Fauna salvaje y atropellos: qué está sucediendo.

Dos hechos que han involucrado a la fauna salvaje han alertado a las autoridades. 

El mes de octubre ha sido uno difícil para la fauna salvaje de la región del Bío Bío. Esto ya que dos hechos han vuelto a poner en la palestra la deuda de la humanidad con aquellos seres que habitaban estas tierras antes que nosotros. Se trata del atropello de un Puma Concolor concolor, el conocido como león de montaña, el día miércoles 12 de octubre en sector Pelún, Santa Juana. Se suma a esto otro fatal incidente que involucró a un auto y a un gato Wiña, más conocido como Güiña, en la comuna de Florida. Y por muy obvia que parezca la respuesta, es necesario hacerse las preguntas ¿por qué sucede esto? ¿Qué podemos hacer?

El Puma Concolor es el mamífero terrestre con mayor presencia del mundo. Se encuentra desde Canadá hasta el fin del mundo: la Patagonia. Es el cuarto felino más grande de la tierra y ha sido objeto de numerosas historias y leyendas que lo posicionan como un animal feroz, agresivo. Sin embargo, lo más cierto es que el puma está más emparentado con los pequeños gatos que con sus primos los Leones o Tigres. Esto ya que son tímidos, solitarios y, a pesar de su tamaño, son los únicos grandes felinos capaces de ronronear.

Precisamente, debido a lo anterior, su presencia significa mucho más que el primer lugar que ostenta: habla de un pasado exitoso, uno que le permitió moverse por todo el continente americano como un apex predator: el dueño indiscutible de estas tierras. Sin embargo, para hablar de épocas doradas es necesario, indefectiblemente, hablar de las ruinas de lo que alguna vez fue. Hoy el puma se encuentra amenazado y son muchos los esfuerzos por protegerlo. En Estados Unidos, bajo ciertas condiciones, este animal puede ser cazado. En Chile está prohibido pero dicha norma queda solo en palabras ya que muchos ganaderos siguen atacando a este felino.

Sumado a lo anterior, la depredación de su hábitat y la construcción de caminos y carreteras han cortado el libre tránsito del Nahuel -nombre en Mapuzungun–  quien se ve involucrado, sin quererlo, en distintos accidentes vehiculares, muchos de estos con resultados fatales para el animal. Cómo ya se adelantaba al principio de este reportaje, un Puma chileno, el Concolor concolor, fue atropellado por un vehículo desconocido en el camino a Santa Juana. Y si bien el hecho fue dado a conocer con tiempo, el león de montaña falleció debido a la gravedad de sus lesiones.

Cambio de uso de suelo: el factor determinante

Antes de entrar de lleno a los hechos en sí y el cómo involucra a las instituciones pertinentes, es necesario conocer las causas. Luis Gatica, ingeniero en conservación de los recursos naturales de la Universidad de Concepción, ha trabajo gran parte de su vida laboral con especies salvajes. Realizó su tesis sobre las cámaras trampas con gatos Wiña en Chiloé y ha viajado por Chile documentando otras tantas especies salvajes con el fin de mejorar las estrategias de preservación. Es por esto que conoce bien los factores primordiales que amenazan la existencia de estos animales.

Los pumas son animales carnívoros, depredadores, oportunistas. Poseen actividad nocturna, pero también pueden tener comportamientos diurnos. Foto por Luis Gatica.

‘Acá lo determinante es el cambio de uso de suelos’, indica Gatica frente a la pregunta ¿por qué sucede esto? “Para entender por qué suceden estos acontecimientos primero es necesario situarse en la época que nos encontramos: el Antropoceno” comienza en su relato el ingeniero. Dicha era, referida por el profesional, es aquella donde el dominio del humano es patente: del griego anthropos, que significa humano, y kainos, que significa nuevo. “Esta edad está caracterizada por alteraciones aceleradas en el ambiente y uno de estos factores, que producen estas transiciones, es el cambio de uso de suelo. Esto es, básicamente, cuando se cambia la cobertura natural por una de origen antrópico o por algo que no es natural del entorno. Por ejemplo, esto se da cuando cambiamos el bosque nativo por monocultivos,  cuando rellenamos un humedal o cuando ponemos carreteras en medio de los bosques” agrega Gatica.

Lo anterior deriva en dos situaciones que son decisivas para entender el panorama: la pérdida de hábitat y la fragmentación de este. “En la primera, es cuando tenemos un 100 % de bosque nativo y ahora queda un 20 % debido a la deforestación y la construcción. En la segunda, tenemos un bosque nativo dividido en dos o más partes dejando, por ejemplo, bosque nativo a la izquierda, construcciones al medio y otra porción de bosque a la derecha”, comenta Luis. Todo esto repercute en que los animales que habitan estos espacios tengan que movilizarse buscando mejorar sus condiciones de vida: ya sea por el alimento o por escapar de lo desconocido. 

Estos antecedentes son los que propician, hoy, el aumento de encuentros fatales o peligrosos entre humanos y mamíferos como lo son el puma o el gato Wiña, situaciones que lamentablemente están lejos de terminar.

Luis Gatica ha hecho seguimiento al Puma Concolor puma, la subespecie más austral de este animal. Foto por Luis Gatica.

