Coleccionismo en Chile: el pasatiempo encargado de preservar la historia

Durante el periodo de pandemia un gran número de personas decidió incursionar en la práctica de recopilar objetos con un valor que se preserva a través del tiempo.

El coleccionismo es una práctica que se desarrolla hace mucho tiempo, incluso existen antecedentes que datan al año 5000 a.C., aunque en ese entonces tenía una finalidad muy distinta a la actual.

En su origen la exhibición y el prestigio que otorgaba la posesión de ciertos objetos eran las principales motivaciones para realizar esta actividad, en cambio, hoy en día es más bien una entretención que se vincula directamente a una pasión personal.

A lo largo de Chile, también existe una comunidad de coleccionistas que desde hace varios años se encuentran ampliando cada vez más sus vitrinas, desde artículos pequeños como estampillas o autos de a escala, hasta elementos de gran tamaño tales como vehículos reales.

En lo explicado anteriormente se da a conocer que la afición descrita tiene un trasfondo mucho mayor al que, a simple vista, parece reflejar, transmitiendo valor histórico en la posesión de objetos que en algún momento pudieron ser prácticamente irrelevantes. 

Esto se ve fundamentado en las declaraciones del antropólogo, Hernán López, quien deja las siguientes palabras: “Al igual que un museo, el coleccionista busca eternizar momentos, historias, emociones y poner en valor aquello que es de máximo interés”.

Ejemplos de esto es el reconocido comediante Sergio Freire, quien tiene una amplia vitrina repleta de figuras de la aclamada serie de televisión, Los Simpsons. Por otra parte, Ricardo Soldaíni, argentino instalado en el país hace más de 20 años en la ciudad de Punta Arenas, posee uno de los muestrarios más grandes de Ferrari a nivel nacional con ocho autos de la marca en su haber.

Según el reporte hecho por Artsy el 84 % de los coleccionistas adquirió un objeto por internet entre 2020 y 2021. (Foto: Museo del Banco Central). (Foto: ADN Radio).

Según el antropólogo, en muchos casos estas recopilaciones tienen como objetivo lo siguiente: “Alcanzar metas que le producen altos niveles de satisfacción y complacencia”. De acuerdo con lo afirmado, aquellos vinculados a este pasatiempo en la actualidad cuentan con espacios de interacción, donde pueden competir y mostrar los trofeos alcanzados ante sus pares, buscando con ello el ansiado prestigio.

El coleccionismo y la salud mental

Desde el comienzo de la pandemia y el confinamiento, mucha gente debió arreglárselas para combatir el estrés y ansiedad generada por el encierro, incluso algunos tomaron este pasatiempo como alternativa de entretención durante este periodo.

Si bien podría considerarse una buena opción para entretenerse o relajarse, esto depende mucho de la persona. Sofía Morales, psicóloga, explica que “en el caso de un sujeto que tenga rasgos obsesivos, podría extrapolarse a esta afición, volviéndola algo contraproducente para sí mismo”.

Esto podría tener consecuencias como la acaparación de objetos de manera compulsiva, también denominado síndrome de Diógenes, que para aquellos que lo padecen en algunos casos se perciben a sí mismos como colectores.

Ante esta situación, la psicóloga menciona que la gran diferencia entre un acumulador y un coleccionista es que este último tiene un control total sobre los artículos que adquiere o reúne, en contraste de aquel que no puede dominar los impulsos a la hora de sumar cosas a su haber.

Aunque también hizo hincapié en que fuera de aquel rasgo, esta actividad si puede ser realizada por individuos que no presenten dicha condición, teniendo fines terapéuticos. Así al menos lo explica en las siguientes palabras: “En casos de depresión, por ejemplo, puede ser una buena elección a la hora de enfocar la mente en algo”.

Malas prácticas en la obtención de coleccionables

Por lo general, aquellos que se dedican a esta afición suelen conseguir los objetos de la manera convencional, es decir, comprando los productos a través de tiendas u otros entusiastas, sin embargo, también existen algunos que no se preocupan de los medios con el fin de conseguir alguna pieza.

Una muestra de esto son los numerosos robos que ha habido en diversos museos alrededor del mundo, donde desafortunadamente muchos no vuelven a ser recuperados para su exhibición.

