De la mano del Messias Argentina baja la tercera estrella que decorará su escudo

No apta para cardiacos. Una final del mundo que mantuvo en vilo a todos los fanáticos del futbol.

Algunos la catalogan como la mejor final en la historia de los mundiales, por la cantidad de goles, el momento y el constante cambio de sensaciones a lo largo del partido. Argentina dominó a Francia durante más de 75 minutos. Sin embargo, el peor error que puede cometer un aspirante al título es darle una chance al campeón. En dos minutos, de la mano de Mbappé, Francia demostró su jerarquía y empató el encuentro para enviarlo al alargue.

Por un lado, Francia comenzó su participación en la Copa del Mundo a lo grande, con una contundente victoria sobre Australia por 4 a 1. Los europeos demostraron un orden táctico y una calidad individual digna del campeón defensor. Línea por línea los franceses tenían un plantel que daba miedo, yo creo que absolutamente nadie quería cruzarse en el camino de los galos.

En contraste está Argentina, que tuvo un pésimo comienzo perdiendo en su debut mundialero contra una selección de ribetes menores como la de Arabia Saudita. La albiceleste fue blanco de varias críticas, sobre todo considerando que venían de tres años y medio sin perder un partido. Por su parte, el equipo sudamericano contaba, a mi parecer, con un equilibro esperanzador en su plantilla. Una mezcla de jugadores consolidados en la selección nacional y jóvenes promesas que la estaban rompiendo en las mejores ligas de Europa.

Así bien, con inicios dispares el camino de los finalistas fue bastante similar. Las dos selecciones demostraban una contundencia en el juego que se veía difícil de anular. Es como si para Argentina la derrota hubiera sido el remezón necesario para disipar todo rastro de excesiva confianza. Mientras que en el equipo francés desde un inicio se percibió que venían decididos a ser bicampeones. El único rival, previo a la final, que complicó un poco a los europeos fue Inglaterra, que de igual forma fue eliminado en los 90 minutos por parte de Le Blues.

Lionel Messi levantando la copa del mundo. Imagen obtenida del Instagram personal del jugador.

Una vez en la prórroga, el equipo argentino nuevamente parecía sentenciar el encuentro con gol de su capitán, Lionel Messi, en el minuto 108. Sin embargo, la paridad nuevamente llegaría tras un penal cobrado a favor de Francia que Kylian Mbappé cambiaría por gol, completando su Hat-trick. Con el empate en el marcador al cabo de los 90 minutos nos fuimos a los penales, donde Emiliano Martínez, arquero de Argentina, demostró que está hecho para momentos importantes. Argentina se consagra campeona del mundo, baja su tercera estrella del cielo y, de paso, Messi se instala como el mejor futbolista de la historia del futbol. Una final épica, para ver una y otra vez.

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