Primera dama

Es un rol protocolar que tradicionalmente se encarga de acompañar al presidente en las giras internacionales y coordinar las actividades sociales de la presidencia. Sin embargo, en la actualidad no ha supuesto más que dolores de cabeza para el gobierno de Gabriel Boric.

Se llama Irina Karamanos, es una antropóloga y politóloga feminista, además de ser la pareja del presidente y actual primera dama de la nación. Asumió este rol con el compromiso de reformular esta figura. Sin embargo, estalló una polémica cuando se difundió que, mediante una resolución, el Gobierno aumentó las atribuciones de su gabinete y lo renombró como «Gabinete Irina Karamanos», lo que provocó una gigantesca controversia.

El Estado reculó en menos de 24 horas desde que estalló la polémica, esto tras recibir un sinfín de críticas por parte de distintos sectores políticos, los que reclamaban por lo absurdo de la medida y el no cumplimiento de una promesa de campaña. ¿Alguna de estas críticas tienen razón de ser? Absolutamente. Si bien el Gobierno ha tildado esta situación de “error administrativo” y en definitiva han pasado página, lo cierto es que no pueden permitirse más errores ridículos como este.

Gabriel Boric, Presidente de la República y la primera Dama Irina Karamanos, durante la llegada al Cerro Castillo, tras asumir como presidente. Foto: Sebastián Beltrán Gaete/AGENCIAUNO.

Según el ministro Giorgio Jackson, el comité político de Boric -conformado por el mismo Jackson, Camila Vallejos, Izkia Siches, Mario Marcel y Antonia Orellana- no tenía conocimiento de esta situación. Una polémica fácil de evitar y que efectivamente fue revertida en poco más de un día. Lo inaudito de esta situación es que nadie supiera nada y que nuevamente la desorganización del Gobierno fuera la protagonista de la contingencia nacional.

Luigi Lopresti, director de la Dipolcar, fue acusado de intentar socavar al gobierno, mientras que Manuel Monsalve, Subsecretario del Interior, afirmó que al menos tres de las organizaciones criminales más peligrosas del mundo tienen influencia en Chile, eso sin mencionar otras problemáticas. Pero lamentablemente se está hablando de esta situación por todas partes, el Gobierno no puede permitirse que polémicas fácilmente evitables tomen la palestra nacional, el país se enfrenta a problemas cada vez más complejos y su atención debe centrarse en estos, no en nimiedades causadas por ellos mismos.

Marcelo Vega Montenegro
Estudiante de periodismo en la Udec.
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