El ejemplo más importante a nivel global de esta situación es el robo al Museo Isabella Stewart Gardner perpetrado el año 1990, en el cual se perdieron obras de renombrados pintores como Rembrandt o Vermeer, y aún se desconoce el paradero de estos ejemplares.

Un destacado caso de esto a nivel local es el de la espada del expresidente chileno, Manuel Bulnes, la cual fue sustraída del Museo Histórico Nacional y, hasta la fecha, sigue desaparecida desde su robo en 2016.

Ignacio Aguilar, conservador y restaurador de objetos históricos, se refirió a lo explicado anteriormente, sosteniendo que “el valor histórico de este tipo de elementos los hace tener un precio casi incalculable, por lo que estos son robados bajo órdenes de algún coleccionista especializado o con la finalidad de luego ser vendidos en el mercado negro”.

La espada de Manuel Bulnes alcanza un avalúo cercano a un millón de dólares. (Foto: La Tercera).

Adicional a esto, Aguilar comentó que es necesario realizar mejoras en cuanto a la seguridad de este tipo de lugares, y de esta manera evitar medidas como la exhibición de réplicas, puesto que en sus palabras: “Los museos son el lugar donde se resguarda la historia”.

Coleccionismo en pandemia

Si bien antes eran pocos aquellos los que decidían incursionar en esta actividad, esta se fue masificando poco a poco hasta generar diversas comunidades con un interés común, donde las redes sociales han favorecido en gran manera a esta afición.

Felipe Coronado, psicólogo coleccionista de artículos de Marvel Legends, explica que se acercó a esta actividad durante el periodo de pandemia, con la finalidad de evitar el estrés que trajo consigo el encierro.

Del mismo modo señaló que “desde que era pequeño me gustó Spiderman y mi fanatismo se acrecentó con el boom de las películas de Marvel, entonces me puse a investigar y encontré que se venden muchas figuras de las películas”.

Respecto al rol que cumplieron las redes sociales en este tema, Felipe describe lo siguiente: “Pertenezco a grupos de comunidades coleccionistas de Chile y sirve bastante a la hora de encontrar figuras antiguas o datos de tiendas”.

A través de estos colectivos, el coleccionista explica que obtuvo una figura del Hombre Araña que únicamente se distribuyó en la cadena de supermercados estadounidense, Walmart.

Aunque no todos aquellos que se dedican a esto son cercanos a dicho tipo de foros, puesto que prefieren enfocarse exclusivamente en aquello que ellos recopilan. Una muestra de esto es Luis Riquelme, modelista y coleccionista de vehículos a escala, quien comentó estas palabras: “No pertenezco a estos grupos porque no veo necesidad de hacerlo, aparte esto es una afición donde busco mi propia satisfacción”.

Con relación al origen de su pasión por el modelismo, Riquelme explica que se remonta a su juventud, donde desarrolló interés por la historia, motivo por el cual comenzó a armar aviones en miniatura culminando en un interés intenso en este tipo de figuras, lo cual desembocó en que ahora posea un amplio muestrario de diversos medios de transporte.

Respecto al periodo de confinamiento, que duró alrededor de dos años, Riquelme señala que fue el lapso en el que menos se dedicó al coleccionismo, ya que el proceso de armado de las figuras de modelismo suele tardar mucho más que solamente la adquisición de los elementos.

Otro ejemplo del aumento de la comunidad que dedica su vida a esta afición son la cantidad de eventos que se dedican a congregar a estos grupos, siendo los más importantes a nivel nacional Festigame y Comic Con.

Festigame realizó su primera edición en 2012. (Foto: Jaime Valenzuela).

Estas convenciones en Chile han logrado convocar a más de 20 000 personas en un solo día, demostrando que existe un gran interés por parte de dicha comunidad en compartir su pasión, además de conocer a otras personas que también posean este entusiasmo.

Por otra parte, el aumento de aficionados también ha generado la masificación de tiendas especializadas en este tema, donde Felipe Coronado señala que “es cosa de ver las tiendas donde antes únicamente vendían videojuegos y ahora está lleno de figuras u otros objetos de colección, incluso más que de implementos gamer”.

De esta manera se demuestra que el coleccionismo es una actividad que no ha hecho más que sumar adeptos en su comunidad, y no parece que vaya a disminuir su práctica durante los próximos años, puesto que este pasatiempo permite conservar fragmentos de la historia de distintos tópicos, preservando su valor de cara al futuro.

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