Más que un lugar de libros

El conocimiento y la información son la base del aprendizaje. Las bibliotecas albergan ambas en sí mismas, y aunque han pasado por diversos cambios durante la historia universal, hoy se posicionan como una vía de difusión y una ventana abierta a la cultura, más allá de sólo los libros.

Históricamente los libros han sido una fuente de conocimiento, haciendo de las bibliotecas templos de aprendizaje. En Chile se fundó la primera biblioteca pública, Santiago Severín de Valparaíso, en 1873, y casi 50 años después, el gobierno le da más importancia al tema mediante la creación de la Dirección General de Bibliotecas, en donde se trabaja la constitución de estos espacios públicos hasta el día de hoy.

Actualmente, las bibliotecas tienen un rol más allá de sólo el préstamo de libros, incluyendo entre sus artículos juegos de mesa, películas o cómics. Pero más allá de esto, lo que más llama la atención, es su funcionamiento como sedes culturales, mediante la disposición de espacios para actividades como charlas, talleres y conversatorios. Todo esto, puede verse como una forma de reinventarse frente a la digitalización de la literatura y la predominancia de la tecnología, pero su impacto en la comunidad es innegable.

Más allá de la lectura

Prueba de esto son las exposiciones que toman lugar en ellas. En la Biblioteca Municipal de Concepción constantemente se hacen este tipo de actividades, y las que han sido especialmente frecuentes, son las del Club Star Wars la misma comuna, que han organizado encuentros para fanáticos desde 1999.

“Aparte de ser un espacio tradicional para nuestros eventos, es amplio, cercano a la gente, que el público penquista ya asocia como un lugar de difusión cultural para toda la familia”, comentó Manuel Avendaño, encargado de redes sociales, difusión y contenido digital del club.

Al ser una actividad ligada a una de las más grandes sagas de películas, su difusión y llegada al público no es menor, pero no todas las exposiciones son de esta línea. Mediante su página de Instagram, la Biblioteca Municipal de Concepción anuncia y deja registro de las instancias abiertas al público que van más allá de la lectura, teniendo como ejemplo una jornada de música a cargo de los estudiantes de canto del Centro Artístico Cultural de Concepción y la presentación del libro “Testigos, lo que vimos y oímos» de Patricio Castillo Cid, ambas actividades hechas durante noviembre.

La Biblioteca Municipal de Chiguayante fue una de las tantas que vio sus actividades alteradas por la pandemia. Foto: bibliotecaspublicas.gob.cl.

Pero no todas las bibliotecas han podido tener actividades este año. Luego de la pandemia, la Biblioteca Municipal de Chiguayante ha estado funcionando sólo con el préstamo de libros y salas de estudio, dejando momentáneamente de lado las funciones culturales, pero esto no significa que no sean un aporte a la comunidad. En palabras de la administradora, Lylian Valdés, “sin duda hemos sido de gran apoyo al acervo cultural de la región, por haber otorgado a la comunidad exposiciones de autores de renombre y presentación de escritores nacionales como Patricio Manns, Elicura Chihuailaf y Pedro Cayuqueo, en nuestras ferias del libro”, finalizó.

Y así como la misma administradora considera estas instancias un aporte, también lo hace la comunidad, quien resulta ser la más beneficiada. Elízabeth Flores es parte de ella, además de usuaria activa de la Biblioteca Municipal de Concepción y constantemente está al tanto de las actividades programadas.

“Son un buen pasatiempo, sobre todo para una que ya jubiló y tiene menos cosas que hacer. Me gustan mucho porque siempre se aprende algo nuevo, nunca es tarde para descubrir cosas” declaró, luego de comentar que su actividad favorita fue el del Club de Jardines de Concepción, el pasado 12 y 13 de noviembre.

El Club de Jardines de Concepción fue una de las muchas actividades recibidas gratamente por la comunidad. Foto: @bibliotecamunicipal_concepcion (Instagram).

¿Y las bibliotecas académicas?

Ahora bien, acercándose a temas de índole más educativa, la Biblioteca Central Luis David Cruz Ocampo de la Universidad de Concepción, supone un punto versátil de servicios que enriquecen a sus distintos usuarios. En conversación con Carla Silva, jefa de circulación del recinto, esta describió su lugar de trabajo como “una biblioteca universitaria cuyo objetivo principal es cumplir con todos los requerimientos académicos para la formación profesional de un estudiante, así como el área de investigación de la institución”. 

“Todos los servicios están orientados a cumplir dicha meta, por lo tanto, el préstamo de recursos, la atención al usuario, así como las bases de datos virtuales y físicas…todo busca fomentar el uso de materiales para su formación profesional, personal y cultural”, añadió.

Si bien este reportaje se inclina a la cultura general y acceso comunitario a la misma, también es relevante la forma en que estos temas se relacionan con la porción estudiantil y académica de la población. Especialmente considerando que, a nivel sociedad, las casas de estudio constituyen algunos de los puntos de acceso más directo al conocimiento. Sin embargo, tanto si una persona forma parte del sistema educacional como si no, conocer y comprender el uso de cualquier biblioteca se vuelve sumamente importante a la hora de aprovechar sus recursos en el mayor grado posible.

Para suplir esta necesidad, Carla Silva comenta que desde la biblioteca Udecina desarrollaron un programa de formación al usuario, donde se busca otorgar el conocimiento requerido para manejarse dentro de la misma, con especial énfasis en los documentos bibliográficos digitales.

