Concepción, ¿una ciudad discapacitada?: el duro diagnóstico de la inclusión social

El concepto discapacidad alcanza sentido cuando una persona no es capaz de desenvolverse en un medio particular o general. ¿Pero si las condiciones del entorno estuviesen adaptadas para, por qué no, la mayoría de las condiciones humanas? ¿Seguiríamos hablando de discapacidad?

Pese a que Concepción es de las zonas más importantes del país y se jacta con el slogan ‘Ciudad para todos’, la realidad en materia de inclusión social dista profundamente con esa visión.

El drástico cambio de vida de Juan Saravia

Juan Saravia en la Vega Monumental, lugar donde trabaja

Con la juventud en su frenesí, Juan Saravia regresaba a su hogar con la escaza lucidez de quien ha bebido alcohol sin tapujos luego de una juerga con los amigos. La clandestinidad de la noche, las tenues luces de los faroles y la inseguridad de su soledad lo encaminaron hacia un trágico acontecimiento en 1992.

En medio del anonimato, un hombre extasiado por el exceso de ‘copas’ lo intimidó intempestivamente y asentó un revolver en el pecho de Saravia. “¿Qué estás haciendo? ¿Hacia dónde te diriges?”, preguntó el extraño.

Saravia, notando la gravedad de la situación pero anestesiado emocionalmente por su embriaguez, sólo atinaba a disuadirlo verbalmente. Frente a la insistencia del sujeto que confesaba ser carabinero, el joven Saravia de 24 años intentó quitarle el revolver. El forcejeo hizo que Saravia cayese al suelo.

Dos ensordecedores tiros de bala rompieron el silencio de la calle; Juan Saravia yacía inconsciente en el cemento, con el brazo izquierdo ensangrentado por uno de los impactos y con sus piernas inmóviles porque el segundo disparo le destrozó la cervical.

Juan Saravia

Resultado: una paraplejia que le inhibe la sensibilidad de la cadera hasta los pies. De allí en adelante Juan Saravia ha tenido que sobrellevar una durísima vida cotidiana razón de que ha constatado con el tiempo que “Concepción es una ciudad discapacitada”.

Juan Saravia ha llegado a ser el presidente del Consejo Consultivo de Senadis, con el fin de ‘poner sobre la mesa’ los derechos de quienes tienen alguna discapacidad física. Sin embargo, ha visto que los avances para sus mejoras son mínimas porque existen muchas barreras políticas y acusa que no hay entes fiscalizadores que supervisen las problemáticas sociales de las personas con discapacidad.

Barreras físicas y humanas

La ley 20.442 sobre discapacidad declara que será el Estado el que exigirá a las empresas de bienes y servicios para que haya un entorno inclusivo. Para ello se basa en conceptos como “Accesibilidad universal y diseño universal”. Una aspiración que prácticamente no se cumple. Saravia sentencia que “somos los más olvidados”.

Saravia se dio cuenta que la precariedad de su entorno era tan manifiesta que un día decidió transportase sólo en su silla de ruedas desde Hualpén, donde vive, hasta Concepción sin importarle los riesgos que esto conllevaba.

Ver que las líneas de buses no están adaptadas para personas con su condición, tener que pasar humillaciones de choferes que no le paran o enfrentarse a personas sin disposición para ayudarlo hicieron que tomara esa decisión.

¿La Ley Saravia?

Existen gruesas demandas sociales en torno a temas de derecho como la legalización de la marihuana, el aborto, la igualdad de género, la delincuencia, sin embargo esta realidad parece ser subyugada a terceros o cuartos planos. Esto, motivo de que no existe una visibilización sostenida de sus problemáticas ya que no hay una institución que supervise el cumplimiento ante la ley de sus derechos. Son algunos como Juan Saravia los que deciden ir a contracorriente y enfrentar a los responsables.