El rol de las Instituciones

“En caso de que el animal esté vivo dar aviso inmediato al SAG para gestionar su traslado a un centro de rescate de fauna silvestre (CEREFAS) para su estabilización y tratamiento. Si el ejemplar resulta muerto se debe dar aviso al SAG para completar el registro interno sobre lugares con fauna atropellada y así poder gestionar alguna acción cuando sea una situación recurrente en una zona determinada, en cuanto al animal muerto no será retirado, considerando que el objetivo es el restablecimiento de la fauna silvestre y en lo posible su reinserción (fauna viva)”, comenta Rosa Orrego, quien es coordinadora regional de vida silvestre del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de la región del Bío Bío, frente a la pregunta ¿qué hago si atropello un animal salvaje o soy testigo de esto?

Orrego, además, indica que en caso de que se tenga sospechas de caza furtiva del animal en cuestión es necesario avisar al SAG para realizar la necropsia correspondiente y así recopilar la información necesaria para ser llevada a la justicia. En caso de fauna muerta, se recomienda tomar al animal y moverlo de su lugar tomando las medidas de seguridad correspondientes como evitar un segundo atropello. 

La caza ilegal sigue siendo un factor importante en la disminución de estas especies. Foto por DERO2084 para Getty Images.

“La Universidad San Sebastián Sede Concepción posee un Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre (CEREFAS) que tiene como propósito, la rehabilitación de fauna afectada por alguna enfermedad o lesión. Se busca la recuperación sanitaria, física, psíquica y conductual de un animal silvestre. Una vez que el CEREFAS ha cumplido con su tarea de rehabilitar la especie, el SAG se encarga de la liberación del individuo en un lugar seguro y que facilite la reintegración del individuo al ecosistema”, me responde Gabriela del Águila, médico veterinario de la misma casa de estudio y quien, además, realiza actividades en el CEREFAS.

Gabriela comenta, además, algo muy similar a lo de Gatica: la presencia del hombre es un factor determinante en estos hechos. “Ante una mayor cercanía del hábitat de los animales con las zonas urbanas, es más alta la probabilidad de que se genere una interacción entre personas y fauna silvestre”, agrega la profesional del área de la salud animal.

Ahora, ¿cómo podemos evitar que esto suceda? La pregunta es difícil aunque la respuesta es fácil. Esto porque, frente a la realidad, es poco o nada lo que se puede hacer. No existe la posibilidad de destruir las carreteras, ciudades y caminos de un día para otro, mucho menos cuando, según lo consultado con todos los involucrados, no hay políticas públicas que vayan a cambiar tal situación. Pero la respuesta es fácil porque no implica mucho: “…manejar con cuidado y a la defensiva, manteniendo atención constante en el camino”, indica del Águila; “se apela a la conciencia de los conductores en la velocidad aplicada a su vehículo” comenta Rosa del SAG.

Lamentablemente, apelar a la conciencia no sirve mucho. Tampoco es una campaña efectiva el poner letreros en el camino advirtiendo de la presencia de fauna salvaje, sin embargo, son parte de las estrategias a tomar. También consulté por la existencia de algún catastro nacional o regional con  los lugares donde se propicien más estos incidentes, a lo que el SAG me respondió que no y que ‘solo cuentan con una base de datos interna’, lo que imposibilita más aún la tarea de evitar estos atropellos. La duda surge luego de que medios como radio Bío Bío indican la presencia de una familia de pumas viviendo en el sector de Pelún, Santa Juana, lugar donde fue muerto el puma atropellado.

“Es muy lamentable la perdida de este puma en la ruta de la madera. porque quedan muy pocos pumas y habitan, aún, en la cordillera de Nahuelbuta, la que está, precisamente, rodeada por este camino. Tal vez sea necesario poner señaléticas para que la gente tome conciencia de la presencia de fauna silvestre, pero la señalética más importante ya está instalada: la de velocidad límite. Entonces aquí se necesita presencia policial para que controlen a aquellas personas que excedan estos límites”, señala Félix González, diputado de la región y ambientalista.

Precisamente, el sector ambientalista es el que más se pronuncia al respecto. Por ejemplo, Edmundo Richter, de la Coordinadora por la Defensa del Río Andalién, comenta que estos “hechos llaman la atención por tratarse de animales relativamente grandes y conocidos, sin embargo, acá mismo en la ciudad vemos a diario animales salvajes muertos por atropellos como lo son aves y reptiles que habitan el humedal Rocuant-Andalién”, comenta Richter, quien agrega que las medidas tomadas por las autoridades son ‘poco eficaces’.

Pero, ¿por qué no se puede hacer más? “No existe un programa de reubicación de la fauna pues de acuerdo a las características de territorialidad, más marcada para algunas especies que para otras, las reubicaciones no son exitosas ya que el espacio que deja esto será ocupado por otro ejemplar, ya que las condiciones así lo permiten. Se debe destacar que dentro de los programas de reinserción en el caso de animales rehabilitados el primer lugar de elección en la liberación es el mismo lugar donde fue encontrado, siempre y cuando no sea un lugar muy intervenido por el hombre”, responde Rosa Orrego del SAG Bío Bío. En otras palabras, a estas alturas del Antropoceno no hay mucho que se pueda hacer.

Luis Gatica termina de responder al ¿qué podemos hacer? con dos cosas: educación y sanciones, muy parecido a lo que busca el diputado Félix. Así mismo, Gatica indica que otra solución pueden ser los corredores biológicos, puesto que la ‘conectividad es otro factor que incide en el aumento de estos casos’, comenta el ingeniero. Esto ya que si el animal cruzó la carretera fue, precisamente, para llegar al otro lado en lo que alguna vez fue su tránsito normal. Así que por ahora queda esperar a que aparezca alguna política pública para, por lo menos, tener en consideración la creación de estos corredores y, por mientras, seguir apelando a la concientización por parte de los conductores.

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