Estudiantes gastan la beca Junaeb en comida chatarra

Fotografías; Natalia Muñoz

La indagación ha revelado que el año pasado, el Estado de Chile gastó $21mil millones de pesos en comida chatarra, debido al uso de la Beca Junaeb por parte de los estudiantes. Esto motivó campaña hacia los jóvenes para alcanzar una alimentación saludable.

Son 32 mil pesos, los que se cargan mensualmente en la tarjeta de los beneficiados de la Beca Junaeb. Son casi 480 mil estudiantes chilenos los que forman parte de los primeros tres quintiles de ingresos, por lo tanto se les otorga el servicio de la Beca de Alimentación de Educación Superior (BAES).

Hay evidencia de que la mayor parte de los jóvenes no ha usado su beca de forma correcta para su salud. Si bien cada local de comida rápida posee un menú Junaeb, que se compone de comida saludable, los alumnos prefieren consumir comida chatarra. Esto quedó demostrado con las ventas, pues a nivel nacional la cadena de locales McDonald’s figuró con más de 5mil millones de ventas liderando la lista, y seguido por Doggi’s, que vendió 4mil millones y medio de pesos, sólo por el uso de la tarjeta.

Esta predilección de los jóvenes por la comida chatarra, quedó demostrada en la comuna de Concepción. Lo afirmó Jimena León, administradora del restaurante Sabrosson, cercano a la  Universidad de Concepción. Quién dijo que: “A pesar de que en nuestro local se vende comida saludable, los jóvenes siempre prefieren consumir comida rápida, como: completos, hamburguesas, churrascos, papas fritas, entre otros. Yo creo que es porque quedan más llenos, esta comida los deja sin hambre en el resto del día, y se la comen rápido entre clases”.

La opinión de los estudiantes

A la vez, los estudiantes penquistas que poseen la beca de alimentación, asumen su evidente preferencia por la comida no saludable, debido al poco tiempo que tienen para consumir sus comidas entre sus clases. Sumado al alto precio que tienen los almuerzos saludables en ciertos locales.

Así se refirió Nicolás Betancourt, estudiante de Ingeniería Civil Informática de la Universidad de Concepción: ” Yo creo que el mismo nombre lo dice, comida rápida y generalmente los alumnos no tienen un horario fijo establecido, y cambia la cantidad de tiempo que tienen para almorzar, esa es la razón por la cual alimentarse de forma rápida y poco saludable es más fácil para nosotros los estudiantes. A la vez es importante el precio, ya que las ensaladas son caras, $3.000 pesos mínimo, mientras que un completo, cuesta sólo $1.000 pesos”.

Esta situación se da en los estudiantes de distintas universidades chilenas, ya que Daniela Cáceres, estudiante de Medicina de la Universidad de Talca, comentó que, a pesar de que ella trata de comer saludable, es muy corto tiempo que tiene para almorzar. “Uno tiene poco tiempo entre ventanas para almorzar, y termina almorzando en el local donde atiendan más rápido, casi siempre comida no saludable. También luego de tantas clases uno está tan cansado, y tiene tanta hambre que lo más rico es salir a los locales de comida chatarra cercanos a la universidad y comerse un completo o una hamburguesa”.

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A la izquierda al fondo, Daniela Cáceres junto a sus compañeros de universidad.

Fotografía: Daniela Cáceres

Consecuencias de una vida poco saludable

Que los estudiantes a su corta edad tengan estos hábitos alimenticios, puede traer consecuencias negativas para su futuro. Y esto se revela en una deficiencia de micronutrientes, minerales y alimentos ricos en fibra. Y esto puede ser el inicio de enfermedades crónicas como la diabetes o hipertensión.

Esto lo aseguró Constanza Márquez, nutricionista del Centro de Vida Saludable de la Universidad de Concepción, quien agregó que se debe a la falta de educación y conciencia del cuidado de la ingesta de alimentos. “Hay un mal manejo inicial del objetivo de la tarjeta Junaeb, que es una beca de alimentación que obviamente, se tiene que priorizar una alimentación saludable, pero que en ningún caso lo hace. Con restringir la compra de alimentos no saludables en los supermercados es un avance innegable, pero sino se hace educación en los colegios, para tener o promover una alimentación saludable, hay que partir desde la mujer embarazada. Ya que al final pueden haber mil campañas que fomenten la alimentación saludable y vida saludable en general, pero sino se trabaja en concientizar y educar a la población, no vamos a sacar nada”.

También la profesional se refirió a lo importancia de una buena alimentación en los jóvenes, ya que una ingesta de alimentos poco saludables afecta de forma inmediata al rendimiento académico de los estudiantes. Esto se demuestra con estudios que acreditan que el consumo de alimentos específicos tales como  frutas, verduras y alimentos ricos en Omega 3, favorecen a la concentración y al rendimiento académico.

Fotografías: Natalia Muñoz 

Soluciones para el próximo año

Mientras tanto con el fin de frenar esta problemática, la Comisión de Salud del Senado, planea una legislación que obligue a las cadenas de comida rápida, contar con un menú saludable dentro de la oferta alimenticia. Así lo confirmó la entidad Junaeb en la red social Twitter, donde aseguraron que: “para el año 2018 no se permitirá la compra de comida rápida con la beca”.

Ante esta iniciativa del gobierno, lo estudiantes ya comenzaron a discutir esta problemática, ya que consideran importante mantener una alimentación saludable, pero es complicado debido al alto costo que esta posee. Así lo confirmó Mauricio Rivas, Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, “hay varios elementos que se empezaron a plantear respecto, al consumo de comida saludable, de dónde proviene y en dónde la podemos comprar. En el comercio grande que es en los lugares que se puede usar el beneficio la comida es más cara, mientras que en los comercios pequeños, como las vegas y mercados, las verduras son más baratas y tienen un mejor origen, más natural y no transgénico como los supermercados”.

De esta forma los estudiantes, buscan que los beneficiados con la beca de alimentación, posean más opciones para poder utilizar la tarjeta, de la mejor forma posible. Con esto se confirmó, que mantener una alimentación saludable no es sólo una preocupación del gobierno, sino también de los beneficiados de la beca, por lo tanto es decisión de cada estudiante utilizar de forma óptima el beneficio.

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