Han pasado algunas semanas desde que se llevó a cabo la última Teletón, circunstancia que mueve a miles de chilenos para ir en ayuda de personas necesitadas. Para esto existe un amplio espectro de conductas de ayuda como el dinero, tiempo y bienes materiales. Sin embargo, los resultados de la Encuesta Foco Ciudadano de MIDE Sociedad, del Índice de la Solidaridad, arrojó que en Chile la población es menos solidaria de lo que se piensa.

Por un lado, el estudio reveló que lo que más  mueve a los chilenos a comprometerse con una causa es cuando ocurre una catástrofe y se producen cadenas solidarias a través de instituciones como Teletón, TECHO y Hogar de Cristo, entre otras. Por otro lado, señaló que la confianza a instituciones, se relaciona directamente con las conductas de ayuda.

Germán Lagos, sociólogo de la Universidad de Concepción afirma que para que exista solidaridad debe existir confianza: «Si no hay confianza no va a existir cooperación y por lo tanto habrá menos reciprocidad y debido a esto existirán problemas en las relaciones sociales, en cuanto a solidaridad. Por el contrario, si existen más relaciones solidarias en una sociedad, mayor es la probabilidad de que a la sociedad le vaya mejor».

El caso de la Teletón

Los bajos índices de solidaridad en Chile dan cuenta, según el sociólogo, de un problema que ni la Teletón ni ninguna otra institución de beneficencia logra cubrir. Además señala que lo anterior se relaciona con los resultados arrojados por la Fundación Nacional de Discapacitados de Chile, que indica que el 90% de personas con discapacidad, en condiciones de trabajar, está cesante, hecho que preocupa en materia de inclusión.

Para Rubén Cifuentes, sicólogo y docente de la Universidad Santo Tomás, la Teletón entrega un mensaje emocional que no perdura a largo plazo y es por esto que ese sentimiento de solidaridad no se mantiene en el tiempo: «Con 27 horas de efectividad emocional tú te emocionas, pero no lo instalas como una creencia o como una cuestión valórica, y ahí tenemos el tema de, como es valórico, como es una creencia, es una cuestión que viene desde la crianza, es una cosa a largo plazo».

Otro dato entregado por el Índice de la Solidaridad es que los chilenos prefieren donar dinero a comprometer tiempo en alguna causa benéfica. En relación a eso, Cifuentes señala que las 27 horas de amor apuntan a recaudar fondos y no a generar valores de inclusión, por lo tanto la población cree que cumple su cuota de solidaridad del año sólo por entregar recursos monetarios a la causa.

Ambos profesionales están de acuerdo en que las campañas benéficas cumplen sus objetivos monetarios a la hora de ayudar. Sin embargo, indican que la falta de solidaridad e integración de personas vulnerables  responde a que el Estado descansa en las obras que realizan las instituciones, en vez de hacerse cargo de generar políticas públicas que eduquen a la sociedad en materia de inclusión, no sólo para que actúen durante 27 horas, o por un tiempo determinado, sino durante todo el año y en cada momento.