Rere es un pequeño pueblo ubicado a 21 kilometros de Yumbel. Actualmente cuenta con poco más de 400 habitantes y a pesar de los terremotos que han amenazado con destrozar su patrimonio, este aún sigue en pie.

Esta localidad posee 4 patrimonios nacionales: La tumba del Padre Mayoral, una especie de Palma Chilena que fue plantada por los jesuitas durante su llegada y que a la fecha sigue en pie y los dos más conocidos, que son el campanario y las campanas de oro de Rere a las cuales se les atribuye una conocida leyenda local.

Además de ser los 4 patrimonios dentro de la ciudad, estos son 4 bienes conmemorativos del conjunto jesuita de Rere. Las campanas, hechas con plata y oro fundido que fue regalado por los habitantes de la época, fueron un encargo por parte de los sacerdotes jesuitas y aún se encuentran en el último piso del campanario. La campana mayor, que está en medio, data del año 1720.

La leyenda cuenta que, hace muchos años, se quiso llevar las campanas de Rere a Concepción (especificamente a Penco) pero no se logró el cometido debido al peso de estas. Eran llevadas por varias yuntas de bueyes, pero aún así no se pudieron llevar. Lo curiosode esto, es que cuando finalmente se decidio devolverlas a Rere, no se necesito más que una sola yunta de bueyes para devolverla.

Sin embargo, rerinos, tales como don Luis Bermedo, que actualmente es apicultor y posee una tienda de recuerdos de la zona, asegura que este hecho si ocurrio, y fue en elaño 1756.

EL PUEBLO DE DIFERENTES NOMBRES

Esta localidad, en todos sus años a pasado por diversos nombres, siendo el primero Nuestra Señora de Buena Esperanza. Claramente, nombre relioso, como la mayoria de los nombres dados en aquella época por el tema de la conquista. Don Luis cuenta que la «Buena» era la virgen María embarazada, la cual se celebraba el 20 de diciembre y la «Esperanza» era el niño Jesús que nacio el 24 por la noche, y es por ello que el 24 de diciembre de 1586 se funda la ciudad de Buena Esperanza, actual Rere.

Al siglo siguiente, exactamente en el año 1603, pasa a llamarse La Estancia del Rey, esto porque se cultivaban diversos tipos de cereales y se criaban diversos tipos de animales. Además, toda esta producción era parte del abastecimiento de los fuertes y las tropas de aquel periodo.

Años más tarde, en 1752, Domingo Ortis de Rozas, gobernador de aquel periodo, cambia nuevamente el nombre de este lugar a Villa Buena Esperanza de Rozas, esto nada más que para dejar constancia de su mandado.

En 1752, el gobernador Antonio Guill y Gonzaga dio el nombre de Villa San Luis Gonzaga de Rere, cuando ya el lugar no fue más un fuerte de la época.

Cabe destacar que en Mapudungun y en Pehuenche al pajaro carpintero le dicen rerré. De ahí el actual nombre de la localidad. Rere por su antiguedad tuvo mucha importancia, antes que todo como corregimiento, luego como partido y después como departamento de Rere.

PADRE JUAN PEDRO MAYORAL

El Padre Mayoral fue un importante jesuita, a quien no solo los devotos, si no que gran parte de los habitantes de Rere alaban porque fue alguién muy bueno en vida y que a la fecha sigue realizando milagros. Su tumba data del año 1755 y se encuentra en la capilla sur de la ciudad, frente al campanario y a un costado de la Palma Chilena.

Una persona digna de destacar es la señora Norma Montoya, artesana conocida de la localidad no solo por sus trabajos minuciosos en greda, si no que también por haber sido la encargada de realizar 87 copones para comuniones para el Papa Juan Pablo II en su visita a Chile en el año 1987.

La historia que lleva consigo el pueblo de Rere habla a través de todo lo que sigue en pie a la fecha. No es difícil darse cuenta de ello, las casas y grandes paredes de adobe hablan casi que por sí solas, al igual que los agujeros en las paredes del campanario, los cuales fueron realizados hace siglos por cañones. Lo que el pueblo vivió se niega a ser olvidado, es por ello que una de sus tradiciones, la fiesta del estofado para el día de San Juan, se creo para atraer a turistas tanto de la región como de fuera de esta. Actualmente ésta localidad tiene el redord al estofado más grande y con el paso del tiempo han debibo sumar platos para dar abasto ante toda la gente que visita el pueblo en ese fin de semana de junio. Sin embargo, este lugar espera ser visitado los 365 días del año, pues su gente busca dar a conocer lo que sus padres, abuelos, bisabuelos y antepasados viveron ahí.

El macondo de Chile espera ser visitado, cuidado y entendido. La invitación esta hecha para recorrer este pequeño pueblo en tamaño pero grande en historia, magia y encanto al igual que sus habitantes, los cuales orgullosos de nacer y vivir aquí, esperan ayudas para sacar del olvido a este pueblo que se niega a desconocer su testimonio.