¿Qué pasa en Chile con la sangre y las investigaciones científicas al respecto?

Regularmente vemos como los medios informan acerca de innovaciones científicas extranjeras que prometen grandes avances y mejoras en la calidad de vida de las personas ¿por qué parece ser que nosotros no avanzamos? ¿Qué nos falta para que Chile sea el protagonista de esas noticias?

Carolina Vásquez y Sofia Fierro, nacieron en épocas distintas, jamás se han visto y sus vidas parecen ser diferentes en todos los ámbitos a excepción de uno: la donación voluntaria altruista. Carolina recuerda que comenzó a donar “desde los 19 porque al hacerlo sentía que hacía algo en favor de la comunidad y de esta forma, brindaba alivio a alguna familia que lo necesitara”. Mientras que Sofia cuenta que la primera vez que donó fue hace un año, y relata que “una vez que llegó la pandemia y el confinamiento junto con ella, comencé a buscar formas de ayudar a otros con la edad que tenía en ese momento (17 años) y encontré la donación de sangre. Desde ahí no paré más”.

Los actos voluntarios que tanto Carolina como Sofia realizan van en directo aporte a la comunidad chilena ¿por qué? Según explica el médico Cristian Salas, “en situaciones graves y de urgencia como hemorragias severas o pacientes oncológicos es común recomendar las transfusiones de sangre, es lo que está a la mano, es más accesible y efectivo. Por supuesto, lo que cada paciente necesita va a depender de su situación. Hay algunas personas que necesitan plaquetas, plasmas u otros componentes”.

Como el especialista en medicina general señala, la transfusión de sangre en nuestro país es primordial a la hora de salvar vidas, pero ¿de dónde sale este vital elemento? Chile cuenta con dos clases de donantes, los altruistas, quienes dan sangre desinteresadamente y sin tener a ningún conocido que lo necesite; y los de reposición, esta clase de personas jamás han tenido la intención de hacerlo, sino que realizan la donación de forma “obligada” como un acto de compromiso frente a un amigo o allegado.

A nivel nacional, según cifras del Instituto de Salud Pública actualizadas en junio del 2021, la donación voluntaria altruista bordeaba el 36,8 % mientras que el 63,2 % restante pertenecía al grupo de reposición. Debido a esto es que la misma institución comunicó que nuestro país se encuentra por debajo de los parámetros óptimos. Lo ideal es que por cada mil habitantes hubiera 20 donantes (cerca de 340 000 personas), pero la realidad es que nuestras tasas sólo llegan a los 17.

Al respecto, Froilán Quintana, profesional de la Unidad de Medicina Transfusional del Hospital Regional de Concepción e investigador del Núcleo de Investigación de Donación de Sangre (NIDOS), opina que “la intención de donar sangre de forma desinteresada ha aumentado de manera considerable, pero aún estamos lejos de los estándares que se requieren para tener un abastecimiento seguro tanto en cantidad como en calidad. Esto quedó demostrado principalmente para la pandemia, ya que el cierre de los centros de educación superior puso en jaque a los bancos de sangre, provocando que en algunos casos se tuvieran que suspender cirugías en el norte del país y en otras partes como Valdivia y Osorno”.

·       El presupuesto de Chile para la investigación científica del año 2023 bordea los 76 mil millones de pesos.
Créditos de imagen a ElPeriodista.cl.

Estudios extranjeros podrían ser la solución

A comienzos de este mes el National Institute for Health and Care Research (NIHR), un instituto británico de investigación clínica, salud pública y atención social; anunció el comienzo de la administración de glóbulos rojos cultivados en laboratorio a personas.

La investigación separó las células madre obtenidas de sangre donada (ya que estas son capaces de generar nuevas células sanguíneas) y las cultivó en el laboratorio para que produjeran glóbulos rojos. Actualmente los científicos se encuentran estudiando la vida útil de estos en comparación con las de los donadores. De funcionar, este estudio podría traer grandes beneficios para personas que sufren de trastornos sanguíneos como la anemia falciforme o que no pueden recibir transfusiones de sangre normal.

Esto podría ser una luz en nuestro camino. Nuevamente estaríamos recibiendo una salida del túnel que fue realizada por un país vecino. Algo similar a lo que vivimos con el coronavirus, cuando las vacunas tuvieron que ser importadas. ¿Qué pasa con nuestras investigaciones a nivel nacional? ¿Por qué siempre escuchamos grandes avances científicos provenientes del extranjero? ¿Contamos con los recursos, la tecnología y el personal para realizarlos realmente?

