Cuando lo digital parece intervenir en todas las acciones de la vida, existen algunas personas que motivadas por la nostalgia y la valoración, buscan rescatar actividades que en la modernidad parecen obsoletas. Esto también ocurre con la fotografía, donde diversos grupos continúan trabajando al son de películas y exposiciones, más cerca de lo que creemos.

La tecnología y lo digital no deja de avanzar en la sociedad, involucrándose en aspectos esenciales  de la cotidianidad, como el trabajo y las relaciones interpersonales. Es así como se han perdido ciertos hábitos y formatos que antes solían ser lo más popular, como por ejemplo, la música en formato vinilo, la redacción de cartas y la lectura en papel.

A esta lista también se incluye la fotografía, un arte que por años ha transmitido emociones y ha logrado cautivar a un montón de adeptos que con el aparato que esté a su alcance buscan captar la mejor imagen. Desde sus comienzos en 1826, la fotografía se transformó en uno de los pasatiempos más populares y, con los años, específicamente en el siglo XIX, apareció la primera cámara fotográfica a rollo, conocidas también como cámaras análogas.

Estas fueron evolucionando durante el tiempo, destacándose marcas como Zenit, Minolta y la líder en fotografía, Canon. Sin embargo, la llegada de las primeras cámaras digitales trajeron consigo facilidad e instantaneidad, algo que con los aparatos a rollo era impensado, debido a su largo proceso de revelado y detallista cuidado al tratar los negativos, para evitar que se velaran y se perdiera el trabajo realizado.

Es por esto que al pasar del tiempo la tradición y nostalgia de ocupar las cámaras análogas comenzó disminuir, en oposición al posicionamiento de las cámaras digitales, cada vez más profesionales y con mayor oportunidad de edición. Se adjunta a esto la forma más contemporánea de aparatos de fotografía, como lo es el teléfono celular.

RENACER ANÁLOGO

A pesar de esto, aún existen personas que se han dedicado a rescatar esta actividad, otorgándole un valor anexo a las cámaras fotográficas antiguas, y la Región del Biobío no es la excepción. Carlos Erices Godoy es profesor de artes visuales y desde pequeño mostró interés por al fotografía. Hoy, el joven oriundo de la comuna de Nacimiento, administra FotoAlquimia, donde difunde su trabajo referente a fotografía análoga.

El también gestor cultural comenzó a interesarse, formalmente, en la fotografía análoga a partir de su etapa en el liceo, donde tuvo un taller de fotografía análoga y estenopeica, especialidad a la que se dedica hoy, enseñando en talleres y seminarios cómo construir sus propias cámaras y otorgándole valor al proceso fotográfico que hay detrás de una imagen.

En el siguiente video se explica cómo realizar un cámara estenopeica:

Esta labor comenzó cuando Carlos se encontraba en su proceso de tesis universitaria y, debido a la cantidad de material que tenía en su hogar en Concepción, se decidió a realizar talleres intensivos sobre fotografía estenopeica, etapa donde estuvo dos años realizando estas actividades en Balmaceda Arte Joven: «Estuve trabajando un rato con fotos y luego vi lo que tenía y dije «¿por qué no hago un taller?». Luego de eso hice un afiche y difusión por Facebook, era un taller mensual y llegaron cuatro personas. Después empecé a hacer talleres intensivos (…) Por ejemplo, propuse un taller de fotografía estenopeica que duraba seis horas, entonces en dos horas se realizaba la construcción de la cámara, en tres se tomaba fotografías y en una hora para el positivado».

Uno de los integrantes regulares a estos talleres ha sido Luis Melendez, jefe de Adquisición y abastecimiento y aficionado a la fotografía análoga, quien considera que este tipo de actividades logran resaltar aspectos que se han perdido con la fotografía digital, como es el contacto con diferentes  personas en el proceso: «Es más valioso de lo que se cree. Acá en Santiago hay un par de lugares donde puedes tomar un taller de fotografía análoga, pero no sobresalen a los impartidos por Carlos. Más valioso lo hace aún el hecho que el maneja distintos tópicos que permiten desarrollar nuevas habilidades y conocimientos. Yo partí con su taller de fotografía estenopeica y luego los de fotografía análoga y revelado».

Como Luis, muchos participantes han reaccionado de forma muy entusiasmada, según comenta el artista visual. Del proceso les sorprende que con artículos reciclados, como cajas y tarros, se puedan realizar fotografías que ellos mismos podían revelar, además de llevarse las cámaras construidas. Es por esto que, ante el novedoso trabajo y la gran motivación de los participantes, surgió la oportunidad de realizar una exposición en octubre de 2016, la que permitió catastrar a las personas dedicadas a esta labor a nivel nacional.

Es así como la Muestra Nacional de Fotografía Estenopeica, proyecto autogestionado que tuvo lugar en la galería de arte de la Universidad del Desarrollo, contó con la exposición de 21 autores de Arica a Punta Arenas y se realizó luego del lanzamiento digital de Foto Libro,  el cual contó con 72 fotografías de 4o autores el 24 de abril de 2016, en el Día Mundial de la Fotografía Estenopeica, que se celebra el último domingo de ese mes.

Carlos comenta que, para el, cualquier medio que se utilice para hacer una imagen es válido, además de lo favorable que es el tener la fotografía al alcance de todos: “Para mi lo importante es lo que la imagen expresa y comunica. Lo interesante se encuentra cuando uno profundiza un poco en la fotografía (escribir con luz), ya que a través de éstas técnicas artesanales uno toma consciencia de todo lo que ocurre en el proceso; como se comporta la luz y sus características físicas, como se forma una imagen al interior de una cámara oscura, como se comportan diversos materiales fotosensibles a una determinada condición lumínica y que efectos produce en la imagen, el como observamos, cómo funciona nuestro ojo, y un sin fin de reflexiones, que permiten tomar conciencia de la imagen, el detenerse a contemplar, más allá del simple mirar”.

Cabe destacar que también trabaja con fotografía digital y está a cargo de Fotografía Nacimiento, donde recopila las imágenes que ha captado durante eventos y actividades como bautizos, matrimonios o licenciaturas. También, durante el mes de diciembre realizó el Seminario de Fotografía Análoga y Procesos Fotográficos en Concepción, además de dedicarse a la venta de servicios fotográficos análogos, como venta de películas fotográficas blanco y negro, revelado y digitalización de negativos,venta de materiales y arriendo de laboratorio fotográfico en el Gran Concepción.

Esta actividad, en conjunto con el proceso tradicional de fotografía análoga, son acciones que hacen recordar los mejores tiempos de la fotografía, una donde se valoraba como otra forma más de comunicar y entregar mensajes y que, por lo tanto, necesitaba un proceso previo de reflexión, pensando esto como un arte más que como una actividad cotidiana y olvidando lo instantáneo que acompaña a la modernidad. Así también lo piensa Luis, quien considera que «el gran valor radica en la forma en la que aprendemos, lo procesamos y practicamos, y finalmente entregamos nuestra interpretación de lo aprendido. Entonces, no hay lugar para la inmediatez a la que estamos malamente acostumbrados, sino que se aprende y se practica a prueba de errores».

Es por esto que el llamado es a retomar actividades llenas de nostalgia como la fotografía análoga, procurando con esto fomentar y descubrir todo lo que se esconde detrás de uno de los pasatiempos más antiguos del mundo.