Sound of Metal: así se escucha la obsesión

El film, exclusivo de Amazon Prime Video, no solo fue ganadora de 64 premios internacionales, sino que consiguió un espacio dentro de esas películas muy apreciadas por los amantes del cine y lo audiovisual

Imagina que eres el baterista de una banda de metal en ascenso cuando de pronto, de un día a otro, pierdes el 85 % de tu audición. Esa es la premisa de Sound of Metal, pero termina desencadenando un viaje de exploración interna mortalmente necesaria para nuestro protagonista Ruben (interpretado de manera magistral por Riz Ahmed).

Dentro de lo técnico la película hace bien su trabajo en cada ámbito, pero definitivamente lo que cabe destacar es el tratamiento del sonido. De hecho, el largometraje consiguió el premio Óscar por este apartado. No solo la música original está muy bien realizada, sino que la edición del sonido intradiegético es realmente impresionante.

Es sencillo conectar con la sensación de ansiedad, desesperación y calma que nace en cierto punto de la película. Los sonidos jamás se van del todo, siempre hay un porcentaje de ruido y algunos detalles que son importantes de considerar a lo largo de la producción. El no estar atento a las pequeñas maniobras que hace la cinta con este apartado puede arruinar un poco la experiencia, pues se tornará lenta.

El equipo dedicado a la mezcla y edición de sonido fue compuesto solo de latinoamericanos: una venezolana y tres mexicanos. Créditos: Reuters / Chris Pizzello

Darius Marder, director del film, pretendía llevarnos por un viaje, pero uno que no solo nos hiciera pensar “¿Qué pasaría si quedase sordo?”, sino algo mucho más profundo; una revisión a las obsesiones, la drogadicción, las relaciones tóxicas y emocionalmente dependientes, entre otros puntos.

¿Es ciertamente la relación con su novia lo que mantiene a flote a un metalero heroinómano? Y en el caso de que esta pregunta tuviese una respuesta afirmativa, ¿No es eso reemplazar una obsesión por otra?

La rabia contenida, la búsqueda de la autodestrucción y también de un espacio donde poder respirar. De esto y más habla esta joya cinematográfica. Algo que honestamente no veía tan bien realizado desde Requiem for a Dream del año 2000.

Durante la película, un personaje importante dice: “El mundo puede ser un lugar muy cruel, y por eso debemos encontrar nuestro lugar de calma”, y creo que esta es la mejor forma de ir explorando la cinta. Seguir a Ruben en un viaje introspectivo que, finalmente, también nos hará revisar en nosotros mismos hasta qué punto hemos perdido algo importante.

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