Acoso en el transporte público: ¿Cómo afecta a Concepción?

Muchas mujeres a lo largo de su vida han sido agredidas en espacios públicos, esto independiente de edad, condición social o vestimenta. La utilización de transporte público son de uso habitual para las y los chilenos, lamentablemente es bien sabido que el atochamiento de personas producido en ellos se ha vuelto uno de los momentos predilectos para los acosadores y a pesar de las leyes creadas para sancionar sus acciones dichas situaciones no presentan una baja sustancial.

En el país, según el Observatorio Contra el Acoso Chile (OCAC) nueve de cada diez mujeres declaran haber sido acosadas en un espacio público o privado, ya sea física o verbalmente tanto en micro bus, metro, tren (en cuanto a concepción) o paraderos. Se reconoce que mayoritariamente a hombres como agresores, siendo en menor escala acusadas femeninas.

Esta ONG realizó de 2020 a 2021 el primer estudio nacional sobre experiencias de violencia sexual en medios de transporte y espacios públicos en Chile el cual tuvo como objetivo evidenciar dicha problemática. En él se menciona que “un 86,7% declara que la situación de acoso fue realizada por un hombre, seguido de una cifra de 8,9% que fue realizado por un grupo de hombres. Sólo un 1,3% informa que fue una mujer”, además de exponer un alarmante 47,6% en menores de edad. En este mismo se aclara que la cantidad de denuncias formales son bajas.

¿Qué dicen las autoridades?

El mes pasado en la región metropolitana, el gobernador Claudio Orrego, y el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones lanzaron oficialmente la campaña nombrada “No te conviertas en cómplice”, en la cual se busca hacer un llamado en contra del acoso y a no ser un cómplice de ello, durante el lanzamiento se mencionó que 73% de las chilenas sienten temor de utilizar estos medios.

Panfletos repartidos en R.M, foto: Cooperativa.

Pero ¿qué pasa con Concepción y sus alrededores? Esta ciudad cuenta con diversas líneas de buses y el Biotren que recorre gran parte de la región, aún así, actualmente no hay campañas activas en contra del acoso o prevención de él. 

Por su parte la Seremi de la mujer y la equidad de género del Bio Bío, Lorena Segura Inostroza, asegura que en la región trabajan para prevenir y erradicar la violencia en cualquier espacio y aclaró ante esto último que “respecto al transporte público, estamos trabajando en reactivar una alianza con Fesub, para incorporar en sus pantallas y medios de difusión mensajes que eliminen el acoso en espacios públicos”. 

Leyes en contra del acoso callejero

Existe una modificación del Código Penal para tipificar el delito de acoso sexual en espacios públicos, esta es la ley 21.153, que indica que las penas, dependiendo el tipo de agresión, son más altas, las que pueden ir desde los 61 días a 5 años y/o al pago de una multa que va de 1 a 20, UTM. Un aproximado de $48.595 a $971.900.

En la tenencia de San Pedro de la Paz solo van 7 denuncias en lo que va de año. Foto: RPP noticias.

Aún existiendo esta Ley la cantidad de acusaciones formales es baja, ya sea en Carabineros, PDI o Fiscalía. De acuerdo con la sargento primero de la Tenencia San Pedro de La Paz. Fabiana Verhart, ello se debe principalmente a que no se pueden llevar a cabo las detenciones, “Las denuncias que hemos recibido a lo que va del año son contadas con las manos, ya que esto termina sintiéndose como una pérdida de tiempo y exposición para ellas. Estas personas no tienen cómo identificar al denunciado a menos que logren retenerlo”.

La sargento primero agrega que luego de la denuncia la víctima debería constatar lesiones, es llamada a declarar en fiscalía e identificar al victimario. Si es posible dar con la ubicación e identidad del agresor este podría recibir multas mayores o incluso presidio, esto como apremiante en caso de antecedentes previos al delito y las penas dependiendo el tipo de acoso sexual son más altas, pueden ir desde los 61 días a 5 años y/o al pago de la multa mencionada previamente.

En la opinión del abogado con mención en Derecho Constitucional, Marcelo Barbeiro, la Ley contribuye a exterminar todo tipo de violencia en contra de las mujeres especialmente los que ocurren en sitios de acceso libre al público. Gracias a esta modificación se transforma la sanción por acoso callejero en lugares públicos, bajo el delito de ofensas al pudor, el que tenía una pena más baja. Además protege la libertad e inmunidad sexual de las personas.

