De acuerdo a un estudio de la Organización Mundial de la Salud, el alcohol es la droga más consumida por los chilenos, sobre todo por jóvenes de entre 14 y 24 años. En la región del Biobío, los hombres de ese grupo pueden llegar a consumir 6 vasos de licor en promedio y las mujeres 4,6.

En nuestra región, alrededor de dos mil personas fueron atendidas en rehabilitación en 2015. De esa cantidad, los jóvenes que se atendieron corresponden al 17% del total de consumidores y los adultos al 11% de su rango. El porcentaje es preocupante, ya que la diferencia es considerable al tener en cuenta que el grupo de menor edad es más vulnerable a los efectos de la sustancia y su cuerpo se encuentra aún en desarrollo.

El camino hacia la adicción

Existen diversas causas que pueden generar adicción a las bebidas alcohólicas. Sin embargo, hay expertos que indican que el alcohol es adictivo por sí mismo, mientras otros creen que pueden existir personalidades que son propensas a generar ciertos tipos de adicciones. Al respecto, Rubén Cifuentes, psicólogo y profesor de la Universidad Santo Tomás, afirma que es difícil encontrar las razones exactas que puedan llevar a la adicción, pero que el historial de la persona puede jugar un rol fundamental en este problema: “Pueden existir carencias afectivas, filiales y parentales que llevan a la persona a buscar autorregulación a través de elementos, situaciones o sustancias que les produzcan placer y contención al momento de enfrentar los problemas”.

Rehabilitación desde el anonimato

De acuerdo a los estudios realizados por el Senda, los tratamientos y la rehabilitación de personas con problemas relacionados al alcohol son posibles y funcionan, por lo tanto, cualquier dependencia a sustancias se considera como una enfermedad crónica tratable.

Existen diversas formas de tratar con la adicción, una de ellas es a través de grupos de Alcohólicos Anónimos.

Boris pertenece a un grupo de Alcohólicos Anónimos desde 2014 y asiste a reuniones 3 veces a la semana.  Lo que lo motivó a ingresar fue una  relación amorosa que había fracasado y en su afán de recuperar a esa persona decidió tratarse: «Me di cuenta que tenía un problema de ansiedad que no podía canalizar de otra forma que no fuera tomando. Encontré en este grupo un apoyo que pensaba que no iba a encontrar en ninguna parte y nunca pensé que mi propia experiencia de vida lograría animar a otras personas para luchar contra el alcohol». 

Sin embargo, Boris recalca que estos grupos de apoyo no son para todas las personas alcohólicas: «Cada persona debe ver de qué forma o qué ayuda necesita para salir de este vicio. A mí me sirvió, pero sé que este método no es la solución para todos los alcohólicos».

Al respecto el psicólogo Rubén Cifuentes, está de acuerdo en que para que una rehabilitación sea efectiva, primero el paciente debe estar consciente de su adicción y que necesita encontrar ayuda para superarla. Además, destaca que la familia es el primer elemento que protege y evita que una persona tenga un consumo problemático.

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