«El Prodigio»: la ficción como válvula de escape Entrelíneas por Pedro Henriquez - 18 noviembre, 20225 marzo, 20230 El chileno Sebastian Lelio ha estrenado en Netflix su primera película para una plataforma, con un reparto estelar que luego de triunfar en los Oscar con Una Mujer Fantástica y dirigir a actrices de la talla de Rachel McAdams y Julianne Moore, sigue abriéndose camino en el cine angloparlante. Las historias han ocupado desde siempre un lugar clave en la gente, y parece que hoy se recurre a ellas aún más, aprovechando el gran acceso que se tiene a películas, series y libros, ya sea a través de plataformas legales y de maneras que causan controversia. Sin embargo, es cierto también que esta libertad puede ser perjudicial. ¿La ficción está a favor o en contra de quien la consume? Es la pregunta que aborda de principio a fin The Wonder, el largometraje más reciente de Netflix, que tiene a Sebastian Lelio dirigiendo su tercera producción internacional en un periodo de cinco años. Florence Pugh interpreta a Elizabeth Wright, una enfermera que llega a una localidad irlandesa con la tarea de observar a una niña que se ha mantenido sin comer durante cuatro meses, razón por la cual es considerada un “prodigio”. Una primicia que desde esa primera escena algo desconcertante introduce al espectador en una especie de incredulidad, pero al mismo tiempo de mucha intriga. The Wonder es una de las dos grandes películas en las que ha actuado Florence Pugh este 2022. La otra fue Don’t Worry Darling junto a Harry Styles. Foto: Aidan Monaghan, Netflix. En ese sentido, el trabajo de Lelio desde los primeros minutos es muy directo. Al contrario de incluir introducciones que estarían de sobra en una película que de por sí tiene un ritmo bastante pausado e inmersivo, de inmediato se acepta la idea del director, que es ver todo lo que pasa a través de los ojos de Elizabeth, el que pasa de ser un personaje pasivo a uno activo. Da la impresión que al chileno se le da muy bien dirigir a mujeres, y con Pugh no parece ser la excepción, a quien vemos de frente, de espalda y de perfil, casi como examinando su naturaleza. Todo en medio de espacios roñosos y azotados por el tiempo, que a esta enfermera le son más que conocidos, gracias a un pasado que ha trazado su forma de concebir el mundo. Así, la actriz de 26 años se muestra fría, pero decidida a realizar su trabajo. No obstante, es una coraza que se va rompiendo por medio de las acciones de una familia que ha usado la fe para mentirse a sí mismos, incluso si eso pone en peligro la vida de uno de ellos. De esta manera avanza una trama que puede pecar de demasiado ambigua y de no tener un clímax para la posteridad, pero con un final es el acorde para lo visto durante 109 minutos: es sucio e impuro, de algún modo “feliz”, aunque caracterizado por la exhausta aceptación de una vida que no siempre entrega salidas limpias.