“Además estamos fortaleciendo trabajar con la investigación de la universidad para ponerla en un repositorio. Esto en el marco del movimiento Ciencia Abierta, donde se te exige como institución que abras tus conocimientos. Ahí está la importancia cultural, pero también científica y humanista de la universidad”, explica.

Registros históricos

La funcionaria también se refirió de forma especial al archivo Luis David Cruz Ocampo, el cual se encuentra abierto a la comunidad y contiene documentos de corte histórico, además de documentos manuscritos que, por su condición física, ya no están disponibles para manejarlos. A todo lo anterior se suman bases de revistas y tesis, de las cuales, estas últimas fueron puestas a disposición con la autorización de sus autores.

“¿Cuál es la visión que nosotros intentamos cambiar? Que, además de venir presencialmente, también existe todo un aparataje que está destinado a dar servicios” expresó la funcionaria. “Tú no vienes solo a pedir libros, sino que también hay ofertas de orientación e información para que puedas aprovechar todo a tu beneficio. Lo que aprendes aquí en la biblioteca no te servirá únicamente para salir del paso o aprobar un ramo, porque si eres un profesional, toda la vida tienes que instruirte, ya sea a través de un postgrado o capacitaciones frente a algo nuevo. Saber usar estas fuentes bibliográficas te forma para el futuro”, concluyó, regresando a la labor que, como biblioteca universitaria, asumen con compromiso y responsabilidad.

Bibliotecas a nivel general

Otro exponente que engloba la mayoría de estas aristas es la ya mencionada Biblioteca Municipal de Concepción. De acuerdo a Natalia Cáceres, periodista del recinto, esta ha evolucionado con el tiempo, convirtiéndose en algo más grande y complejo en comparación a su naturaleza original.

«Es una biblioteca pública que se traduce en un centro bibliográfico y cultural. Esto es necesario y tiene su raíz en que nuestra ciudad es activa culturalmente, pero, aún así, no hay muchos puntos de encuentro como este», explica.

Algo similar a lo descrito anteriormente es que, por distintas ocupaciones, la Biblioteca Municipal de Concepción también recibe personas que buscan un lugar tranquilo para trabajar o estudiar. Situación que a veces puede, incluso, verse un poco alterada por el ritmo de funcionamiento presente.

Según cuenta, actualmente la biblioteca llega a tener un mínimo de dos actividades diarias, las cuales pueden adquirir distintos formatos y tonalidades, desde presentaciones de libros, hasta números musicales. Por esta razón, también apuntó que es necesario trabajar para informar de la mejor forma posible a las personas sobre el funcionamiento que está adquiriendo, ya que «esta es un lugar para todos, no sólo destinado a la lectura».

Actualmente los recursos electrónicos se han vuelto parte de la cotidianeidad de las bibliotecas. Foto: Pexels.com.

Ciertamente, incluso a través de sus eventos más tranquilos, esta biblioteca promueve y enriquece activamente la cultura de su comunidad. ¿En qué forma? Un ejemplo serían las visitas de autores de diversos lugares, como la española Alice Kellen, además del espacio protagónico que se le brinda a los escritores regionales.

«Por otra parte, están los conversatorios ligados a distintas temáticas, usualmente en relación a la agenda de efemérides» mencionó, agregando actividades de índole catedrática, tales como charlas y cafés científicos. «Otro punto son las exposiciones o exhibiciones que se presentan en el espacio Semco de la biblioteca, donde vamos cambiando la temática cada dos semanas, de hecho, ahora mismo tenemos una exposición de arte sonoro. También es un espacio para que los artistas locales puedan ocuparlo. No hay límites», afirmó.

Cultura para todos, sin excepciones

Dicho esto, es importante mencionar que las propuestas de estas distintas bibliotecas también convergen en la inclusión como parte de su labor cultural. Natalia Cáceres, respecto a la Biblioteca Municipal de Concepción, cuenta que «acá se encuentra un infocentro con textos para personas ciegas. Antes de la pandemia incluso se realizaban talleres al respecto. La persona a cargo era invidente y enseñaba a otras personas con la misma condición a utilizar estos libros. Eso, lamentablemente, quedó en stop ahora, pero esperamos poder retomarlo pronto».

Por su parte, Carla Silva compartió que en la Biblioteca Central Luis David Pérez Ocampo cuentan con atriles de lectura, destinados a facilitar la experiencia de los usuarios con limitaciones de movimiento. A esta iniciativa se le suman la disponibilidad de mesas portátiles para personas en sillas de ruedas y una compilación de audiolibros, que permiten acceder al contenido a gente con distintos grados de dificultad visual.

Considerando lo relatado por las distintas fuentes consultadas, es posible afirmar con seguridad que las bibliotecas de la región del Biobío, y muy probablemente las del país entero, constituyen fuentes comprometidas con la nutrición cultural en todos sus aspectos. Estudio, recreación, arte y reunión, son algunas de las muchas facetas que puede tomar este proceso, por lo que, en línea con su naturaleza colorida, es de esperar que sigan abrazando estrategias para adaptarse a las necesidades de sus usuarios, demostrando, una vez más, trascender la percepción de ser sólo “lugares de libros”.

Por Isidora Muñoz y María Garrido. Foto destacada: propia.

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