Los que no, siguen cautivos de un sistema que sumerge en el silencio a los inocentes. Saravia, quien ya ha sido atropellado en un cruce de calle, dramatiza una situación que puede convertirse en cosa cierta: “Yo les digo a mis amigos que ya va a salir la Ley Saravia. Cuando quede como sopaipilla porque me atropelló un camión. En Chile las cosas pasan así, como pasó con la Ley Zamudio o la Ley Emilia. Pero aun así los problemas siguen porque nadie los fiscaliza”.

La Universidad de Concepción avanza hacia la inclusión

El poder desenvolverse en un ambiente estudiantil es una aspiración a la cual todo chileno debiese acceder. Sebastián Cid, estudiante de Ingeniería Comercial de la UdeC, está elaborando su Tesis de grado y espera titularse este año.

Sebastián Cid trabajando en su Tesis

Nació con Artogrifosis, una enfermedad que le trastornó su desarrollo muscular, por lo que la silla de ruedas ha sido su vital compañera. A sus 21 años se siente afortunado de ser parte de Teletón porque “ha sido una gran ayuda tanto a nivel médico, emocional y ha servido para acumular experiencia, y enfrentar otros ámbitos de la vida”.

Si bien recién ahora están haciendo un ascensor en su Facultad, Cid asegura que siempre las autoridades de su carrera se han preocupado por compensar la falta de elevador. “Cuando inscribo horarios siempre tratan de que tenga clases en el primer piso. Igual me gustaría ir independientemente a ver a mis profesores al 3er piso pero ellos me han dicho que cuando los necesite, que los llame y ellos bajarían de inmediato”.

Sebastián Cid en logia UdeC

En circunstancias de que él necesariamente tiene que subir a otros niveles del edificio, de todas maneras existe un sistema, algo rústico, para que ascienda. En general, Cid evalúa que la Universidad se ha ido adaptando a las realidades de discapacidad que se van suscitando.

Asegura que rampas hay en la mayoría de los lugares importantes y que en general siempre hay quien le ‘de una mano’. Además, la Municipalidad de Yumbel dispone transporte para movilizarlo a esa localidad cada fin de semana, donde vive su familia.

Afuera la realidad es más dura

Estos privilegios que recibe por parte de Teletón, de la Universidad de Concepción, y de Yumbel parecen tener fecha de caducidad. Eso Sebastián lo sabe y reconoce lo deficiente que es el sistema de salud pública en Chile, las hondas carencias estructurales y arquitectónicas de la ciudad junto con el hondo problema del transporte. Cid se resigna: “Osea yo sé que si quiero salir fuera de Concepción, es muy complicado pero ¿qué podemos hacer?”.

A la hora de buscar soluciones, Cid asegura que Senadis debiese tener más peso para fiscalizar, en una opinión similar a la de Juan Saravia. Y al igual que Saravia, Sebastián cree que es muy importante visibilizar esta realidad a la gente.

Las respuestas desde el Seremi de Transporte del Bío Bío

La institución regional del transporte no desconoce lo trascendental que es el transporte para la inclusión universal. Asumen que las flotas de buses, pese a ser relativamente nuevas en parangón con las de otras ciudades, no están adaptadas para personas con discapacidad, y más allá, para personas con movilidad reducidas: personas con obesidad, mujeres con coches, niños, etc.

El Coordinador del Transporte Público del Gran Concepción, Luis Hernández, sostiene que existen tres unidades que ellos consideran en relación a la accesibilidad de estas personas en los medios de transporte.

El Ministerio de Transporte tiene por ley el poder exigir a las líneas de microbuses renovar sus flotas, sin embargo, esto implica un costo económico estatal o privado que la institución, al parecer, no se ha decidido a evaluar. Lo que sí, Hernández confirma que el Seremitt está apuntando hacia esos cambios que favorecen a la igualdad.

Por lo mismo, desde el Seremi Regional se comprometieron a incorporar una cantidad de microbuses con estándares de accesibilidad universal en un plazo de dos años, que daría cobertura a las 7 comunas del Gran Concepción.

