Chile es un país privilegiado en cuanto a sus cualidades oceanográficas, posee más de cuatro mil kilómetros de costa habitada por una fauna altamente diversa. Pero hoy el equilibrio de este ecosistema se ve amenazado por la acción del hombre, por la pesca descontrolada y los desechos que son arrojados por industrias que tratan a este cuerpo de agua como si fuera un basurero.

Los daños al ecosistema marino afectan a todos. Muchos contaminantes entran a los sistemas de corrientes y recorren el mundo, para terminar en nuestra mesa. Los desechos arrojados por las industrias más tarde afectan a las personas que encuentran estos desechos en su comida y en el agua que beben.

Barbara Leniz, bióloga marina perteneciente al Instituto Milenio de Oceanografía comenta acerca de este fenómeno, y de la importancia de legalizar en base al conocimiento científico para proteger a las especies que habitan nuestra costa.

La conservación de los océanos es de suma importancia para la vida en la tierra. Procesos como la regulación de la temperatura se ven alterados por el calentamiento global, lo que luego repercute con cambios climáticos como las sequías que hoy afectan a los agricultores de la región.  

Los claros cielos del país han recibido la atención del mundo entero, pero el Océano Pacífico cuya, conservación es mucho más urgente para la vida en la tierra, ha pasado a un segundo lugar.  Es urgente el desarrollo de una cultura marítima, que proteja el equilibrio de los mares y asegure su preservación.