La nutrición es importante a lo largo de toda la vida, en especial en los primeros años, donde una mala alimentación puede influir en la salud de los pequeños a corto y largo plazo, y también en el humor y comportamiento de los niños.

Los hábitos alimentarios de las personas, se relacionan de forma directa con su salud y comportamiento. Esta conducta se intensifica en los niños, quienes son más susceptibles y vulnerables a cambiar su actitud debido a una dieta mal equilibrada.

En Chile, los índices de obesidad son altos. Es el país número uno en América Latina con mayor obesidad infantil según un estudio del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), este análisis estimó que en el corto plazo el 70% de los niños chilenos llegarán a ser obesos, si no existe un cambio en sus dietas. Un ejemplo de esto es que Chile es país con el consumo de azúcar, sal, mayonesa y helados, más altos a nivel latinoamericano.

El principal motivo por el que la población infantil se encuentra con un mal estado de nutrición, es debido a los malos hábitos alimentarios tienen, ya que en sus dietas abundan los alimentos con grasas, azúcares y cafeína.

Si bien, la obesidad infantil es peligrosa, ya que de aumenta los factores de riesgo cardiovasculares, el estado de pre- diabetes, enfermedades óseas, apnea del sueño y problemas sociales y psicológicos. La mala alimentación influye en el estado de ánimo y comportamiento de los niños. La nutricionista Silvana Cisterna, comenta que una mala alimentación se traduce en hiperactividad, hipersensibilidad e irritabilidad, la cual es más evidente en los niños y comentó cuales son los alimentos que más daño les hacen.

Si bien, los alimentos altos en grasas saturadas y los colorantes artificiales afectan a los menores, el azúcar y la cafeína son los principales alimentos que modifican su conducta, por lo general altera a los pequeños ya que les entrega un exceso de energía, como recomendación de la OMS, los niños no deberían sobrepasar los 37 gramos diarios, lo que se traduce en aproximadamente  7 cucharaditas de azúcar diarias. Silvana comenta que es lo que produce estos alimentos en los niños.

Las recomendaciones en la dieta, son disminuir la ingesta de este tipo de alimentos, y sustituirlos por alternativas naturales. Es necesario especificar que la responsabilidad de la alimentación de los menores es responsabilidad de los adultos que están a su cargo, ya que la principal llamada de atención es a preocuparse por la alimentación y la nutrición que están entregando a los niños, pues una dieta poco balanceada se puede traducir en problemas severos en su salud.

Un ejemplo de que los cambios en la alimentación funciona para mejorar la conducta de los pequeños, es Mireya Cruz, puso en práctica una dieta específica con su hijo, y tuvo resultados exitosos, y comentó su experiencia.

Para finalizar, cabe destacar que la principal recomendación que entregó la nutricionista a las familias, es que el cambio en los hábitos alimentarios debe ser de todo el grupo familiar y que los padres son el ejemplo para los más pequeños, y son ellos quienes deben inculcarles hábitos saludables y el cuidado por su cuerpo. Muchas veces no se entiende por qué los niños lloran y se encuentran irritables, antes de solo asumir este tipo de comportamientos, hay que considerar que los alimentos puede ser la razón de ese tipo de conductas. La forma más fácil de evitar estos problemas y también mejorar la calidad de vida de los niños, es controlar el exceso de estos alimentos. En lugar de manifestar cariño con las comidas altas en grasas y azúcares, manifieste el amor por los niños, enseñándoles a cuidar su salud, lo que los beneficiara hoy y en futuro.