Los mismos sabores costeros, a otro nivel

Constantemente nos encontramos en búsqueda de nuevas experiencias. Los fines de semana son el tiempo perfecto para hacer algo diferente, sobre todo en estos primeros días de sol y calor, clima ideal para visitar las costas. 

Caleta Tumbes, en Talcahuano, puede ser exactamente lo que estás buscando. Cuando vayas llegando al destino empezarás a descender por un camino inigualable, haciéndote creer que estás dentro de una clásica acuarela costera, repleta de múltiples embarcaciones que colorean el mar. Al llegar al final de la pequeña costanera te encontrarás con el restaurante Punta Norte, qué literal lleva su nombre por el lugar geográfico en el que se encuentra de la localidad. Al momento de ingresar te recibirán y acompañarán hasta tu mesa, la cual siempre tendrá vista a la bahía. 

Si vas desde el centro de Concepción puedes trasladarte en una mítica Vía Láctea (T10), en donde el trayecto bordea la hora de recorrido. También se puede llegar en auto, con el cual te demoraras 40 minutos aproximadamente. Fuente: facebook.com/MunicipalidaddeTalcahuano.

En cuanto tomes asiento, se acercará un mesero que podrá ayudarte en tu decisión culinaria. Si te encuentras titubeando entre la diversidad de platos costeros, se encargarán de satisfacer tu paladar con una atención rápida y amable. Se pondrá a disposición la carta de los múltiples vinos de la región con los que cuenta este restaurante, acoplándose de manera perfecta con las variedades de pescados y mariscos de sus preparaciones.

Las elaboraciones de alimentos tiene muchos de los sabores marinos clásicos, puesto que la cocina es liderada por una mujer oriunda de la caleta, quien a través de sus platos plasma lo mejor de los productos de la zona; preparando mariscales, pescados fritos o ceviches, todos con un sabor inigualable. La trilogía de la casa es el infaltable de cada visita, contando con navajuelas, camarones y jaibas.

Los ingredientes de cada uno de los platos son completamente frescos, extraídos por los mismos locatarios que viven en la zona. Si tienes suerte y te encuentras visitando el lugar puedes ver como llegan con ellos hasta el muelle, trasladándolos directamente hasta la puerta del restaurante, en donde son entregados en las manos de quienes se encargan de limpiarlos y dejarlos en perfecto estado para ser preparados.

Todo lo anteriormente mencionado se lleva a cabo de una manera idónea por la preocupación de su dueño, Claudio Ávila. Él junto a su equipo son quienes se encarga de que toda la experiencia en su restaurante, que es como su hogar, sea perfecta. Incluso si debes esperar, ya que puedes disfrutar de un sabroso aperitivo, acompañado de una hermosa vista y deliciosos sabores.

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