Normativa que aporta a la inclusión

Hace unas semanas desde el gobierno surgió una normativa que deberán aplicar todos los establecimientos gubernamentales. En un margen de tres años, los edificios públicos deberán adaptarse al ‘diseño universal’ propuesto por la Ley de discapacidad, favoreciendo la accesibilidad de personas en silla de ruedas o con movilidad reducida.

Juan Saravia ayudado al cruzar un paso en mal estado

Una ayuda sin duda, pero que para muchas personas que llevan años en situación de discapacidad es una perogrullada que hace mucho tiempo debió haber sido modernizada.

Caminando hacia la inclusión en Concepción 

La comuna de Concepción, tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos que cuenten con alguna discapacidad. Es por eso, que a diario se trabaja para generar más y mejores condiciones para la participación de estos, creando espacios, talleres y actividades que los ayuden en el proceso de inclusión social.

Es por ello, que el Departamento de la discapacidad en este último tiempo ha creado una serie de actividades, su encargada, Susam Surita, destaca los cursos de lengua de señas, los seminarios y actividades para sensibilizar a la comunidad, los talleres de elaboración de proyectos sociales y una serie de actividades creadas con el fin de que estos socialicen y estimulen sus habilidades.

Además, con el fin de instruir a la población, el departamento de la discapacidad en conjunto con la casa de la inclusión han trabajado realizando charlas, entregando información e incluso creando afiches en los cuales informan sobre las ayudas técnicas, como se tramita una ayuda técnica, como entender el concepto de discapacidad hoy en día, entre muchos otros conceptos para ir en ayuda no solo del discapacitado, sino que también, de quienes no lo son, ayudándolos en el proceso de empatía.

Parte de este proceso de inclusión, incentivado por la SENADIS, ha hecho que trabajadores públicos tales como Inspectores municipales y carabineros hayan sido instruidos para cursar infracciones en la vía pública y al interior de espacios privados de uso público como centros comerciales y supermercados  a quienes no respeten las cajas o los estacionamientos exclusivos para “personas que viven en situación de discapacidad”. De hecho, estos estacionamientos son de uso EXCLUSIVO para estas personas, tampoco pueden ser utilizados por embarazadas ni adultos mayores.

La Universidad de Concepción, en este proceso de inclusión creó, en el año 1998, el programa ARTIUC, el cual es un programa de Intervención socioeducacional en la universidad, que permite a las personas con discapacidad visual la formación profesional. Dentro de sus aéreas de intervención se encuentran la social, psicopedagógica y tecnológica.

En sí, este programa da orientación y apoyo a los postulantes a lo largo del proceso de admisión. Dentro del equipo encargado del programa se encuentra el Director, Cristian Segura, quien es Trabajador Social con magister en Trabajo Social, Irene Medina, Profesora especialista en trastornos de la visión de la UMCE y Psicopedagoga en el programa ARTIUC, Juan Pablo Varela, Periodista de la UCSC con Magister en Gestión de la comunicación de la UdeC, encargado de Comunicaciones del Programa ARTIUC y director del Programa. Además, es coordinador de la red regional de educación inclusiva de la región y Aileen Gutierrez, profesora en Educación diferencial con mención en discapacidad intelectual/audición y lenguaje de la universidad San Sebastián. Ella es actualmente psicopedagoga del programa ARTIUC.

AGAPAUT, agrupación de padres y amigos de los niños autistas, se fundó en noviembre del 2010 bajo la necesidad de padres con niños autistas de ser escuchados. Este programa está coordinado con la oficina de la discapacidad, la Dirección de educación municipal y la alcaldía de la Comuna de Coronel.

