Fiestas electrónicas y drogas sintéticas: ¿un disfrute consciente? Entrelíneas por Raimundo Jury - 2 diciembre, 20222 diciembre, 20220 Cada día los estupefacientes están más a la mano de las personas. Desde hace algunos años, en Chile se ha masificado el fenómeno de la música electrónica, las raves y los festivales, espacios de dispersión donde los sonidos y las drogas son los personajes principales. ¿Cuáles son las causas y efectos del consumo de narcóticos en los eventos y fiestas de tal estilo en nuestro país? Por Valentina González y Raimundo Jury Resulta complicado separar radicalmente a las sustancias ilegales de la población chilena, sin considerar edad ni ocupación. Según un estudio realizado por el Servicio Nacional de Drogas y Alcoholismo publicado en marzo de este año, de 141 detenidos que decidieron voluntariamente participar en la investigación proporcionando muestras de orina, un 65 % se les detectó al menos una droga en el organismo. Las sustancias más comunes fueron marihuana (48,4 %), cocaína (21 %), pasta base (11,4 %), benzodiacepinas (8,5 %), anfetaminas (2,3 %) y metanfetaminas (0,9 %), una cifra preocupante que representa el consumo de estos estupefacientes a nivel país. Desde una perspectiva local, el SENDA publicó el 2021 un estudio del consumo de drogas en estudiantes de educación superior, a partir de los 17 a 25 años de la Región del Biobío a través de un cuestionario online, donde los principales narcóticos consumidos por los jóvenes encuestados fueron tranquilizantes y analgésicos sin receta médica, éxtasis, cocaína y pasta base, presentando grandes riesgos tras ser consumida frecuentemente ya sea en espacios privados y de recreación. ¿Qué pasa en estos espacios de recreación? Pensando en que tales escenarios hacen referencia, en concreto, al goce de la música en vivo y de sustancias ilícitas. Fiestas, sonidos, audiencias y drogas Existe un tipo de fiesta bastante particular, donde los invitados se reúnen en sitios clandestinos para disfrutar de música electrónica y, por qué no, otros elementos que distorsionan los sonidos y vibraciones. Las raves suelen ser juntas de carácter más alternativo, en lugares poco concurridos e incluso ilegales. Aunque tal género sí suele ser la que prima en este formato de eventos musicales, se pueden encontrar varios tipos de melodías según la audiencia asistente y sus preferencias en cada uno de los encuentros. Normalmente, estas celebraciones se caracterizan por estar asociadas al consumo de drogas, además del alcohol. Según el diario La Tercera, los principales consumidores de drogas sintéticas están entre los 20 y 35 años.Foto: Darya Sannikova. La electrónica como género musical se ha establecido como un mercado fijo en los eventos masivos de Chile. Mega festivales como Creamfields, Piknik Èlektronik, Dreambeach, Time Warp, DGTL SCL y un sin fin de espectáculos más han reunido a miles de personas de nuestro país, con un mismo propósito: disfrutar de tales ritmos originados en Europa cerca del 1950. Sin intentar estigmatizar este tipo de shows, es evidenciable que la relación entre la droga y la música electrónica existe. Sólo basta con revisar que el público es restringido en estos encuentros, ya que se centra principalmente en asistentes mayores de edad, por lo que la venta de destilados está permitida y regulada por los organizadores. ¿Qué pasa con aquellas drogas ilegales que se pueden encontrar en las audiencias? De acuerdo con un artículo publicado por el medio internacional El País, “se calcula que alrededor del 22 % de los asistentes a festivales llevan en su petate, además de las gafas de sol y las baterías externas para el móvil, alguna droga ilegal con la que pretenden aguantar las larguísimas jornadas de música y fiesta a las que se expondrán”. Otro estudio realizado en Estados Unidos por el American Addiction Centers, de una muestra de 976 personas, el 57,4 % reporta el uso de bebidas alcohólicas o drogas en este tipo de eventos, correspondiente a cerca de 560 usuarios. Respecto a los estupefacientes que más se consumen en aquel país que cuenta con una alta oferta musical -excluyendo al alcohol que representa un 93,4 %- el 39,4 % de encuestados reconoce consumir marihuana, el 8,1 % alucinógenos, el 7,9 % MDMA, el 5,3 % cocaína y finalmente, el 3 % benzodiacepinas. Los estupefacientes: ¿motores de la entretención? No existe una opinión universal respecto al uso de las drogas en esos espacios, sin embargo, sí se puede apreciar una polarización según puntos de vista. Por una parte, existen consumidores casuales que han tenido malas experiencias con el uso de sustancias, por otra y en caso contrario, quienes utilizan los productos ilícitos habitualmente las han disfrutado por igual en todas las ocasiones en el contexto de fiestas. «Una cosa lleva a la otra, la activación sensorial te hace estar mucho más alerta. Al encontrarse escuchando música en un evento con un nivel altísimo se siente notablemente más. Es un complemento por el sonido, lo que va causando en el cuerpo al sentir las vibraciones». Andrés Fuenzalida, consumidor. Desde el campo de la psicología, la relación entre los sonidos bajo el consumo de drogas tiene una finalidad estimulante. Respecto a este tipo de sustancias en el contexto de la moda de la electrónica, el psicólogo clínico Claudio Riveros indica que “cuando consumes una droga, especialmente las que te activan, vas a poder potenciar esta experiencia con los elementos que están en tu entorno, ya sea la iluminación, los fuegos artificiales y la misma sintonía de estimulación de la gente a tu alrededor”. El profesional concluye en que los estupefacientes provocan una mayor apertura a la exaltación de los sentidos, en este caso, con la música del ambiente y las luces, por ejemplo. Conforme a un artículo del diario La Tercera, Chile es el país sudamericano