¿Qué implica que estemos en recesión económica?

Varios expertos y entidades financieras lo confirman: el mundo se aproxima a la siguiente gran crisis económica. Con el anuncio del Banco Central ratificando que nuestro país efectivamente entró en recesión, la pregunta que muchos se están planteando es cómo la situación afectará sus bolsillos.

La directora de Presupuestos, Javiera Martínez, presentó el pasado miércoles 5 de octubre el Informe de Finanzas Públicas (IFP) correspondiente al tercer trimestre de 2022, en el cual se actualizaron las proyecciones de crecimiento para el presente año y para el próximo.

En este IFP se prevé que la economía chilena crezca un 2,2 % en total. De igual forma, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió en más de medio punto porcentual, finalizando en 11,7 %.

En la misma línea, se actualizaron las estimaciones para el tipo de cambio y el valor del cobre. De esta manera, se espera que el dólar aterrice en 864 CLP, por sobre la proyección previa de 854 CLP, mientras que la tasación promedio del cobre bajó, situando la libra a 3,98 USD, y el precio del petróleo WTI, que debería cerrar el año costando 96 USD por barril.

Por otro lado, se proyecta que la economía se contraiga -0,5 % en 2023, a consecuencia de la menor expansión del PIB minero. En tanto, se calcula que la demanda interna retrocederá un -4,1 % en el próximo período. Asimismo, el Ejecutivo elevó el pronóstico del IPC para el siguiente año, informando que debería rondar el 6,3 %. Así también, el tipo de cambio debería terminar en 868 CLP, el cobre en 3,62 USD la libra, y el petróleo WTI en 84 USD.

Por último, la presidenta del Banco Central confirmó que el país está entrando en un proceso de recesión económica. Además, anunció que la inflación debería registrarse, hacia final de año, por debajo del 13 %.

Sin embargo, con tantos porcentajes y números es fácil confundirse. A menudo, la gente sólo quiere saber qué significa ese concepto y como dicha circunstancia afectará su bolsillo.

Entonces, en concreto, “inflación” es un término que indica cuánto han incrementado los costos de los bienes y servicios en un tiempo determinado. Por lo tanto, implica que al aumentar los valores, el poder adquisitivo se reduce. Esto significa que si antes se podían comprar más cosas con X capital, al subir los precios, el poder real de compra disminuyó, aunque la cantidad de dinero sea la misma.

No obstante, la depresión económica ocurre cuando un país registra una caída en su economía por más de dos trimestres consecutivos. En términos simples, significa que produjo menos que el año anterior.

Sobre el fenómeno, el cientista político Esteban Kulhman informa que los indicadores que lo determinan tienen que ver, por un lado, con el estancamiento en los índices de crecimiento de la mayoría de los países y, por el otro, con el aumento exponencial de las tasas de inflación. Además, señaló que los índices de desempleo también podrían considerarse dentro de las banderas de alerta y que, incluso, podrían devenir en movimientos migratorios.

Las consecuencias de la globalización 

Ahora bien, lo anterior obedece, asimismo, a las fluctuaciones geopolíticas internacionales. La guerra entre Rusia y Ucrania, el encarecimiento del transporte de carga a consecuencia del alza de los combustibles, entre otras tensiones, han terminado por impactar en la estabilidad de los mercados, de las materias primas y de las divisas. Así, aunque nuestro país está en el extremo austral del mundo, su economía responde a dichos factores.

“Efectivamente están pasando muchas cosas a nivel internacional, desde un punto de vista político que puede tener efectos económicos y al revés, efectos económicos que se transforman en efectos políticos”, observa Paulina Astroza, analista internacional y académica de la Universidad de Concepción.

Una característica que Kulhman también destaca, señalando que lo primero que la gente tiene que comprender es que las tendencias económicas responden a un fenómeno mundial. En sus palabras, “entendiendo qué hay una crisis a nivel global es que nosotros podemos analizar la realidad de nuestro país”.

Sumado a lo anterior, sostiene que a la realidad chilena se le suma otro factor, es decir, la estabilidad política y la aprobación -o no- de un nuevo proceso constituyente, “que nos tuvo un año pendiente de una Convención y que al terminar, finalmente, no tuvo ningún resultado. Por lo tanto, se mantiene este sentimiento de incertidumbre, del qué pasará”, plantea.

En su juicio, fomentar el emprendimiento, fortalecer e incentivar la producción y la manufactura nacional, son medidas claves para afrontar las dificultades que se avecinan. En la misma línea, Kulhman opina que si se quiere mitigar la inestabilidad, “tenemos que fortalecer nuestra industria interna, pero no al nivel de bloquear la externa, sino que sea un complemento”.

De acuerdo con el cientista político Esteban Kulhman, al depender del mercado extranjero el país está hipotecando su futuro. Entonces, si Chile quisiera avanzar en hacer crecer su economía, “tendría que empezar a hacer el cambio de switch desde el extractivismo a la manufactura”.
Fotografía: Sur Actual.

El panorama local

Si bien estos indicadores representan tanto los actuales y futuros desafíos para nuestro país, también hay que considerar los efectos que están presentes en nuestra región y, sobre todo, en la ciudad de Concepción.

