El reconocido proceso de la globalización en nuestros tiempos ha permitido que las culturas que durante mucho tiempo parecían mitos, hoy sean una expresión que se extrapolan a nuestra vida cotidiana. En este sentido, los métodos menos ortodoxos se han colado debajo de las enseñanzas de nuestra sociedad más tradicionalista.

En general, el término ‘alternativo’ pareciese tener una connotación algo peyorativa. Es decir, se le tiñe de una presunta falta de credibilidad frente a los métodos tradicionales. Pero es entendible porque lo ortodoxo ha tenido el respaldo de los resultados, mientras que los alternativos se juegan un espacio para proponer una ayuda en determinadas áreas.

Pero con los años, es posible poner el jaque el concepto dado que se ha ido posicionando como efectivo, complementario e incluso en casos se han impuesto a terapias conocidas.

Angelina González es psicopedagoga y desempeña su trabajo con niños en colegios y en un jardín infantil. A ellos les realiza terapias florales, con las Flores de Bach, además de aplicar Yoga con sus alumnos: “Los niños vibran bastante con esas terapias. Estas atañen más a las causas de los problemas, qué circunstancias, qué vivencias. A diferencia de lo conocido, que se preocupa de contrarrestar los síntomas”.

González aclara que cada persona, con su vivencia distinta, necesita a su vez, flores distintas. La profesional relata que fueron sus propias experiencias con estos tratamientos orientales los que le permitieron acreditar estas técnicas: “En mi adolescencia y en la Universidad tomaba medicamentos pero decidí abrirme a las Flores de Bach y el Yoga. Como profesional me eduqué sobre los fármacos y me involucré más con los métodos alternativos”.

CARÁCTER ESPIRITUAL

Ha perdido novedad el hecho de que la cultura occidental está empapada de un tinte materialista. Es en esa polarizada realidad, los métodos orientales vienen a complementar enormemente el carácter espiritual del ser humano.

Los ancestros orientales lograron descubrir las propiedades de ciertas plantas en de las personas. Las plantas denominadas Flores de Bach, oriundo de Europa, permiten equilibrar las vibraciones humanas y aliviar del estrés, de la desconcentración, ansiedad e incluso de problemas de depresión.

«Los niños suelen manifestar problemáticas a consecuencia de situaciones familiares o de los sistemas educativos algo militarizados”, destaca González. Las Flores de Bach permiten regular el espíritu de los niños, pero va más allá y empujan a ver la realidad en que estamos.

El Yoga, por su parte, conecta las energías interiores y trabaja con posturas, cuentos, canciones, movimientos. La psicopedagoga recalca que “estas actividades ayudan mucho a los niños y siempre se deja claro que ellos son libres de querer estar allí. Sin embargo, pese a que algunos se inquietan, siempre desean quedarse cuando se les pregunta si quieren seguir practicando Yoga”.

BIOMAGNETISMO

El Minsal ha autorizado poco a poco la aplicación de terapias como el Biomagnetismo en la Medicina Tradicional chilena. En Concepción, el doctor Sergio Vega ha usado este método en sus pacientes y ha corroborado muchos resultados en ellos, curando dolencias corporales como la tendinitis o psicológicas como el estrés.

Esta terapia trabaja con imanes que buscan regular las áreas celulares con el área bioquímica del ser humano y ha tenido buena aceptación para complementar la medicación farmacéutica.

Con el pasar del tiempo, estos métodos han logrado un empoderamiento que va incrementándose. Por lo mismo, es probable que dentro de poco se estime conveniente cambiar el concepto de la medicina alternativa y esta alcance un nombre propio o bien se funda en un término que abrace la medicina con más años en Chile.