Colegio Diferencial Per Se (Fotografía tomada por Grace Aravena)
Colegio Diferencial Per Se (Fotografía tomada por Grace Aravena)

El Director del Colegio Per Se, Don Mario Espinoza, señala que la creación de este colegio nace por la idea de profesores que querían entregar una propuesta distinta en términos de educación para los chicos que presentan alguna discapacidad intelectual en Concepción. Estos profesores llevaban mucho tiempo trabajando en el ámbito educacional y vieron que era necesario hacer un cambio en el paradigma, y bajo ese precepto, se hizo este colegio.

El proyecto educativo que tienen es el de desarrollar en los alumnos competencias genéricas de trabajo, de modo que puedan ser personas capaces de decidir cosas por ellos, como una persona integral. Actualmente, alumnos que ya han dejado el establecimiento trabajan en la Lavandería Industrial 21, la cual busca entregar trabajos dignos y remunerados para jóvenes con síndrome down de la comuna, también, ciertas universidades como la del Bio-Bío y la del Desarrollo, han permitido que chicos realicen sus pasantías dentro de sus dependencias y así, muchos son sus alumnos que luego de estudiar años en este establecimiento, bajo el trabajo de varios profesionales y especialistas, cuentan con las competencias necesarias para estar insertos en el mundo laboral sin ayuda de otros.

Colegio Diferencial Per Se (Fotografía tomada por Grace Aravena)
Colegio Diferencial Per Se (Fotografía tomada por Grace Aravena)

 

 

El deporte busca incluir a personas con discapacidad

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Fotografía de Diego Muñoz Jara

 

 

En el año 2014, el Fondo Nacional de Discapacidad entregó cifras que evidencian que Chile posee 2 millones de personas con capacidades diferentes. Esto equivale al 13 % del total de los habitantes que tiene el país. Es decir, uno de cada ocho chilenos sufre de alteraciones cognitivas, motoras, sensoriales o psicológicas.

En el año 1994, bajo el mandato de Eduardo Frei Montalva, se promulgó la Ley 19 mil 284, la cual busca conducir ciertas normas para la inclusión de personas con discapacidad. Posterior a esto, en el año 1995 nace la Federación Paralímpica de Chile. Este acontecimiento marcó un antes y después en el ámbito del deporte, y demostró el interés por parte del Estado en contribuir a la inclusión de las personas con discapacidad.

Los hechos legislativos permitieron abrir la discusión de una realidad que se tenía olvidad y que acompleja a varios habitantes de Chile. Según datos entregados por el Servicio Nacional de la Discapacidad, existe un millón de personas con discapacidad leve, 500 mil dentro del rango de moderado y 400 mil de ellos padecen patologías severas.

En la región del Biobío 300 mil habitantes tienen capacidades diferentes. Esta cifra se traduce en una tasa del 15%, panorama que sitúa a la zona por encima del promedio país.

Diego Muñoz Jara
Fotografía de Diego Muñoz Jara

Diego Muñoz Jara es un joven que fue arrollado en el año 2005 por el Bíotren, cuando atravesaba el cruce de Los Claveles con Pedro Aguirre Cerda, en San Pedro de la Paz. A medida que han pasado los años del accidente, Diego reconoce que ha logrado llegar al deporte gracias a su propio esfuerzo y a la ayuda de varias instituciones.  Diego también reconoce que “todo parte con el apoyo de la Teletón, ya que gracias a los profesionales logré que yo volviera a practicar el deporte que he lo había practicado siempre antes del accidente, el basketball”.

Fotografía extraída del Comité Paralímpico

José Venegas Peñailillo es miembro del equipo nacional de rugby paralímpico, y también reconoce que “el deporte ha significado un gran aporte para las personas que sufren de alguna discapacidad, ya que de igual manera pueden desarrollar diferentes actividades física. Todo esto gracias a las instituciones que se han atrevido a desarrollar actividades físicas dirigidas a personas con discapacidad”.

 

Sin dudas falta mucho por trabajar en términos de inclusión, más aún en nuestra región, donde los números son rojos en cuanto a personas con capacidades diferentes. Pero se espera que se sumen nuevas disciplinas y actividades para que no sea solo el deporte el que permita la inclusión.

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