Cristian Gutiérrez, director de NIDOS y tecnólogo médico con mención en Bioanálisis Clínico, Hematología y Banco de Sangre, considera que “en nuestro país sí tenemos los laboratorios necesarios y la gente competente para realizar esta y otras clases de investigaciones, pero falta que se destinen más recursos a nivel ministerial”. El profesional agrega que, “la partida de presupuesto de investigación del año 2023 aumentó considerablemente si lo comparamos con los años anteriores y contar con una mayor inversión es precisamente lo que se requiere”.

Por su parte, el investigador del proyecto NIDOS y académico de la Facultad de Medicina y Tecnología Médica de la Universidad de Concepción, Eric Jara, sugiere que “los chilenos somos muy buenos para investigar, pero muy malos para publicar. No se puede decir que en Chile no se investiga, el problema de estos estudios es que son casi todos cuantitativos, mucho porcentaje, desviaciones estándar, muchos números. Refiriéndonos al ámbito de la sangre: buscan conocer cuántos donantes hay, cuál es el efecto que han tenido los componentes en los pacientes, más de ese estilo…”.

Hablando sobre investigaciones e innovaciones científicas, Eric Jara cuenta que en la Universidad de Concepción se investiga bastante el uso de los componentes sanguíneos con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas. El académico lo ejemplifica al contar que “ya se está tratando a pacientes con ojo seco severo, una patología de la superficie ocular y de la lagrima, con un suero de él mismo. Del plasma propio de la persona fabricamos las gotas que puede utilizar para solucionar su problema”. Tan bueno fue este estudio, que el Congreso Iberoamericano de Medicina Transfusional de Medellín lo premió.

·       En Chile existen 301 empresas de base científico-tecnológica y 36,2 % de ellas no están ubicadas en la Región Metropolitana.
Créditos de imagen a El Mostrador.

Asunto de prioridades

Para que la innovación científica no sólo exista en otros países, sino que también se desarrolle a nivel nacional, esto debe convertirse en una prioridad para el Gobierno. La realización de un trabajo en conjunto por parte del Ministerio de Salud y el de Investigación, la inyección de más recursos a esta área y el aumento de publicaciones de los estudios ya realizados podrían convertir a nuestro país en uno de innovaciones e investigaciones científicas de calidad.

Mientras esto no suceda, la donación de sangre seguirá en el número uno de las opciones para salvar vidas. De ahí la importancia de las diversas campañas, centros y agrupaciones de donantes voluntarios altruistas, ya que ellos son la base del principal insumo que se requiere en la realización de transfusiones.

Una de estas agrupaciones o proyectos que tienen como objetivo aportar en el ámbito de la donación de sangre es NIDOS. En el año han realizado algunas campañas para captar voluntarios consiguiendo entre 60 y 80. Este proyecto no sólo se dedica a encontrar y motivar a las personas a que sean donantes ya que como explica Froilán Quintana, “el propósito del grupo es realizar estudios de tipo cualitativos en los cuales se puedan evaluar cuáles son las motivaciones del donante altruista, qué es lo que genera que una persona tome la decisión de donar, mientras que en cambio otra no desee hacerlo. Se busca caracterizar a este sujeto y saber por ejemplo cuál es su nivel sociocultural, sus principales motivos o si fue acompañado o no”.

Los resultados del estudio podrían brindarnos por primera vez la oportunidad de conocer a los donantes altruistas y saber además cuales son los puntos a los que las campañas de recaudación de sangre debieran apuntar. Información muy provechosa si recordamos que, como se mencionó ya en este reportaje, nuestro país no cumple con la tasa óptima de donación anual que es de tan sólo 20 personas por cada mil habitantes.

·       Nidos organizará una nueva campaña de donación voluntaria el 6 de diciembre de 10:00 a 14:00 en la Facultad de Medicina UdeC.
Créditos de imagen a Diario Concepción.

Tarea pendiente

Actualmente, Chile ya se comprometió con la Organización Panamericana de Salud para destinar una mayor cantidad de fondos y recursos humanos con el fin de contar con la sangre suficiente para los requerimientos transfusionales a nivel nacional.

Esto no significa que el trabajo relacionado con la concientización social terminó. La educación a temprana edad para los futuros donantes no deja de ser importante. Jamás dejará de ser vital el compartir datos como que la sangre extraída de una sola persona es capaz de salvar a cuatro o que tu donación quizás puede servirte para ti mismo porque algunos componentes como el plasma pueden conservarse hasta por un año.

Como uno de los entrevistados mencionó, mientras Chile siga atrasado en innovaciones y tecnologías científicas, la sangre seguirá siendo el principal instrumento que tiene la medicina para salvar vidas, así que las donaciones voluntarias no debieran verse como un aporte para el prójimo, sino que para el “próximo”, y no sabemos si es que ese es uno mismo.

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