Testimonios de acoso callejero

En el sondeo del OCAC se señala que el sentimiento de victimización afecta a gran parte de las mujeres encuestadas y en menor medida a hombres. Para estas personas los medios de transporte más seguros son los que les permiten movilizarse de manera individual, tales como el automóvil (58,7%) y la bicicleta (13,8%), dicho miedo coarta su libertad ya que catalogan de mayor inseguridad los microbuses (34,1%) o transitar a pie (19,6%) en especial por si solas.

Algunas personas, víctimas de este acoso, no pueden acceder a otro medio de transporte. Kai S. comparte sus vivencias ante esta situación, ya que fue violentada en varias ocasiones tanto en microbús como en Biotren desde que comenzó la enseñanza media.

“Aunque los ataques que he recibido han sido mayoritariamente en la micro, trato de no andar sola en ninguna parte, ahora estoy en la u y no siempre tengo quién me acompañe siquiera al paradero… no es justo tener que vivir con miedo”.

La estudiante “M.A” mencionó que aunque la mayoría de las veces que ha sufrido acoso ningún otro pasajero o pasajera le ofreció su ayuda o compañía, hubo una ocasión en la cual si recibió apoyo. “Como no soy de Concepción tengo que viajar en bus todas las semanas, ida y vuelta. Este tipo iba en el asiento a mi lado y, a pesar de que le pedí que se corriera, ponía su mano cerca de mi pierna y en ese momento me empezó a tratar de agarrar el muslo haciéndose el dormido… iba pasando el auxiliar  justo cuando yo le empecé a empujar y aunque no pudo lograr que lo bajaran pero sí que quedar junto al conductor para que me dejara tranquila”, con ello agregó que no llevaba puesta falda ni nada que pudiera “provocar” la agresión.

Como último testimonio, “C.P”, comparte su opinión respecto a lo difícil de poder realizar las denuncias correspondientes ante las autoridades pertinentes, ya que al tratar de exponer al sujeto que está cometiendo el delito este se torna agresivo o las personas al rededor y testigos de ello no cooperan en su exposición o captura. “Cuando iba para el instituto, en micro igual que siempre, una señora ya grande me empezó a tocar la pierna y por más que le grité que dejara de hacerlo y no iba lleno el bus, si había mucha gente pero aún así nadie hizo nada. Le saqué una foto y le dije que la iba a denunciar y un tipo se paró para decirme que ya no molestara a la mujer… tuve que bajarme antes de llegar a mi paradero…”. Para finalizar comentó que desde entonces, al darse cuenta que no solo hombres la podrían atacar, ni que porque todos la pudieran escuchar pedir ayuda, porta una arma blanca y un spray de pimienta con los cuales ya ha tenido que defenderse.

Las denuncias de acoso disminuyeron un 9,6% durante la pandemia. Foto: Resumen.cl

Consecuencias psicológicas

La psicóloga con mención en violencia de género, Susana Sepúlveda, indica que a pesar de lo popularmente conocido, ha recibido varios casos de acoso en personas de identidad masculina, en relación comenta que la baja tasa de denuncias por hombres se debe a que “generalmente destacan que pueden sostener en un principio rabia e incomodidad, menos se menciona el miedo por el estereotipo que se mantiene sobre ellos”. 

En cuanto al acoso a la identidad de género femenino “estas personas transmiten emociones asociadas a ira, factores que cambian cuando es reiterativo asociándose a temor, ansiedad, irá, tristeza, angustia. volcando en ocasiones estos sentimientos en deseos de justicia social y sentimiento de vulnerabilidad e inclusive temor vital”.

Por el lado del daño psicoemocional, explica que puede darse de manera crónica en actos reiterativos, más de dos, o en su defecto a dos meses desde ocurrido el primer hecho. En base a los casos que ha atendido en los cuales se menciona el acoso callejero opina que “se observan características de desajuste emocional, depresión, baja estima y valía personal, rastornos de la conducta alimentaria, trastornos del sueño, conductas autolesivas y/o ideación y planificación suicida. En su expresión compleja se da con el intento o término vital, todas estas señales se dan por patrones psicológicos asociados a trastorno de estrés postraumático o adaptativo emocional”.

Nadie debería pasar por una situación de este tipo ni ver vulnerados sus derechos, su libertad o tener que recurrir a terapia para poder sanar las heridas que estos ataques causan. A pesar de las cifras reveladas en el estudio del OCAC debemos inspirar a un futuro en el cual estas disminuyan y cada vez sean menos casos.

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