La universidad como espacio inclusivo

Alentador avance muestra la educación superior en materia de inclusión a personas con discapacidad gracias a la creciente implementación de programas apoyados por el Servicio Nacional de la Discapacidad y el Ministerio de Educación.

Diversas iniciativas se han generado para mejorar la infraestructura, adquisición de nuevas tecnologías y el establecimiento de mecanismos especiales de admisión por parte de universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica.

De esa forma, se busca otorgar la igualdad de oportunidades para que quienes posean alguna condición de este tipo puedan elegir y acceder a una carrera, adaptarse de manera óptima al ambiente universitario e insertarse adecuadamente en el mundo laboral.

Iniciativas de inclusión

En la Región del Bio Bio, las instituciones pioneras desarrollar planes de adaptación en sus edificios y material académico para aquellos estudiantes que, debido a su condición física así lo requieran, son la Universidad del Bio Bio, Universidad Católica de la Santísima Concepción y Universidad de Concepción.

En ese contexto, ésta última destaca gracias a su “Programa de Asistencia Psicopedagógica, Tecnológica, Comunicacional, Biológica y Psicosocial para Estudiantes con Discapacidad Visual”.

Ubicada en la Biblioteca Central de la casa de estudios, se encuentra el Aula de Recursos y Tiflotecnología, Artiuc, equipada con computadores, escáneres, impresoras y otros dispositivos de última generación completamente adaptados a las necesidades de los alumnos que posean problemas de visión.

Cynthia Hidalgo, trabajadora social involucrada en el programa explica que:

 «Ofrecemos apoyo psicopedagógico, social y técnico a los estudiantes con discapacidad visual. Aquí se les realiza un diagnóstico para determinar sus necesidades específicas y ponemos a sus profesores al tanto de ello”.

Uno de los beneficiados de este programa es Juan Manuel San Martín, estudiante de Ciencias Políticas y Administrativas de la institución, quien asegura que desde Artiuc realizan su labor de forma óptima.

«El programa me ha sido de mucha utilidad porque aquí adaptan mis libros, presentaciones y guías a formatos entendibles por nosotros, por ejemplo, cuando los profesores hacen esquemas, a mí me los entregan en relieve”.

El rol del Estado

Sin embargo, la instauración de estas iniciativas puede resultar costosa para algunos centros educacionales. Para reducir esta barrera económica y fomentar la creación de estos servicios estudiantiles, el gobierno entrega cooperación financiera a través del Servicio Nacional de la Discapacidad

Al respecto, Yennyfer Morales, profesional de apoyo de ésta cartera señaló:

“Las casas de estudio que no cuenten con dinero para implementar estos programas de inclusión deben postular a nuestros fondos concursables, que van desde los 7 a 10 millones de pesos. Una vez adjudicados pueden destinarse al mejoramiento del espacio arquitectónico, adquisición de dispositivos especiales y capacitación docente en adecuaciones curriculares.”

 

La institución gubernamental también ofrece opciones de financiamiento a los propios estudiantes, por valores entre uno a tres millones de pesos anuales para gastos como transporte, servicios particulares de intérpretes de señas o computadores adaptados para alumnos con limitación visual.

Se espera que con la implementación de estas medidas emanadas desde el Gobierno y las iniciativas propias de cada institución, se logre subsanar las deficiencias que nuestro sistema educativo aún posee en éste ámbito, asegurando a todos los chilenos la posibilidad de ser profesionales.

 

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