ningún tipo. Me han entrado a robar tres veces, hay goteras en todos lados, así que esto no es algo cómodo para nosotros”.

Fuente: autoría propia.

Otra locataria, Harlem Plasencia, hija del dueño de un local que existía desde antes del terremoto, detalla que “se supone que nosotros estamos en un mercado provisorio, que dejó de serlo, porque llevamos muchos años en esto”. Y puntualizó algo importante: “muchos de los antiguos dueños se han ido y otros han fallecido. Mi padre es de las pocas personas antiguas que quedan”, cuenta. Es por ello que sigue a la espera de que la reconstrucción se dé cuanto antes. “Ya ha pasado mucho tiempo, la verdad es difícil quedarse a la espera de que se concrete algo”, finaliza.

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