Polémica por el body scan en recintos penitenciarios y Sename

El uso de la tecnología del scanner ha estado en boca de las autoridades recientemente, pues de parte del Gobierno se señala como un peligro para la salud de los usuarios de los recintos penitenciarios a largo plazo. Desde la oposición fue altamente criticada la medida, lo que llevó a revertir la decisión. 

Recientemente de parte del Gobierno se proclamó la prohibición del uso del denominado body scan en cárceles y recintos Sename alegando que la radiación que este emite podría causar grandes complicaciones a la salud de los visitantes, que en muchas ocasiones a diario, se ven sometidos a esta tecnología para comprobar la presencia o ausencia de objetos ilícitos difíciles de diferenciar a simple vista.  

Desde 2012 se utilizan scanners de cuerpo completo en los recintos penitenciarios del país, con el propósito de aumentar los estándares de seguridad que pueden garantizar estos sitios, tanto para sus reclusos como para sus funcionarios. Si bien, este tipo de aparatos se implementan en otras áreas, por ejemplo la de la salud, el Gobierno destaca la diferencia entre realizarse exámenes médicos que incluyan radiografías muy de vez en cuando y someterse al body scan cada vez que se quiera visitar a un familiar.

Sin embargo, el decreto quedó rápidamente sin efecto, pues se convirtió en blanco de críticas desde la oposición hasta las propias instituciones afectadas con esto. Es el caso de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios, que alegó falta de criterio en la decisión que en primera instancia contaba con el apoyo del Minsal, finalmente dio marcha atrás y revirtió la medida. 

Desde el Centro de Cumplimiento Penitenciario Curicó, la gendarme Bárbara Valdés apunta a la falta de consecuencia en la decisión del gobierno, pues los scanners son utilizados también en aeropuertos y fronteras, mas la medida no considera a estas prácticas peligrosas para la salud. “Que se centren solo en los recintos penales es pésimo, porque al final nos ponen más en riesgo a nosotros como funcionarios, al orden al interior de la unidad y a los mismos internos a la vez”, dijo.

La población total de reos en Chile para el año 2017 era de 5 417 en el total de recintos penales.

Además, Bárbara señala que si el Gobierno retractó la medida, fue solo por la presión que ejercieron las asociaciones de gendarmería con justa razón “La tecnología del body scan es una de las pocas que se nos permite utilizar en materia de seguridad, de no ser así, se debería volver a los tiempos en los que los visitantes eran registrados manualmente”, finalizó. 

Por otro lado, en el caso de los recintos del Sename la situación resulta nada distinta, o así lo opinan sus funcionarios, pues José Moreno Becerra, educador de trato directo en CIP-CRC Talca, destaca la necesidad de mantener la tecnología usada hasta ahora. “Muchas veces las familias de los chicos intentan ingresar drogas y otras cosas para ellos, y en realidad eso es lo que se quiere evitar y regular, ya que el hecho de que tengan acceso a estos elementos los hace retroceder en su plan de intervención y dar pasos atrás en su camino a la reinserción”, dijo. 

Ahora bien, un peligro no considerado en las cárceles que sí resulta un gran problema para los jóvenes del Sename, es que varios presentan afecciones mentales que solo pueden empeorar ante el consumo de drogas, por lo que su control es totalmente vital para el trabajo realizado al interior de los recintos “El scanner no es una medida para dañar su salud, sino para regular lo que es permitido dentro del perímetro y lo que puede descompensar a los chicos”, agregó José.

Por consiguiente, si bien la medida ve contrapuesto los peligros que puede ocasionar la falta de scanners con sus riesgos a largo plazo, ¿qué tan verídico es que pueden provocar daños a la salud? Los aparatos utilizados en Chile cuentan con la certificación internacional ANSI N43.17, que regula el uso de máquinas con radiación en función de la seguridad de los propios operadores y esta utiliza parámetros aún más estrictos que los de la legislación nacional. 

Al menos 22 cárceles en Chile sobrepasan el máximo de reos de los que tiene capacidad.

Respecto a esto, la tecnóloga médica Katherine Ortega señala que el uso de la radiación con fines de seguridad resulta en un mínimo impacto en la salud de los escaneados, pues los niveles de ionización y el tiempo de exposición a estos son despreciables. “Si bien algunos países de la Unión Europea rechazan su implementación, someterse a un body scan es 100 veces menos dañino que una radiografía de tórax”, señaló. 

En suma, el Gobierno utilizó como principal justificación que naciones desarrolladas habían tomado la misma decisión. Sin embargo, Estados Unidos intensificó su uso luego del atentado a las Torres Gemelas del World Trader Center y, es más, es con este último con quien se debiese comparar Chile, al menos en esta materia, pues de haber continuado con la medida contaríamos con un gran número de heridos al interior de recintos que debieran garantizar la seguridad de sus reclusos.

Fotografía: Agencia Anadolu y iStock.

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