Naturalmente, el complejo panorama incidirá fuertemente en nuestra zona, lo cual se traduce en un futuro incierto que, al día de hoy, ya se está evidenciando en los diversos sectores productivos.

En cuanto a la actualidad del Biobío, el economista Claudio Parés, de la Universidad de Concepción, indicó que: “El panorama local es siempre algo peor que el nacional (…) la actividad de la región lleva décadas de rezago y ha ido perdiendo protagonismo. Y es que, así como el país depende del cobre, nosotros dependemos de la madera y ese mundo se ha ido deteriorando. Además, tiene un movimiento distinto en los mercados internacionales, por lo que estamos algo desfasados”.

Una de las actividades contempladas en el IMACEC que tendió a la baja fue el sector del comercio. Sobre este último, en nuestra ciudad se ha visto una alarmante disminución en cuanto a su desempeño.

Sara Cepeda, presidenta de la Cámara de Comercio y Turismo de Concepción, asociación que representa a 51 comercios, señala que producto de la situación económica no han podido mantener un flujo de caja saludable, ni mucho menos les ha permitido mirar con buenos ojos el futuro de las ventas.

En la misma línea, Cepeda argumenta que: “Los últimos índices han sido muy duros, especialmente con los meses de septiembre, donde esperábamos un repunte de las ventas. Lamentablemente, con el levantamiento de las fiestas patrias se reveló que tuvimos un 20 % de bajas con respecto a septiembre de 2019. […] Sabíamos que estábamos en pique, en el sentido que las ventas han ido disminuyendo, pero hasta ahora las cifras reflejan los problemas que vivimos hoy en día y que pueden ser claves para entender la recesión que se proyecta para el próximo año”. Además, adelantó que, en definitiva, será una navidad complicada tanto para el consumidor como para el comerciante.

Según Sara Cepeda, aunque aún no han existido anuncios sobre algún tipo de cierre definitivo de locales comerciales, muchos propietarios sí han tenido que cerrar algunas sucursales para abaratar los costos de operación.
Fotografía: Diario Concepción.

Otro factor importante para la región es la presencia de trabajadores informales, que han tendido a aumentar. Una situación que el sociólogo de la Universidad de Concepción, Juan Recabarren, rescata e incluso le preocupa, ya que estas personas por su situación laboral quedan exentas de ajustes salariales.

Por su parte, Recabarren asegura que: “El efecto de la inflación y la crisis bursátil que estamos viviendo será mucho más crudo para quienes estén trabajando de esta forma, aquellas personas que están trabajando sin contrato, o sea, realizando labores de manera informal, ellos serán quienes reflejarán fuertemente el incremento del costo de la vida, ya que no tendrán el soporte de una negociación colectiva para mantener el poder adquisitivo”.

Si bien el último informe sobre la tasa de desocupación en la región del Biobío durante el trimestre de junio a agosto de 2022 registró un aumento de un 7,2 %, este informe no incluyó a los trabajadores informales, quienes en el trimestre abril-junio de 2022 crecieron un 14,8 %, equivalente a 308 133 personas.
Fotografía: TVU.

Por otro lado, el seremi de Economía del Biobío, Javier Sepúlveda, descartó que el país esté atravesando una crisis económica, pero sí ratificó que se está afrontando un proceso inflacionario. Además, se refirió al anuncio del presupuesto nacional para el próximo año, el que en su opinión “se focaliza en tres áreas muy críticas que la ciudadanía hoy reclama: “seguridad financiera, seguridad pública y seguridad social”.

En la misma línea, señala que este incluye un paquete de acciones que apuntan a la reactivación de la economía, ya que considera una fuerte inversión pública, lo cual podría contribuir a la generación de empleos y revitalización de algunos sectores productivos, como construcción, servicios y comercio.

“Por lo tanto, durante el próximo año, si bien es cierto las empresas desde el mundo privado van a tener unos menores niveles de inversión, por parte del gobierno eso se va a contrarrestar, lo que permitiría de cierta manera sobrepasar la situación de desaceleración bursátil”, anunció.

Además, informó que el plan Chile Apoya verá reflejado un aumento en su presupuesto para el próximo año y que se contempla aumentar los subsidios para las micro, pequeñas y medianas empresas, para así fomentar su inversión en diversos insumos o capital de trabajo.

En consecuencia, aunque todas las proyecciones apuntan a que es probable que se produzca una recesión mundial en algún momento de 2023, con el peligro que sea peor que la crisis financiera de 2008 y la pandemia de COVID-19, provocando la desaceleración de la economía, despidos masivos y peligrosos costes sociales, como empujar a millones de personas a la línea de extrema pobreza. Sin embargo, es imposible predecir qué tan grave será o cuánto durará la emergencia. No obstante, la autoridad estima que, a partir del segundo o tercer trimestre del próximo año, la inflación debería estar más controlada, por lo que la situación podría empezar a repuntar.

Reportaje de Josefina Caerols y Manuel Rosales.

Manuel Ignacio Rosales
Estudiante de Periodismo UdeC
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