«Se Levanta el Viento»: la película más personal de Hayao Miyazaki

El filme se estrenó el 2013 y anunciaba el retiro del mítico director japonés.

Hayao Miyazaki es un director cinematográfico que no necesita carta de presentación, sus obras de animación japonesa se han consolidado como una eterna referencia para los nuevos artistas del anime. Fundador del famoso Studio Ghibli y ganador de dos premios Oscar, el legado de Miyazaki es comparable incluso al de Walt Disney.

Tras 5 años desde el estreno de Ponyo (2008), el año 2013 se lanzó “Se Levanta el Viento”, el onceavo largometraje en la carrera de Miyazaki y con el cual anunció su retiro de la industria a la cual dedicó toda su vida.

La historia nos transporta al Japón de la época entreguerras y narra la vida de Jiro, un joven que abandona su sueño de convertirse en piloto por culpa de sus problemas de vista y pasa a convertirse en un ingeniero diseñador de aviones. 

Durante su proceso para diseñar el avión bélico definitivo, conocerá a quien será el amor de su vida y la persona que lo acompañará en el camino de consolidarse como un ingeniero insigne de la segunda guerra mundial.

A nivel audiovisual la película resulta excelsa en su género, tal como Miyazaki ha demostrado en sus trabajos anteriores, como El Viaje de Chihiro o La Princesa Mononoke. Y la banda sonora, al igual que en los filmes mencionados antes, estuvo a cargo del legendario compositor Joe Hisaishi.

Hideaki Anno, conocido por ser el creador de la franquicia Neon Genesis Evangelion, es el encargado de dar voz a Jiro. Foto: somoskudasai.com.

En términos de guion e historia, el largometraje puede resultar un tanto lento en un principio, sin embargo, tras un rato toma un ritmo entretenido y bastante dinámico intercalando la trama histórica con la romántica.

Una de las mayores virtudes de esta película es cómo plantea una visión pacifista contando la historia de una sociedad belicista y militarista. Pese a que Jiro está creando un arma de destrucción, podemos empatizar con él y su frustración de no conseguir sus objetivos.

Esta es, sin duda alguna, la cinta más personal de Hayao Miyzaki. Aborda, al mismo tiempo, todos los tópicos que el director ha trabajado en sus otras obras, tales como la aviación, el amor por la naturaleza y por la paz.

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