que ha contratado más franquicias de festivales electrónicos.Foto: Wendy Wei. Las razones de la utilización de ciertas sustancias estimulantes pueden ser diversas, desde presión social hasta entretención, siempre ligado a la responsabilidad que esto conlleva. Así lo evidencia Andrés Fuenzalida, consumidor recreativo. “Mi experiencia ha sido buena por hacerlo de manera responsable tanto emocional como físicamente y saber también lo que estoy haciendo. Me gusta usarlas porque bajo un contexto bueno es entretenido, es un acceso fácil a producir más serotonina, hormonas y dopamina”. Fuenzalida cierra su testimonio comentando que el subidón de energía provocado por los estupefacientes le han hecho vivir instantes agradables, pero se mantiene consciente que es un efecto momentáneo y un camino falso a aquel tipo de sensaciones. «El ritmo y los compases de la música tiene una vibración similar a los latidos del corazón. Al participar de fiestas electrónicas se genera un estado de placer, ya que la estimulación sensorial recuerda un poco la experiencia fetal y al consumir este tipo de sustancias se logran aumentar aún más las sensaciones». Samuel Quiróz, psicólogo clínico. No obstante, también existen otras experiencias que demuestran todo lo contrario; así lo comenta Vicente García, quien dispone de los estupefacientes de manera recreativa. “Me motivé a probar este tipo de drogas en un festival de techno, estaba con un grupo de amigos y como el contexto era tan diverso, se prestó para el consumo. Sin embargo, mezcle éxtasis con MDMA, que es la sustancia más pura, a partir de esto me comencé a sentir mal, veía borroso y no podía verbalizar, me iba a desmayar. Tenía miedo, angustia y ansiedad, esto me gatilló ataques de pánico y tuve que acudir a un psicólogo”. David Olate, fanático y asistente de festivales de música electrónica afirma que ha visto de todo tipo de narcóticos. “Me han ofrecido drogas duras en más de una oportunidad, incluso yo estando completamente sobrio”. Agrega que estas situaciones lo hacen sentir incómodo y muchas veces vulnerable, “algunos al estar bajo algunas sustancias alucinógenas, exageran todo sus movimientos sin importar que la gente se encuentra muy cerca por la aglomeración y terminan golpeando a los demás, también he observado que se ponen tan eufóricos que comienzan a insistir a personas sobrias que se pongan en el mismo nivel de exaltación que ellos. Sin embargo, hay sujetos que les ocurre todo lo contrario y solo se ensimisman”. Según su experiencia, comenta que generalmente cuando hay alguna persona en un estado de activación producto de algún estupefaciente, se logra apreciar un gran espacio vacío a su alrededor entre la multitud, ya que todos intentan alejarse de ellos por miedo a lo que podrían llegar a hacer y así empañar la fiesta. Consecuencias fisiológicas y legales Aunque su peligrosidad varía, el consumo de las drogas es perjudicial para la salud en cualquier escenario. Además de los efectos negativos que tiene en el organismo, la utilización de estupefacientes podría ser considerado un delito cuando las sustancias son catalogadas como ilegales en la legislación vigente. Respecto a las consecuencias que conlleva el uso de sustancias ilícitas en un contexto de espectáculo musical en vivo, el psicólogo clínico Claudio Riveros asegura que una de las respuestas más temidas que puede tener el éxtasis en el organismo es un aumento súbito de la temperatura corporal, conocido como hipertermia. Además de este efecto temprano, el profesional agrega que “a largo plazo siempre las drogas pueden traer un deterioro de tipo cognitivo, afectar las funciones como la atención, la memoria, la percepción del entorno y, en el peor de los casos, puede inducir a estados mentales agudos, por ejemplo, psicosis o condiciones que requieran de evaluación psiquiátrica o neurológica a partir del consumo de las drogas”. De acuerdo a un análisis de InSight Crime, Chile es el país con el mercado más grande de drogas sintéticas de toda Latinoamérica.Foto: Mart Production. Según un estudio realizado por National Institute on Drug Abuse, quienes consumen este tipo de sustancias de forma habitual que desencadenan una adicción, pueden provocar diversos problemas de salud, llegando a presentar enfermedades pulmonares, cardiacas, hepatitis, cáncer y un mayor riesgo de contraer infecciones. Desde el marco legal vigente, el abogado penalista e integrante de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Concepción, Nelson Villena, comenta que “el consumo se sanciona con multa de 1 a 10 UTM, o bien, la asistencia a programas de prevención, tratamiento o rehabilitación hasta por 60 días. Otra alternativa son las actividades en beneficio de la comunidad hasta por 30 horas”. Agrega que el uso de drogas se castiga si es en lugares públicos o abiertos al público y que no existe agravación de responsabilidad penal si el hecho se comete en conciertos. A modo de síntesis, las fiestas electrónicas y raves han sido asociadas históricamente al consumo excesivo de alcohol y drogas, donde se combinan peligrosamente un contexto de espacio recreativo con el riesgo que se pueden producir en aquellos que se encuentran bajo los efectos de diversos estupefacientes. No todas las sobredosis de estas sustancias son letales, sin embargo, es común experimentar distintas formas de atentados a la salud, ya sean espasmos musculares, vómitos, pérdida de conocimiento, entre otros. Es hecho público y notorio que esta vinculación preocupa tanto a la autoridad como a los especialistas clínicos y terapéuticos. Aún no es tarde para que los directamente involucrados tomen conciencia de sus consecuencias, antes descritas. Si crees que necesitas ayuda u orientación, puedes ingresar al sitio web www.senda.gob.cl o, en su defecto, al número 1214, disponible las 24 horas del día.