La comida ambulante crece en Concepción

Almuerzos, colaciones, sushis y pan integral son algunos de los productos que se pueden encontrar en el centro de la ciudad. Gracias a la innovación de quienes los ofrecen, han cautivado el paladar de los transeúntes a través de un comercio rentable.

El centro de Concepción se caracteriza por tener varios locales donde se puede comer. La calle Barros Arana es la cuadra que tiene varios lugares para  almorzar o tomar desayuno. También, existen lugares donde se puede tomar un helado o disfrutar de un rico café. Pero lo más apetecido por los penquistas es la Assuan, donde hay helados, pasteles y papas fritas.

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La comida ambulante también se puede encontrar en la misma calle. Justo en Barros Arana con Rengo, se encuentran los vendedores de almuerzos, quienes son deseados al medio día por muchas personas que trabajan en el centro de Concepción. Ignacio González es reponedor de la marca de juguete Intek y comenta que siempre compra almuerzos ahí frente a La Polar, donde ya es cliente habitual y es reconocido por quien los prepara. “Muchas veces no alcanzo a ir a comer a mi casa, pero aun así me las arreglo para almorzar. Siempre voy donde un señora que se coloca con un cooler que tiene comida y no es para nada mala. Mucha gente la espera para comprar la colación”, comenta el reponedor con respecto a los alimentos que se venden en la calle.

 

El sushi es otro producto que atrae a las personas que andan por las calles de Concepción. Afuera del Santa Isabel de la diagonal, se puede escuchar fuerte y claro: “Sushi, rico el sushi, fresquito el sushi. Llévelo. También hay pan integral, rico y preparado con harina integral. Llévelo igual”.  Esto se escucha algo tarde, pero es un buen horario, ya que muchos empleados y estudiantes se retiran hacia sus casas y prefieren tomar una once con un bocado de comida japonesa o un pan integral.

A las seis de la tarde llega Walter Rodríguez junto a los sushis y el pan integral que vende. Se instala fácilmente y comienza a ofrecer sus productos a la gente que camina por el lugar. Las personas compran con confianza y no ponen en duda la manera qué está hecha la comida. Walter comenta que todo lo que el vende es preparado o comprado por él, lo que le resulta conveniente al momento de sacar cuentas. “Yo llego a las seis de la tarde y a esa hora ya tengo clientes que me esperan para comprar mis cosas. La  venta  puede ser rápida y lenta, pero depende del día y de cómo uno ofrezca los alimentos. Casi siempre estoy listo como a las nueve de la noche, donde pocas veces me devuelvo para mi casa con comida”, confiesa el negociante ambulante.

El miedo de comer en la calle

La preparación es lo que el comprador siempre pone en duda cuando no come en un local autorizado, ya que se desconoce la manera en que se realizan los productos que se venden en la vía pública. Esto se puede observar al momento en que se le acercan clientes a Walter y le preguntan las características que tienen sus alimentos. “Yo siempre les cuento a los clientes que mis cosas son frescas. Por ejemplo, el sushi no lo vendo de un día para otro. Prefiero que sea cocinado durante el día, así que por eso me levanto temprano a comprar los ingredientes a la Vega Monumental, los cocino durante la tarde para que antes de las cinco, ya estén listos”, reconoce el vendedor cuando se refiere a la elaboración de la comida que comercializa.

Con el pan integral es diferente, ya que Walter solo vende el pan. Este pan es cocinado por un amigo del comerciante, quien se encarga de preparar y enviar el pan para que se ofrezca. Walter Rodríguez cuenta que gana un porcentaje por ofrecer el producto integral, la que no es mala y le permite generar ganancias. “Llevo más de un año trabajando con ‘Antu Pan’, un producto que ya es reconocido por la gente que entra y sale del Santa Isabel. Yo no lo cocino, pero aun así la gente lo lleva. No desconfían tanto de su elaboración, ya que muchas veces se vende recién horneado. También genero ganancia, pese a que yo no lo hago”, comenta Walter.

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La manera en que se vende la comida ha cambiado. Cada vez será más común encontrarse con alimentos ambulantes mientras uno camina y esto aumentará si se siguen llevando a cabo nuevas ideas en la alimentación. Las que en un comienzo significaran arriesgarse para lograr un buen rendimiento económico, pero con el tiempo pueden llegar a ser un alimento que marque la diferencia frente a otros productos.

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